logo

Eclipse total

La crónica cultural de Ágreda de este jueves para Tribuna

imagen
Eclipse total
Imagen de Nacho Carretero
Ágreda L.M.
Ágreda L.M.
Lectura estimada: 2 min.
Última actualización: 

De Pont Flotant en el LAVA. Hay cuatro entonos. El primero es el entorno inmediato del bebé: el líquido amniótico, la química. El segundo es el afectivo: el padre, la madre, la familia, los amigos, el colegio, el barrio.  El tercero es el entorno verbal: los mitos, los relatos. Y el cuarto es el LAVA. Esta noche Pont Flotant con su obra Eclipse total tiene el coraje y placer de explorar el pasado, el presente y el futuro de su mundo y del nuestro.

La historia que cuenta esta compañía valenciana es a veces traumática, creíble, fantástica y necesaria. ¿Cómo no empatizar con alguien que intenta contarte una historia verdadera en el escenario? Pues claro que se empatiza con Álex Cantó y Jesús Muñoz. Nos cuentan sus historias personales, las historias del universo, las intrahistorias que son las más sabrosas. Esas que cuentan sentados a la mesa y intercambiándose personajes de manera frenética y que son capaces de transformar un recuerdo en una experiencia estética, con una puesta en escena cautivadora por la belleza de su sencillez, y un relato acertado, nostálgico y desesperanzador.

Porque relatan historias de una manera irónica que se agradece. Va calando poco a poco en el espectador que se da cuenta de que aquello que está viendo tiene su miga. Es esa conexión que tienen estos "dos pájaros" con el público lo que permite que sus historias recreen un tiempo, (el tiempo, ese enemigo que mata huyendo), una época y un paisaje y un paisanaje reconocible.

Partiendo del principio de que una obra de teatro siempre la termina el espectador, el teatro que hace Pont Flotant te afecta  y de qué manera. Esa es la magia que tiene el teatro que hace esta gente. Después de atender durante más de 80 minutos el público sale a la calle transformado.

El silencio mezcla bien con todo. Una de las cosas más difíciles de conseguir en el teatro es que se escuche el silencio. Y se escuchó, en el LAVA, vamos que se escuchó. Una puesta escena sorprendente, ese ruido de vajilla permite imaginar, permite ver a toda la familia "que se sienta a la mesa y hasta a oler" lo que se sirve en los platos?

Las últimas líneas llevan los nombres de Álex Cantó y Jesús Muñoz, su trabajo hay que reseñarlo es sobresaliente. Sus interpretaciones son sutiles, pero cargadas de emoción vitamínica. Los aplausos no salieron de las manos, salieron directamente del corazón.

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App