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La intervención heroica del Policía Nacional que salvó la vida de su vecino entre las llamas y los escombros

Javier Redondo se levantó de la cama y vio desde el pasillo la casa del afectado porque la explosión derribó la pared que separaban ambas viviendas

La intervención heroica del Policía Nacional que salvó la vida de su vecino entre las llamas y los escombros
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Alejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
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"Esa persona que ayuda a los demás simplemente porque debe hacerse, y porque es lo correcto es, sin duda, un verdadero superhéroe", decía el inolvidable Stan Lee, uno de los creadores de personajes de la talla de Spider-Man, Iron Man, Thor o Black Panther. Se trata de una frase que resume a la perfección la intervención heroica de Javier Redondo, el Policía Nacional que ha salvado este martes la vida de su vecino "entre las llamas y los escombros" en el número 23 de la calle Juan de Valladolid donde se ha producido una explosión de gas a las 06.00 horas. 

Con las pulsaciones alteradas y con los nervios aún a flor de piel, Redondo ha atendido a TRIBUNA tras recibir el alta en el Hospital Clínico Universitario donde había sido evacuado junto a su mujer y a su hija, las cuales vivieron con tensión los momentos previos al rescate, ya que vieron cómo el policía se quedaba arriba y ellas salían del portal por indicación expresa de él, que no quería que ambas tomaran ningún tipo de riesgo. "Vivo puerta con puerta con el vecino que residía en la vivienda donde se ha producido la explosión. Él en el 3º I, y yo en el 3º J. Mi mujer ya estaba despierta cuando ha ocurrido porque se marchaba a trabajar. Me ha pillado en la cama y, cuando me he levantado, pensaba que estaba soñando. Recuerdo que las primeras palabras de mi mujer fueron: 'Javi, Javi, que nos quemamos...'", confiesa a este medio.

A partir de ese momento, el agente salió al pasillo donde "veía la casa directamente del vecino porque la explosión había derribado todo lo demás". Por esa razón, pidió a su mujer y a su hija que se fueran con el único fin de que ambas "se alejaran del humo cuanto antes". Esta acción implicó que, previamente, Redondo se percatara de que pudieran acceder a la salida sin problema, momento en el que se quedó solo porque su mujer y su hija bajaron "por la escalera" y salieron por el portal. "Mi mujer me echó la bronca y me la seguirá echando porque quería que bajara con ellas. Ella temía por mi vida por la situación en la que estaba el tercer piso en esos momentos", apunta.

De hecho, Redondo no tuvo tiempo de cambiarse de ropa y con el "pijama" entró en la vivienda de su vecino. "Él estaba en la terraza completamente desnudo y quemado. Cuando me acerqué, me dice que no quería que le tocase porque le dolía todo. Por eso, le tuve que sacar a rastras entre las llamas y los escombros. Como también caía agua por todos los sitios, acabé empapado porque le bajé hasta el portal", señala. Su mujer, al verle salir, se sintió "aliviada" porque estaba "muy preocupada" desde el momento en el que su marido decidió salvar la vida de su vecino. "Cuando salí, parecía que seguía soñando. Vi a muchos vecinos correr por las escaleras, cascotes caídos, mucho humo, todo a oscuras...", sostiene.

Aunque será difícil olvidarse de esta "película", que es como describe Redondo la acción realizada, no ha sido su primer rescate porque "el año pasado" cogió "al vuelo" a una persona que "se había tirado desde su terraza" en la calle Panaderos. No obstante, sin querer dar importancia a lo sucedido porque prefería que le dieran la "enhorabuena" por "otras cosas", el agente se volvió a vestir de héroe porque como dice Lee no se viste de héroe el que salva una vida, sino el que lo hace porque "es lo correcto".