Este movimiento se venía fraguando desde días atrás en el PP ante la mirada atónita de dirigentes y militantes que no entienden. "Será difícil de explicar", aseguran teniendo en cuenta que en la historia de la democracia todos los alcaldes de Valladolid se han entregado al cien por cien a la gestión de la ciudad. "Cuando Carnero era presidente del PP defendía que un alcalde de un municipio grande no podía presidir la Diputación y ahora salimos con esto", añaden fuentes consultadas por TRIBUNA.

En el PP de Valladolid hay un indudable revuelo en los últimos días. Carnero pretende aglutinar todo el control de los movimientos alrededor del partido y le habría descolocado el nombramiento de su número dos en el Ayuntamiento, Mercedes Cantalapiedra, como cabeza de lista al Congreso de los Diputados. De esta forma, los dos primeros puestos de las elecciones municipales tendrán su responsabilidad compartida entre su trabajo en Madrid y el Gobierno de Valladolid, para el que trabajarían a tiempo parcial, algo difícil de explicar y que dice muy poco del espíritu de renovación que quiere exhibir el Partido Popular.

La lista definitiva al Congreso de los Diputados en sus principales puestos quedan definida con Mercedes Cantalapiedra de cabeza de lista, seguida de Eduardo Carazo que repite como número dos, Ignacio Tremiño (número tres) y Alberto Plaza, alcalde de Simancas, en el cuarto.