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Las Angustias se prepara para un Martes Santo invernal
La iglesia penitencial es durante la mañana un hervidero de visitantes y cofrades que ultiman todos los detalles para la procesión del Encuentro
En la Taberna del Calderón se improvisa una tertulia cofrade. Allí algunos de los cargadores de la Virgen de las Angustias, al calor de un café y un pincho de tortilla, recuerdan Semanas Santas del ayer. El frío de muchos años, otras procesiones más benévolas o aquella de infausto recuerdo en las que se tuvieron que dar la vuelta precipitadamente con las primeras gotas de lluvia.
Es Martes Santo, uno de los días grandes para la Cofradía de las Angustias. En los rostros de los cofrades se puede apreciar esa mezcolanza de sentimientos: alegría, nervios, emoción y un punto de preocupación. Miran al cielo y constantemente a las aplicaciones de previsión meteorológica. Parece que hoy habrá una tregua, ante un temporal que avanza impenitente y que puede arruinar buena parte de las procesiones en la segunda parte de la Pasión. A pesar de ello, el frío será intenso, con temperaturas más cercanas al invierno que a la incipiente primavera.
Unas manos expertas han colocado ya el adorno floral de la Virgen, que esta tarde protagonizará uno de los momentos más emocionantes de la Semana Santa vallisoletana en el Encuentro con Cristo Camino del Calvario ante la fachada del Colegio de Santa Cruz, aunque esta vez cubierta por un trampantojo que esconde los andamios usados en su restauración.
La iglesia penitencial de las Angustias es un hervidero de visitantes y cofrades. El corazón del templo penitencial late aceleradamente. Es hora de preparativos. Candelabros que se reubican, bancos que se mueven, enseres procesionales que se preparan... Y el paso de la Virgen, que se ha movido al centro del edificio religioso para facilitar el montaje de las flores, debe recuperar su espacio, centrado respecto al retablo, junto al Cristo de los Carboneros, el yacente y el paso nuevo (San Juan y Santa María Magdalena al pie de la cruz).
El mayordomo del paso de la Virgen, David Martín, llama a sus cargadores para iniciar la maniobra. El tercer golpe en el llamador indica que los hombros de los 24 cofrades que portan el conjunto eleven el peso de la Virgen y comiencen a colocar lentamente el paso. Todo está dispuesto ya, el siguiente golpe de llamador será en la tarde-noche de este Martes Santo invernal para que la Señora de Valladolid abandone su templo en su lento caminar para encontrarse con su hijo en la Calle de la Amargura.
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