Los blanquivioletas se hicieron con la undécima victoria de la temporada
... Y el Pucela resucitó fuera de Zorrilla
Los de Paulo Pezzolano ganan en Cartagena (0-2) cuatro meses y medio después de su última victoria a domicilio
Ya era hora... como diría aquel. El Real Valladolid superó (0-2) al Cartagena en Cartagonova en un partido que dominó desde el inicio, a pesar de las intentonas blanquinegras que por el camino tuvo que solventar. La gran primera mitad de los de Paulo Pezzolano bastó para sumar tres puntos vitales en la lucha por el ascenso... directo.
MANDANDO DESDE LA PIZARRA
Pezzolano se la jugaba, de nuevo, en la teoría porque sabemos que la realidad no es esa en la práctica. El Club ha demostrado que confía en él hasta el punto de que, contra viento y marea, le ha mantenido en el puesto. Era a él al que le tocaba agradecer esa apuesta acertando y en Cartagonova... lo hizo.
Revolucionó el once, dio la titularidad a Lucas Oliveira en el medio del campo, sí, en el medio del campo e introdujo a Javi Sánchez en la zaga. Volvía a sorprender el entrenador con sus 'experimentos', que desarbolaron el dibujo y la idea de juego que tenía planteada Calero, que vio como le habían ganado la partida incluso cuando el 0-0 reinaba en el marcador.
Esa superioridad táctica se reflejó en el electrónico. Primero fue Meseguer, que cazó un rechace de Lizoain, para adelantar a los suyos tras un buen disparo de Biuk (0-1). El Cartagena, que reaccionó por medio de Darío y de la explosividad de Jairo, puso contra las cuerdas a Masip, que se mostraba muy seguro bajo palos. La afición blanquinegra se desesperaba en las gradas del Cartagonova porque veían también cómo entraba el remate de cabeza de Tárrega al fondo de la red (0-2) tras una buena falta botada por Monchu. Con este tanto, el Pucela daba un gran paso hacia adelante que tenía que controlar ya en la segunda mitad.
GESTIONANDO LA VENTAJA
El Real Valladolid aguantó la presión de los constantes acercamientos que proponía el Cartagena, que no tiró la toalla en ningún momento. De hecho, provocó que Pezzolano agitara la coctelera y metiera de refresco a jugadores defensivos desde prácticamente los primeros compases del segundo acto.
Ni con esas al Pucela le servía para apaciguar las aguas porque los locales no lo dejaron de intentar. El problema para estos últimos es que el reloj corría en su contra y la precipitación, por momentos, aparecía debido a la impotencia del resultado. Incluso el talentoso Iván Ayllón tuvo en sus botas el 1-2, pero Masip evitó el tanto del de La Seca.
Los minutos finales certificaron la solidez y la solvencia que tuvo el Pucela en Cartagonova, donde regresó a la senda del triunfo para avisar a sus rivales de cara a una recta final de temporada que promete ser emocionante si los blanquivioletas encuentran la regularidad que necesita para formar parte el año que viene de la máxima categoría del fútbol español.