El varapalo de la primera jornada, tras la derrota frente a Letonia, dejaba a España en una situación peligrosa aunque en un torneo corto cualquier factor puede variar tu destino y previo a su partido ante Montenegro se producía el triunfo de Gracia ante la selección letona que dibujaba un horizonte que se podía despejar. Dependía de la propia selección. Si España superaba a Montenegro no solo se mantenía con vida ante la última jornada sino que además llegaría a ella con opción de primer puesto. Eso sí, una derrota la ponía ante las cuerdas así que el ser o no se podía escribir con mayúsculas.

La buena noticia no tardó en llegar porque la España se puso en escena era bien distinta a la de la jornada inaugural. Esta vez sí era una versión reconocible de la selección, agresiva en defensa y también en ataque con acierto y varias jugadoras opositando a actrices principales y no meras figurantes. Comenzó asumiendo la responsabilidad ofensiva Torrens para dar respuesta al acierto inicial de unas jugadoras montenegrinas que tiraban de calidad individual para superar la defensa de España, evidentemente más ajustada que en la primera jornada.

Otra de las cosas diferentes es que los puntos llegaban con fluidez desde el exterior e incluso aquellos que no encontraban aro no estaban ni mucho menos mal seleccionados. Circulación rápida de balón y para acabar el primer cuarto una buena noticia con el primer triple de María Conde, que ponía el marcador 19-14 y que ofrecía la versión personal que de ella necesita España.

Otro triple, ahora de Ouviña que era otra de las que se mostraban más cómodas en pista, obligaba al primer tiempo muerto de Montenegro, 22-16. Cierto es que España jugaba mucho mejor pero en ataque, aunque fuera al 'tran tran' iba sumando para no estar demasiado lejos en el marcador. Por fin llegaban ataques a campo abierto y con un contraataque Conde permitía que España superara la decena de ventaja, 31-20. El partido se trababa con más faltas, después de un primer cuarto que discurrió sin apenas interrupciones, y desde el tiro libre sumaba seis aciertos Montenegro que le venía bien para seguir engrosando su marcador.

Los tiempos muertos de uno y otro entrenador en el tramo final del primer tiempo le rentaron más a España que con dos triples consecutivos -ocho en total en el primer tiempo-, de Conde y Queralt Casas sobre final de posesión ponían la máxima justo al descanso, 42-29.

Se le atragantó y de qué manera el inicio del segundo tiempo al equipo nacional. Ante la zona de Montenegro no hubo acierto en los dos primeros tiros exteriores y atrás había problemas para frenar a Mack a la que ahora buscaba mucho más el rival en la zona. Se abría un parcial que iba recortando ventaja y que se cerraba con un 0-11 que rompía por fin Torrens en una acción a campo abierto tras la que el luminoso marcaba 44-40. Otro partido.

España ahora ofrecía más dudas y no aparecían más soluciones que la propia Torrens que mantenía a las suyas por delante tras un triple, 47-42. El tiempo muerto pedido por Montenegro le venía bien a las españolas para serenar un poco la situación. Más rapidez en la circulación, ajustes en defensa y un oportuno triple de Leo Rodríguez para el 47-42, aunque eran evidentes los problemas de España que no encontraba referencias interiores ante la zona. Jovanovic con un triple dejaba el partido 52-51 a diez del final.

Dentro de la necesidad de meter la máxima intensidad en ese último cuarto España necesitaba de esa calma que jugadoras como Leo Rodríguez son capaces de aportar. La aparición de la canaria en tangibles e intangibles fue clave junto con las resoluciones de Laura Gil, otra vez referente, y María Conde para que España volviera a abrir brecha. Un +11 a cuatro minutos del final que era todo un respiro. Leo encarrilaba el partido con su segundo triple y España ataba una victoria con valor doble.