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Ferrari arruina la carrera a sus pilotos y entrega el campeonato a Verstappen

Verstappen hizo lo que parecía imposible, ganar. Tan imposible como lo que hizo Ferrari: perder.

Ferrari arruina la carrera a sus pilotos y entrega el campeonato a Verstappen
Alfons Aurin
Alfons Aurin
Lectura estimada: 4 min.
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La lluvia como amenaza fantasma, Ferrari en busca del doblete, Mr Saturday aka Russell en la pole y los Red Bull muy atrás. Con ese guión solo podíamos esperar una gran carrera, ¡y vaya que lo fue!

Día funebre en Hungaroring. Un techo de nubes grises, temperatura primaveral y un horizonte casi negro. Nadie pensó en poner mojados a pesar de que se preveía lluvia.Bien pensado. Una parrilla plagada a partes iguales de compuesto blando y medio, una imagen poco habitual este año, ya que el neumático blando se degrada muy rápido normalmente, pero no tanto en este circuito, frío como el día.

Bandera verde, luces fuera, y arriba el telón del GP número 12 de este año. Salió bien Russell, manteniendo su meritoria pole, salieron bien los Ferrari, de hecho, todos salieron bien, pero no todo salió bien. Alonso quería deleitarnos con su maestría en la salida una vez más, hoy desde la sexta posición, pero su compañero, no solo le cerró la puerta en la salida, si no que casi lo manda contra el muro haciendo a los de Alpine perder posición con Hamilton. Como dijo Alonso: "Nunca en mi vida he visto una defensa como la de Esteban hoy. Nunca". Un disparate la actitud de Ocon, no solo hoy sino durante todo el año, con el que se supone es su compañero y hasta cierto punto aliado. Los Red Bull aprovecharon este caos para pegarse a los Alpine y en pocas vueltas dieron buena cuenta de ambos dada la superioridad manifiesta tanto mental como mecánica de la escudería austriaca sobre la francesa.

A partir de la vuelta 12 los pilotos con neumáticos blandos vieron como estos empezaban a agonizar. Hamilton y Verstappen pasaban a Norris en la curva 1 para ponerse cuarto y quinto respectivamente, verlos juntos nos trajo buenos recuerdos de la temporada pasada. Russell con neumático blando, paró en la vuelta 18, normal. Lo increíble fue que Sainz paró en la 19 llevando un neumático medio. Si a esto le añadimos 4 vueltas muy rápidas de Leclerc, y un pitstop terrible para Carlos -o sea 2 segundos más que los más normalitos- a Carlos no solo le arruínaron la persecución a Russell, sino que además perdió posición con su compañero -que es lo que parecía el objetivo de la absurda estrategia de Ferrari-cuando este paró en la vuelta 22. Empezaba ahí la hecatombe de los italianos, con la que era su primera pifia en esta carrera, pero ni mucho menos la última. Ya habían vendido a Carlos en boxes solucionando el problema de a quien favorecer en la carrera, ¿casualidad?, no lo creo, ya van muchas contra Carlos.

Con pista libre, el monegasco adelanto al piloto de Mercedes en la vuelta 31 y todo parecía indicar que el sería quien se acabaría llevando la victoria, pero los genios de la estrategia que trabajan en Ferrari, -nótese la ironía- tenían otras ideas. Entraron a boxes Leclerc y Russell en la vuelta 40, técnicamente la última parada. Pero no. Esos estrategas que no darían la talla en la peor escudería del campeonato, pero que controlan los destinos de Ferrari, decidieron ponerle neumático duro a Leclerc, cuando estaba claro que los coches con neumático duro estaban muertos en carrera, como era el caso de los Alpine. La carrera de Leclerc a la basura. Por si no fuera poco, y vaya usted a saber si para compensar, la misma pandilla de fenómenos -llamarles ingenieros me parece una ofensa para la profesión- tomaron la genial decisión de hacer que el ultimo stint de neumáticos de Sainz para las últimas 22 vueltas, fueran blandos, que a partir de la vuelta 12 son de plastilina. Y de esta manera Ferrari se pegaba un tiro en los pies, otro en las piernas, brazos y corazón, tirando definitivamente a la basura sus opciones de ganar cualquier campeonato, y provocando probablemente una depresión en sus pilotos que no han hecho nada para merecer esto.


Verstappen se comió a Leclerc en pista, era tan lento el monegasco, que le dio a Max para pasarle, trompear y volver a pasarle todo en cuatro vueltas, alucinante. Hay que resaltar el trabajo de Checo que protegió a Max de Russell cuando el trompo, ahorrándole trabajo y tiempo que podrían haber cambiado la carrera. A todo esto, el piloto más rápido en pista era Hamilton, que primero con medios y después con blandos dio un show, ventilándose a todos los pilotos que encontraba a su paso. Adelantamientos por fuera, por dentro, frenadas tarde no, lo siguiente, en fin, un show el despliegue de técnicas de conducción que nos dio el británico que aun acabando segundo se puso a lloriquear por radio que si no fuera por no sé que podía haber ganado. Insufrible, gran piloto, pero insufrible.

Verstappen hizo lo que parecía imposible, ganar. Tan imposible como lo que hizo Ferrari: perder.
Empieza a estar claro que este mundial es para Red Bull, mientras que Ferrari tendrá que trabajar mucho para no quedar tercero, pues como hemos visto hoy, Mercedes con su dupla británica, segundo Hamilton y tercero Russell hoy, no perdona, y ya están las flechas plateadas a 27 puntos de los de Maranello en el mundial de constructores. Puede pasar cualquier cosa, porque lo de Ferrari es de expediente X. ¿Selección de personal al revés ?¿Infiltrados de Red Bull?¿Extraterrestres? Porque tanta inutilidad no puede ser random.

Como apunte fan, Alonso acabó octavo por delante de su compañero. Así que chúpate esa Ocon.