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Así se celebra el Ramadán en Valladolid: "Es un sacrifico contigo mismo"
Imagen de archivo. Ical
Pablo Álvarez Rodríguez
Pablo Álvarez Rodríguez
Lectura estimada: 3 min.

El Ramadán es el mes sagrado para todos los musulmanes. Los cerca de 2.000 millones de creyentes de la religión celebran su festividad con un ayuno que se prolonga a lo largo de 30 días. Según los últimos datos, 7.587 musulmanes residen en una ciudad que ya cuenta con dos mezquitas repartidas a lo largo de la geografía urbana de la capital. Al respecto, TRIBUNA habla con Mohamed El Gheryd, de ATIM (Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes), para conocer con más detalle todo lo relacionado con una festividad marcada en rojo dentro del calendario.

Una de las variaciones con respecto al Ramadán de otros años es la fecha. Mohamed explica cómo los meses lunares hacen que varíen los días de ayuno"Los meses musulmanes son meses lunares, lo que hace que el Ramadán vaya cambiando. El 23 es el primer día de Ramadán, y no volverá a ser el 23 de marzo hasta que pase 30 años. Las fechas no son exactas", detalla Mohamed.

A diferencia del mes, el horario de ayuno nunca ha cambiado. Desde el alba hasta el atardecer, los musulmanes tienen que abstenerse de comer, beber y mantener relaciones sexuales. Un duro sacrificio que sirve a los creyentes para reflexionar y ser solidario. "En el mes de Ramadán, desde el alba al atardecer, no se puede comer ni beber nada ni tener relaciones íntimas con tu pareja legal. El mes de Ramadán no es sólo ayuno en la comida y la bebida, sino también la abstinencia y dejar hábitos que tenías. Es un sacrificio contigo mismo", explica.

Precisamente, el campo espiritual tiene gran importancia para los musulmanes. El mes de Ramadán es aprovechado por los creyentes para reflexionar y ser más solidarios con los necesitados. "El ayuno es la purificación del cuerpo en todos los conceptos, también en el espiritual. No solamente es ayunar, tu comportamiento debe ser el de reflexionar, ser solidario y sacar limosna. Es ponerse en la carne de las personas necesitadas", relata.

A pesar de la dificultad de mantenerse sin comer ni beber durante varias horas, Mohamed señala cómo el creyente debe seguir con su rutina"Lo válido es hacer el ayuno mientras sigues haciendo tu vida normal". A pesar de ello, la religión establece una serie de excepciones para personas que puedan tener complicaciones para seguir el ayuno. "Los niños y las personas que tienen una enfermedad crónica no están obligados de hacerlo. En vez de hacer el ayuno, dan a personas vulnerables el valor de lo que comen durante el día. Las personas enfermas, aunque no sea de manera crónica, tampoco hacen el ayuno. No ayunan, pero después del  Ramadán recuperan esos días. Las madres embarazadas tampoco lo hacen, recuperan el día cuando terminan el embarazo. Las personas que hacen viajes de más 96km también pueden comer, y cuando acaban el Ramadán, recuperan esos días ", comenta.

Este 2023 es el primero sin ninguna restricción sanitaria que impida disfrutar del Ramadán. Las reuniones en la mezquita son una parte fundamental de un mes donde se añaden oraciones especiales a las cinco ya habituales del resto del año (la del alba, la del mediodía, la de las 16.30, la del atardecer y la del anochecer). El Gheryd recuerda cómo afectó el COVID a la celebración. "El mes de Ramadán es un mes donde las mezquitas se llenan. El COVID afectó porque la gente no iba a las mezquitas por cuestiones sanitarias. También afectó en las reuniones familiares. Normalmente, las personas iban a casa de sus padres a romper el ayuno una vez al mes", confiesa. En la religión, hay dos fechas claves, el iftar, (romper el ayuno), y la fiesta del sacrifico del cordero, celebrada dos meses y diez días después del último Ramadán.

Desde la asociación, demandan el cumplimiento de un convenio de Estado firmado en 1992 que reconocía la festividad de Ramadán y la posibilidad de adaptar la jornada laboral a los horarios del ayuno."En España, se firmó en el año 1992 un convenio con el Estado con las religiones judías, musulmanas y protestantes para reconocer las fiestas de las religiones y la posibilidad de reducir la jornada. Es un derecho que nuestra asociación lleva reivindicando desde hace muchos años. Buscamos que dentro de los convenios laborales se refleje esa realidad del colectivo musulmán en España, que somos casi dos millones en todo el país. Es importante reflejar este derecho. En algunas empresas lo han entendido, aunque son mínimas, y otras aún les cuesta. Son horas recuperables, ya que la mayoría de los trabajadores después hacen horas extras", reivindica.

 

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