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Aramburu, en la Feria del Libro: "Todas mis novelas anteponen el factor humano"

El escritor estuvo presente en Valladolid para poner a escena 'El niño', la cuarta entrega de su serie 'Gentes vascas'

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Aramburu, en la Feria del Libro: "Todas mis novelas anteponen el factor humano"
Aramburu, en el balcón del Ayuntamiento. Agencia Ical.
Agencia Ical
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El escritor donostiarra Fernando Aramburu presentó este miércoles en Valladolid 'El niño' (Tusquets, 20,50 euros), la cuarta entrega de su serie 'Gentes vascas', donde reimagina el impacto que pudo tener en una de las familias afectadas la explosión que se produjo la localidad bilbaína de Ortuella en el otoño de 1980, cuando una explosión de gas en el colegio del pueblo, el Marcelino Ugalde, segó la vida de medio centenar de niños de entre cinco y seis años, además de dos profesores y la cocinera del centro.

"Esta historia me impactó muy fuerte. Cuando supe de ella tenía 21 años, una edad en la que empiezas a reunir recuerdos de manera consciente. En la RFA fui maestro de niños, algunos de ellos de la edad de los fallecidos en Ortuella, durante más de dos décadas. Alguna vez, estando en clase con los alumnitos ahí atareados, me venía el recuerdo de este hecho. Pensaba en la posibilidad de que ocurriera allí mismo. Nunca lo olvidé del todo", resumió.

Según explicó, en este caso para él "fue suficiente encontrar el tono para convertir aquel recuerdo de la tragedia en una novela". "Ahora que la novela ya no es mía, tengo la sensación de que me he liberado, de que ese dolor ya lo comparto en forma literaria y de alguna manera ya lo he asimilado, ya está en un lugar de la memoria más o menos tolerable", apuntó.

Sobre su serie 'Gentes vascas', de la que 'El niño', que presenta esta tarde en la Feria del Libro de Valladolid, es la cuarta entrega, se refirió a su "ambición" por trazar con la ayuda de la literatura "un dibujo de las gentes de mi época y del lugar donde yo también viví". "Mi relación con mi tierra natal es dolorosa, irritante también, pues me vi inmerso en un conflicto con mucha violencia y con asesinatos. Pasan los años y viva donde viva me seguiré sintiendo interpelado por esta realidad. Creo que todavía hay mucho que contar. Lo que no quiero es dar vueltas y al final tocar la misma melodía", señaló.

"Soy muy aficionado a la observación de mis congéneres, y si tengo la oportunidad de escucharles empiezo a entrever su novela. Cada uno arrastra su propia novela dentro. Tras cuatro décadas largas de terrorismo hay mucha historia esperando a ser escrita", aseguró antes de apuntar que la materia prima que lleva dentro cada uno con su vida es su material de trabajo: "Todas mis novelas anteponen el factor humano".

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