logo

Orden y concierto

imagen
Orden y concierto
Ágreda L.M.
Ágreda L.M.
Lectura estimada: 2 min.
Última actualización: 

Hay conciertos, como el de esta tarde que estamos disfrutando en la Sala de Cámara del CCMD, que nos iluminan, que nos hacen ser más sofisticados, sin saber el por qué. Estas músicas que están ejecutando el Ensemble de miembros de la Orquesta Filarmónica de Berlín y de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) existen en medio de los primeros días luminosos de la primavera como una milagrosa prueba del poder que tiene la música.

Abre el concierto Aleksandr Glazunov con su Rêverie orientale, para clarinete, dos violines, viola y violonchelo y el oyente permanece en su butaca sin pensar conscientemente en nada, tan solo siente un ligero anhelo. Cada nota, cada sonido es absorbido por el sistema nervioso de manera natural proporcionando un bienestar que sienta bien al cuerpo.

Las personas que escuchan música por placer sufren menos. Los efectos positivos que se obtienen escuchando la segunda pieza del concierto de esta tarde, Cuarteto para flauta en Do mayor, K285b, para flauta, violín, viola y violonchelo alejan el estrés y las malas vibraciones y tienen la ventaja comprobada de que el sueño nocturno será placentero según un estudio realizado por The Readibng Agency que ha analizado el comportamiento de la música en los humanos.

Llegó luego el estreno del Concierto de la cámara nº 4 "Simple Games" de Jesús Rueda y qué quieren que les diga, estaba deseando que terminara para que comenzaran los Tres Preludios, op,11 de Skriabin y volver a gozar de la música en vivo. Esta música, sí que te permite inventarte un mundo en el cerebro y a poco que pongas de tu parte descubres la complejidad, la sutileza y la emoción que llevan consigo estos maravillosos Preludios.

Pero lo más emocionante de la noche, con diferencia llegó con Maurice Ravel y su Introducción y Allegro, para arpa solista, flauta, clarinete y cuarteto de cuerdas. Los componentes de la OSCyL: José Lanuza, flauta, Carmelo Molina, clarinete, Beatriz Jara, violín, y Marianne Ten Voorde, arpa y los de la Filarmónica de Berlín: Álvaro Parra, violín, Joaquín Riquelme, viola y Joshua Halpern, violonchelo recrearon el lenguaje de la música de Ravel de manera maravillosa e inolvidable.

Los buenos conciertos son los que no se olvidan. Brilló con luz propia la arpista holandesa de la OSCyL Marianne Ten Voorde por su estilo limpio y frontal de exponer la música y dotar de transparencia las texturas ravelianas y de cubrir los aspectos agógicos de manera fluida y natural. 

 

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App