El Ayuntamiento acoge un emotivo acto con música, memoria y reconocimiento a la aportación gitana a la sociedad vallisoletana y española
Paco de 'La Criolla': "Los recuerdos con más cariño son cuando nuestros atletas ganan medallas... y después yo les hago una fiesta"
Con seis JJ.OO a sus espaldas, el cocinero vallisoletano acumula anécdotas como los jamones que bloqueó la aduana de EEUU o aquella discoteca que no dejaba pasar al Príncipe Felipe
Es más que un hostelero conocido en Valladolid. Es toda una celebridad, aunque su sitio son los fogones y no tanto el foco mediático. Francisco Martínez, 'Paco, el de la Criolla', como se le conoce en su ciudad, se ha ganado a 'fuego lento' el derecho a estar entre la élite de la ciudad del Pisuerga por su larga trayectoria en su restaurante La Criolla y por su participación como cocinero oficial del Comité Olímpico Español en (hasta ahora) seis Juegos Olímpicos. No en vano, este miércoles el Ayuntamiento le brindó un homenaje en reconocimiento a su labor desde Atlanta 1996 hasta Río 2016. Algo muy especial en un momento en el que una cuestión de salud le hace dudar si podrá estar en París. No obstante, en esos 20 años al frente de "su" Casa de España ha tenido tiempo suficiente para haber acumulado experiencias, celebrado medallas y haber coleccionado anécdotas, incluso con la Casa Real.
PREGUNTA: El miércoles recibió un homenaje de compañeros de profesión y del Ayuntamiento. ¿Cómo le hizo sentir recibir el cariño de la ciudad?
RESPUESTA: La verdad que es un reconocimiento de los que más me han gustado, de los más bonitos. Porque no deja de ser en tu ciudad, con tu gente, tu alcalde y los colegas. Éramos cuatrocientas o quinientas personas allí, en el recinto del Ayuntamiento. Empezabas a mirar y te ilusionabas. Me emocioné, porque claro, ves a tus hijos aquí, tus hijas, a toda la familia, a los amigos, todos ilusionados. Y la verdad es que fue un acto muy bonito.
P: En este momento, mirando atrás hacia atrás, esos seis Juegos Olímpicos en los que ha trabajado organizado los menús de los deportistas españoles, ¿siente nostalgia o piensa más en que este año los vivirá con más tranquilidad?
R: No, yo si vuelvo a los Juegos les voy a vivir como les he vivido, porque les he vivido muy bien. Yo he trabajado, pero es que he estado haciendo lo que a mí me gusta, que es dar de comer a la gente y si encima es a tus deportistas y a los presidentes de las federaciones, pues con más motivo para hacerlo mucho más alegre. No lo miro con nostalgia. Hombre, son seis Juegos, siete con estos si voy, es una experiencia tremenda, pero ya digo que lo sigo viviendo como si empezara hoy.
P: La primera experiencia que tuvo en los Juegos fue en Atlanta 96. ¿Cómo le llegó de primeras esta oportunidad?
R: Fue gracias al director de televisión de entonces aquí en España, era Ramón Criado, y gracias al secretario de Estado, Rafa Cortés Elvira, que él después no fue, pero salía con una mujer de aquí de Valladolid, y le dije, "Rafa, ¿por qué no montamos la Casa de España en los Juegos Olímpicos?". Y dijo "¡qué idea más buena". Y entonces, era época de elecciones y ganó el PP, y entonces fue Pedro Antonio Martín Marín, el secretario de Estado. Me vino a buscar y me dijo, "Paco, ¿sigues con la idea de montar la Casa?". Dije, "sí". Y dije, "pues yo te voy a llevar". Y fue un éxito rotundo.
P: De hecho, en aquellos Juegos de Atlanta también fueron desde Valladolid Juan Carlos Pastor, Raúl González...
R: Bueno, fueron muchos, muchísimos. De balonmano fue Pastor; fue Raúl González; fue Juancho, que aunque no era de Valladolid vivía aquí; fue Fernando Hernández; fue una chavalita, se le llamaba Cristina Antolín, que era de tiro con escopeta. Estuvo muy bien, fue muy bonito. Había muchos vallisoletanos. Y Alejandro Blanco, que no es de Valladolid, pero ha sido presidente de Judo de aquí durante muchos años. Él es de Orense, pero él se consideraba vallisoletano.
P: ¿Cómo fue aquel primer reto en Atlanta?
R: Fue una osadía. Totalmente una osadía. Pero una vez que estás allí, hay algo mágico que se resuelve todo. La gente colabora mucho. Todas esas alergias y todas esas peculiaridades, lo apuntábamos y nos decían ellos: "Fulanito no puede comer, tal..., Fulanita no puede comer cual...". Y lo llevas con mucha normalidad.
P: ¿Y aquellos Juegos fueron los más complicados por ser las primeras?
R: No, no. Hombre, ahí se estableció un sistema que después sirvió para los demás Juegos. Hubo algunos problemas. Uno de ellos es que los americanos no nos dejaban pasar el jamón. Y estuvimos 25 días con los jamones retenidos en la aduana. Hasta que ya intervino la embajada española y nos lo consintieron.
P: ¿Qué momentos recuerda con más cariño?
R: Yo cocino por las noches, entonces suelo ir a las competiciones. Y los recuerdos con más cariño son cuando nuestros atletas ganan medallas. Y verlo allí en vivo y en directo. Y después yo les hago la fiesta, la cena. Van todas las federaciones. Y esos momentos es que son inigualables. Recuerdo a Mayte Martínez en los Juegos. También Miriam Blasco, que fue la primera mujer española que ganó una medalla de oro. También la disfruté yo, porque Miriam Blasco es de Valladolid y ¡anda, que no nos dio alegría aquella medalla de oro! Después le dimos un reconocimiento aquí en el restaurante. Yo estuve dando durante unos cuantos años el premio Miguel Delibes que lo entregaba el propio Miguel Delibes.
P: ¿Algún otro que les venga a la mente?
R: Bueno, estábamos hablando antes de los chicos del balonmano, que ganaron el bronce en Atlanta. Fui yo el que presentó Iñaki [Urdangarín] a la Infanta. Fue en una cena en el hotel que estábamos. Me llamó Raúl [González] y me dijo, "Paco, invítanos a cenar". Justo habían ganado medalla los chicos del Waterporlo. En un momento de la cena, se levantan Elena y Cristina y en ese momento entraban los jugadores de balonmano a cenar. Y dije, "señoras, les voy a presentar a los jugadores de balonmano, que éstos también van a alguna medalla". Después, antes de irse, volvimos otra vez a saludarlas. Y dijo, Cristina, "bueno, voy a ir a veros, a ver si ganáis medalla". Y se presentó. Acabaron quedando terceros.
R: También a los Reyes les ha dado muchas veces de comer.
P: Muchas veces, sí. También hay anécdotas. Porque nosotros salíamos un grupo de la Casa España. Por las noches nosotros conocimos en Atlanta a un amigo, Antonio, que tenía un restaurante en el hotel más famoso de Atlanta, y él era de Zaragoza. Yo hice una amistad porque claro, yo cada vez que voy a unos Juegos lo primero que intento es buscar un restaurante de apoyo, para que cuando me falta algo, pues que me ayuden. Y a ellos, yo después les mando gente a cenar. Una noche, llegó el entonces príncipe y me dice, "Paco, ¿vais a ir a tomar una copa esta noche?". Digo, "pues sí, vamos a salir. ¿Quiere usted venir?". Dice, "sí que voy con vosotros". Bueno, pues fuimos a la discoteca más famosa de Atlanta, que iba a venir toda la gente.
Bueno, una fiesta, todos bailando, bailando, y en esto que me viene uno y me dice, "Paco, que el príncipe está en la puerta. Que no le han dejado entrar". Y yo "¡no jodas!". Llamo a Antonio, al del restaurante: "Antonio, ven para acá, que tengo al príncipe en la puerta que no le han dejado entrar". Antonio, conocía a los porteros mucho, porque iba todas las noches. Y ya salimos y ¡es que iba en zapatillas de deporte! Era una discoteca de categoría, claro, ahí todo el mundo bien vestido. Y el príncipe, pues vestido iba de maravilla, porque pues todo de marca, pero con playeros.
P: ¿Qué Juegos destaca de todos los que ha estado?
R: En Sidney nos lo pasamos muy bien. En Sidney teníamos un hotel al lado de la bahía, al lado de la Ópera. Aquello era un sueño. Una ciudad totalmente cosmopolita. Y después una de las cosas que más me gustó fue el 'fish market'. Cómo lo disfruté. Jamás había visto un mercado tan grande y con tantas variedades de pescado. A las 4 de la íbamos a hacer la compra. Por allí en la lonja me paseaba, me paseaba así, vestido con la chaquetilla del Comité Olímpico. Bueno, me hacían la ola, porque claro, compraba mucha cantidad. Y les caíamos muy bien los españoles, nos aplaudían mucho.
P: ¿Se cierra un ciclo?
R: No, yo creo que no. Yo estaré ahí hasta que el presidente Alejandro, que es muy buen amigo, esté. Cuando se jubile, yo me jubilo.
P: Si va a París, ¿en qué medida se va a involucrar en la Casa de España?
R: Estos Juegos de París voy a intentar ir, y voy a ir. En estos Juegos, no hace falta que el cocinero vaya a cocinar, porque han contratado un espacio donde ya hay cocina. Es una escuela mayor, y allí hay dormitorios, y hay donde comer, hay cocinas. Entonces, estos Juegos son distintos a otros, que alquilábamos hoteles. Aquí el recinto tiene cocineros, y no se va a cocinar. A mí Alejandro me invita como un pequeño homenaje también, a todo lo que he hecho con el Comité Olímpico Español. Y yo voy a luchar físicamente para los próximos juegos estar perfectamente como la chiquita esa que cantaba hace unos años: "antes muerta que sin silla".
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