Asociación fotográfica Vallisoletana. Sala de Exposiciones de San Benito. Escribía Valéry que el ojo tiene su comprensión propia. Con marcos diferentes esta exposición, no cabe duda, diría cosas distintas. Choca que todas las fotografías lleven el mismo "marco de todo a cien" y eso empobrece la exposición. Y mira que hay fotografías estupendas, Miguel Ángel Cruz firma una "parisina" titulada Mirada atenta; Carlos Gutiérrez, titula Un día de lluvia con sabor antiguo que recuerda a los buenos maestros y Antonio Vallano, una espectacular titulada Plaza del Viejo Coso que se queda en la retina para siempre. Hay otra que me ha gustado, Días de lluvia de Francisco Javier Hernández que es magnífica.

Esta Sala de Exposiciones de San Benito fue un referente, diría que nacional, de la fotografía. Aquí hemos visto cosas de mucho nivel durante mucho tiempo. Hasta que llegó el "día de la ocurrencia" por parte de algún o alguna lumbrera de la anterior corporación municipal y lo fastidio, dijo, lo que se dice siempre... que mejor en otro sitio y ahora es un sitio de exposiciones y de alcantarillas que en invierno no se puede entrar porque hay un olor que echa para atrás.

En esta época que nos ha tocado vivir la atención ha pasado a ser un bien escaso.  La capacidad de atención ha quedado reducida a nueve segundos.  Somos una sociedad incapaz de mantener la atención más allá de echar un vistazo a un tuit. Vientres segundos exactos es lo que ha tardado en ver la exposición la persona que ha entrado en la sala de exposiciones después de mí. Y la oigo decir a la persona que  está al cargo... preciosa, me gustado mucho, muy bonita, preciosa... Y a otra cosa.

Mirar no es tan fácil como parece. Hay fotografías aquí en esta sala de mucho nivel. Cada visitante que elija la suya.  Mirándolas se disfruta. Cada fotografía te cuenta una historia. Lo más importante que podemos encontrar en una sala de exposiciones es la experiencia que provoca en el visitante, y la experiencia no solo es el resultado del contenido, que es fundamental, sino también el contexto, de cómo ese contenido es presentado. Y para eso el presupuesto "para cultura" es fundamental. 

La Asociación fotográfica Vallisoletana tiene una pasión por la fotografía que salta a la vista. Todas estas fotografías se entienden por los ojos. La obra de un fotógrafo es su vida, foto a foto. Es una manera de ver y por supuesto una forma de vivir. La manera lúdica de ver Valladolid alimenta la mirada del visitante.