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Roberto Corral, futbolista vallisoletano en un país en guerra: "Hay más miedo fuera que en Ucrania"

De recogepelotas a jugar en el primer equipo, el ex jugador del Real Valladolid sueña con volver algún día "al equipo de su ciudad"

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Aitana Sánchez Hernández
Aitana Sánchez Hernández
Lectura estimada: 4 min.
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El vallisoletano Roberto Corral comenzó a jugar al fútbol siendo "un crío". Tiene 25 años y en el año 2008 ya jugaba en el Real Valladolid, el equipo de su ciudad, en el que estuvo catorce años, pasando por todas las categorías, hasta llegar al primer equipo, en el que debutó en Copa del Rey. Antes ya había jugado en el filial en Segunda División B, con el que jugó el ascenso a Segunda División en Marbella contra el Barcelona B de Ansu Fati y Araújo. Actualmente, Roberto se encuentra en Ucraniapaís en plena guerra, pero donde ha encontrado más "normalidad" de la que se esperaba.

A los 21 años, Corral hizo buenos registros en 2ª B, donde jugó todos los partidos y recibió ofertas de equipos de segunda división como el Numancia o el Tenerife, pero el futbolista decidió quedarse en el Real Valladolid, dadas las buenas condiciones que le ofreció el director deportivo del equipo en ese momento, Miguel Ángel Gómez. Como detalla Roberto Corral a Tribuna Valladolid: "Estar en mi casa, en mi tierra, en el equipo de mi ciudad era algo que me atrajo mucho, y por eso renové el contrato con el Real Valladolid".

Respecto a lo que significa para él haber jugado en el Real Valladolid, el futbolista lo describe como un "orgullo", ya que siempre ha sido un "fanático" del Valladolid, desde que su padre le llevaba al estadio siendo muy pequeño. Tal es su pasión, que ha pasado por todas las categorías: desde su faceta como recogepelotas, pasando por el filial, hasta la de jugador con el primer equipo. "Estar al otro lado y tener la oportunidad de jugar en el equipo de tus amores te hace sentir muy orgulloso", relata el jugador.

En su penúltimo año en el Real Valladolid, Corral fue cedido al Numancia, en Soria, donde jugó una temporada. Después volvió para jugar su última temporada con el Pucela. El último día de mercado, había muchos jugadores en la plantilla y le rescindieron el contrato, quedándose libre después del mercado de verano. "A partir de ahí, seguí trabajando", cuenta Roberto.

Jugar en Polonia y en Ucrania

En invierno, la primera oferta que recibió fue de un equipo de la primera división en Polonia, el Korona Kielce. Corral llevaba cuatro meses sin competir, pero después del primer partido amistoso con este equipo, los polacos vieron su buen estado de forma y decidieron contar con él. "Estuve jugando todo y muy bien, hasta que, por una mala fortuna, en la jornada 5 me lesioné el tobillo". Con esta lesión, estuvo dos meses y medio alejado de los terrenos de juego, tiempo en el que el equipo comenzó a tener "malos resultados", lo que hizo que echaran al entrenador, que era el que había apostado por él.

En febrero de este año, el club polaco rescindió su contrato y llegó la oferta de Ucrania, país en plena guerra. Roberto asegura que, como conocedor del mercado europeo y de las grandes ligas de Europa, "recibir una oferta de un equipo como el Metalist Kharkiv era una buena oportunidad", pues es un equipo que jugó en Europa League hasta 2016 y la Champions en 2013 y 2014, con el Papu Gómez. "Jugar en la Primera de Ucrania a nivel deportivo y otro tipo de condiciones de cara al mercado me venía de maravilla", destaca.

A pesar de haber una guerra de por medio, Roberto vio el interés que había en el equipo, y quiso escuchar. "Al principio, como es normal, la familia te quiere proteger y los amigos te preguntan: ¿cómo te vas a ir a Ucrania? Pero tuve llamadas con el director deportivo, la secretaria técnica y algunos jugadores con los que me puse en contacto, y me explicaron que la vida allí es normal. Al final estamos a 1.500 kilómetros de la guerra. Este fin de semana he estado a 150 kilómetros de Rusia y no pasa nada", relata el vallisoletano.  

Aunque a nivel de juego le recuerda a la época del covid al no haber público en los estadios, el futbolista asegura que "la gente en Ucrania hace vida normal, está por la calle, en las cafeterías, en las terrazas..." Muchos compañeros de su equipo son de Jarkov o de Odesa. "Cuando empezó todo tenían miedo, oían bombas desde su casa, pero fueron los primeros meses, ahora está todo mucho más calmado en nuestra zona. Hay más miedo fuera de Ucrania que en Ucrania. Aquí ya lo tienen asimilado".

Volver a Valladolid

Roberto Corral ha estado viviendo solo en Polonia y ahora en Ucrania, lejos de su familia, sus amigos y su novia, y, aunque los echa de menos, tiene "una mentalidad abierta y positiva de conocer nuevas culturas, gente y ciudades". El vallisoletano quiere seguir jugando a nivel profesional y en las grandes ligas de Europa a alto nivel "lo máximo posible". "Sé que el fútbol no dura toda la vida, aunque si Dios quiere, aún me quedan diez o doce años de fútbol".

Su sueño siempre ha sido debutar algún día en la liga en el Real Valladolid con el primer equipo y poder volver a casa. "Sé que es muy difícil, pero ojalá el día de mañana pueda tener esa oportunidad, sino al menos sé que habré dado todo en el fútbol y que lo habré intentado por todos los medios, pudiendo estar orgulloso de los equipos en los que he jugado".

Roberto conoce sus virtudes, confía en ellas y sigue trabajando y ganando experiencia, y sobre todo, marcándose objetivos a corto plazo. "Intento no pensar mucho en qué pasará en el futuro, pienso en hacerlo bien ahora, en este mes y medio que tengo por delante, en verano buscar un nuevo proyecto, y a ver qué pasa", concluye el futbolista vallisoletano.