La provincia de Valladolid, ubicada en el corazón de la comunidad autónoma de Castilla y León, cuenta con una gran cantidad de atractivos turísticos que la convierten en uno de los destinos preferidos por los visitantes de España. Desde sus impresionantes castillos y monasterios hasta sus rutas de enoturismo y gastronomía, Valladolid ofrece una experiencia única y enriquecedora para todo tipo de viajeros. En la actualidad, la provincia cuenta con ocho Denominaciones de Origen (DO) de vino, entre las que se encuentran la DO Ribera del Duero, la DO Cigales y la DO Rueda. Esta amplia variedad de vinos hace que la región sea un destino ideal para los amantes del enoturismo, donde se pueden realizar catas, visitar bodegas y conocer de cerca el proceso de elaboración del vino. Además, la provincia de Valladolid también es conocida por su gastronomía, con platos típicos como el lechazo asado, los quesos artesanales y los productos de la huerta, que se pueden disfrutar en los numerosos restaurantes de la zona.

Una de las rutas más destacadas para los amantes de la historia y la cultura es la llamada Ruta de los Castillos, que recorre varios municipios de la provincia, entre ellos Fuensaldaña, Villafuerte de Esgueva, Encinas de Esgueva, Trigueros del Valle y Peñafiel. Esta ruta ofrece un recorrido en coche de una hora y veinte minutos, que presenta una gran variedad de monumentos históricos y edificios representativos. En estas paradas, los visitantes podrán disfrutar de una experiencia única, donde se combina la magia de los castillos con la historia y el arte, así como la gastronomía y el vino.

La primera parada será en Fuensaldaña, donde se encuentra el Castillo de Fuensaldaña, perteneciente a la Escuela de Valladolid, construido en la segunda mitad del siglo XV. El castillo posee una planta cuadrada y una gran torre del homenaje rectangular que sobresale dentro del patio de armas. Aunque se comenzó a edificar en el siglo XIII, su aspecto actual data del siglo XV, cuando el castillo era la residencia señorial de los Vivero. Ha tenido diversos usos palaciegos y también fue sede de las Cortes de Castilla y León. Actualmente, tras una reforma integral en su estructura y contenido, los visitantes encontrarán una exposición moderna que abarca el interesante y mágico mundo de los castillos.  Este castillo es sin duda un punto de interés muy destacado, pero además de ello, nos desplazaremos hasta Cigales, un municipio de casi dos mil habitantes que cuenta con una gran variedad de actividades y lugares de interés cercanos que no te puedes perder. Una visita obligada es a la mítica bodega tradicional cigaleña, la cual representa un claro ejemplo de las antiguas cavas subterráneas de Cigales. Esta bodega bicentenaria se encuentra ubicada en uno de los dos barrios del municipio y se ha excavado en tierra a una profundidad de 9 metros. Al recorrer sus laberínticas sísas, podrás admirar el espectacular lagar con su viga romana de 15 metros y más de una tonelada de peso, así como las salas donde los mostos envejecen hasta convertirse en los excepcionales vinos de Cigales que se conocen y aprecian en todo el mundo.

Trigueros del Valle es otra parada obligatoria, un lugar que transportará a sus visitantes a través del tiempo y la fantasía. Aquí, podrán disfrutar de una experiencia única en las Casas Cueva, que les llevará a descubrir cómo era la vida en estas singulares viviendas tanto en el siglo XVIII como en mediados del siglo XX. Pero eso no es todo, el Castillo Encantado es otro de los lugares que no pueden dejar de visitar en Trigueros del Valle. Juan Villa, creador de efectos especiales y decorados para cine y televisión, ha transformado este castillo para ofrecer una historia que mezcla realidad y fantasía. Guiados por unos peculiares inquilinos, los visitantes podrán disfrutar de una ambientación completa que les llevará a vivir ligeros sustos.

El castillo de Villafuerte es otro de los lugares imprescindibles en cualquier parada por la región. Construido en el siglo XV por Garci Franco de Toledo, es un ejemplo de la arquitectura defensiva de la Edad Media en España. Aunque su capacidad defensiva era limitada, era un símbolo del poder señorial y útil en las luchas de poder y desórdenes sociales de la época. El castillo consta de una planta cuadrada con torres redondas en tres de sus esquinas y una gran torre del homenaje ocupando la cuarta. Hoy en día, es uno de los castillos mejor conservados de la región y merece una visita para conocer más sobre la historia y arquitectura de la época medieval en España.

La última parada de nuestro viaje es Peñafiel, en pleno Valle del Duero, donde se encuentra el majestuoso castillo del siglo XIV.El castillo impresiona con su gran contenido expositivo y sus dependencias, y su singular arquitectura se adapta a la configuración del cerro en el que se sitúa, tomando forma de un gigantesco navío.  La visita es una experiencia única donde se muestra la historia, los procedimientos, los tipos de prensas utilizados, las herramientas, los útiles de medida, las botellas y la cata, y se promociona la oferta turística de la zona, que incluye paisaje y naturaleza, patrimonio artístico, artesanía, ocio y deporte, fiestas y tradiciones, y por supuesto, gastronomía.

Uno de los lugares que no puedes dejar de visitar en Peñafiel es la Plaza del Coso, una plaza principal donde se encuentra la impresionante fuente del coso, una fuente de piedra del siglo XVI que ha sido restaurada recientemente. Es un lugar perfecto para sentarse y disfrutar del ambiente de la ciudad. Otra parada obligatoria es la Bodega Protos, una de las bodegas más antiguas de la región que ofrece visitas guiadas a sus instalaciones y catas de vino. Es una gran oportunidad para aprender más sobre el vino y la cultura vinícola de la región. Para los amantes del vino, también hay una ruta turística que no te puedes perder: La Ruta del Vino, que te llevará a través de algunas de las bodegas más famosas de la región, donde podrás degustar algunos de los mejores vinos de Ribera del Duero y aprender sobre la historia y la cultura del vino en la región. Además, Peñafiel cuenta con otros lugares interesantes, como el Museo Provincial del Vino, otro lugar imperdible donde podrás aprender más sobre la producción y el proceso de elaboración del vino en la región. Por último, si simplemente quieres pasear y disfrutar de la belleza de la ciudad, te recomendamos caminar por sus calles empedradas y descubrir sus edificios históricos y encantadores rincones.

Encinas de Esgueva será la última parada de este viaje, a pesar de su tamaño modesto, es un lugar rico en historia y cultura, con una comunidad activa y acogedora. Una de las principales atracciones es su iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista. Esta iglesia data del siglo XV y cuenta con un impresionante retablo barroco que se cree que fue tallado por Pedro de Mena, un famoso escultor español del siglo XVII. El retablo cuenta la historia de San Juan Bautista y es una obra de arte impresionante que vale la pena ver. Otro punto de interés en Encinas de Esgueva es el Museo del Pan. Este museo es una celebración de la importancia del pan en la cultura española y presenta una variedad de herramientas y artefactos históricos relacionados con la producción de pan. También hay demostraciones en vivo de cómo se hace el pan, lo que puede ser muy interesante para los visitantes. Además de su patrimonio cultural, Encinas de Esgueva también es conocido por el embalse , uno de los tres. Una lámina de agua que es retenida, no con hormigón, sino con una gruesa pared de tierra cubierta de vegetación. Podemos incluso practicar submarinismo o más tranquilamente dar un paseo por el embalse, convirtiendo un día cualquiera, en una maravillosa jornada en contacto con la naturaleza.