El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, la directora general de Industrias Culturales del Ministerio de Cultura y Deporte, Adriana Moscoso, y el director del área de Cultura Digital del Espacio Fundación Telefónica, Pablo Gonzalo, levantaron en el Teatro Calderón de Valladolid el telón de la sexta edición del Foro de la Cultura, un espacio que invitará hasta el próximo domingo a "la reflexión profunda y el intercambio sosegado de ideas", en palabras de este último, en torno al tema central que los organizadores han elegido para esta edición, el odio.

En su intervención, Puente recalcó el "destacado elenco de ponentes", expertos en ámbitos como la filosofía, la neurología, el cine, la política, la literatura, el periodismo, la música, el humor o la justicia, que se repartirán en diversos encuentros en los que proporcionarán sus puntos de vista en torno a "una cuestión que sigue muy vigente en nuestros días: el odio y sus diversas manifestaciones en la sociedad actual".

El alcalde destacó el "impulso" que ha supuesto para el Foro su traslado el pasado año a Valladolid (hasta la cuarta edición se celebró en Burgos), y señaló que en el ránking autonómico elaborado por el Observatorio de la Cultura este evento organizado por Cultura y Comunicación ha avanzado nueve posiciones hasta el octavo lugar hasta consolidarse como "uno de los principales eventos culturales en Castilla y León".

"Este Foro se ha convertido en una manifestación cultural de especial relevancia, al que estamos encantados de acoger en nuestra ciudad. Por ello, vamos a continuar trabajando para que esta fructífera vinculación se mantenga durante muchas ediciones más", detallól.

Sobre el tema elegido en esta ocasión, el regidor subrayó que "el discurso del odio no tiene cabida en sociedades democráticas como la nuestra, que tiene a gala la protección de los derechos humanos y el rechazo a la discriminación de individuos o grupos por sus características inherentes". "Favorecer la información veraz, la educación, el respeto a los demás y construir espacios de convivencia, son algunas de las principales herramientas que pueden ayudar a desterrar esa práctica denigrante", exhortó antes de manifestar su confianza en que esta iniciativa ayude a Valladolid a "seguir siendo culturalmente intensa, dinámica y diversa", y a que todos los asistentes salgan de las charlas "con menos ganas de odiar".

Por su parte, Adriana Moscoso recalcó que el apoyo del Ministerio a la propuesta "ha sido constante desde su creación" y destacó que "es un placer comprobar cómo gracias a la programación y la respuesta del público se ha convertido en una cita fundamental a nivel nacional". "Ha sabido crear un ecosistema donde se mezclan la seguridad, comodidad y neutralidad necesarias para generar debates interesantes y críticos", añadió.

Conexiones inesperadas

"En estos tiempos de referencias y recomendaciones de algoritmos el Foro apuesta por ponentes heterodoxos, y conexiones inesperadas, que surgen de un análisis profundo de sus trayectorias y no de tendencias o etiquetas. Es fundamental generar debates transversales y tranquilos, que no temamos discrepar y que debatamos desde el respeto al otro, a sus creencias y deferencias, para afrontar una realidad cada vez más veloz, compleja y diversa", completó además de sentenciar que "la capacidad crítica es decisiva para avanzar en la tolerancia y enriquecernos como comunidad".

El último en tomar la palabra en el acto oficial de apertura fue Pablo Gonzalo, que recordó que es la cuarta edición en que Fundación Telefónica colabora con el Foro, que tiene una extensión estos días en el espacio que la institución regenta en la Gran Vía madrileña. Tras felicitar a los promotores "no solo por el listado de ponentes sino también por la elección del tema, el odio, que es totalmente acertado", aseguró que uno de los objetivos de Fundación Telefónica desde sus inicios es "propiciar debates, análisis y reflexión sobre la cultura contemporánea en general y las transformaciones que la revolución tecnológica está generando en todos los órdenes de nuestra vida".

"El discurso del odio es uno de los aspectos que más se está viendo afectado por estas transformaciones. Entre cultura y odio siempre ha habido una relación de amor-odio. Estamos convencidos de que la cultura es una de las mejores vacunas que existen contra el odio, aunque la historia del siglo XX nos invita a ser prudentes, pero creemos que el espíritu crítico y la curiosidad en general son buenos antídotos frente a la barbarie", reflexionó.

Tras argumentar que "la presencia cada vez más intensa de las redes sociales en nuestra vida cotidiana es por una parte un remedio y por otra caldo de cultivo para el odio", recalcó que "nunca ha sido tan fácil intercambiar ideas, conocer otros mundos y desterrar estereotipos conociendo la realidad de los demás , pero los mensajes de odio se propagan en las redes con muchísima más velocidad que las llamadas a la solidaridad o la concordia. La buena noticia es que nada está escrito. El futuro está en nuestra mano, no en la mano de una máquina o un algoritmo, y es algo en lo que debemos confiar. Disponemos de una tecnología clave para construir este futuro y desterrar el odio o al menos arrinconarlo; se inventó hace 25 siglos, se basa en la reflexión profunda y el intercambio sosegado de ideas. No es infalible pero es la mejor que tenemos", concluyó.