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Noche de reyes

Ni la dirección, ni la versión de Álvaro Tato, ni la pobre escenografía y el vestuario estuvieron a nivel que exige este festival de teatro de Olmedo

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Noche de reyes
Ágreda L.M.
Ágreda L.M.
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16 Festival de Teatro Clásico de la Villa de Olmedo. Peluquería de caballeros. El peluquero le corta el pelo a Sidney Munsinger (Woody Allen), un publicista y autor de novelas baratas. "He acabado de leer su novela. Me llevó todo el invierno". "Pero si son apenas 200 páginas?" Ya, pero me dormía. Incluso creí que era narcolepsia, pero el médico que no, que era el libro. Me dormía viendo Noche de Reyes en la inauguración del Festival de Teatro de Olmedo, aquello no había por donde cogerlo.

Pobre Shakespeare. Ni la dirección de Helena Pimienta ni la versión de Álvaro Tato, ni la pobre escenografía y el vestuario de José Tomé y Mónica Teijeiro estuvieron a nivel que exige este festival de teatro. La historia que quieren contar al público está más vista que el TBO. El truco se descubre a las primeras de cambio. Descubierto el truco, sobran las preguntas.

Shakespeare es un trágico moderno. Noche de Reyes de Ur Teatro no tiene ni emoción ni nada. Es un tostón que dura casi tres horas cuando en el Programa de mano pone que dura 80 minutos. A ver si se aclaran. El teatro bueno ? este de esta noche no lo es- permite siempre recrear la desnudez humana vetada en la vida real. Las obras de Shakespeare, si están bien construidas, arrastran a mundos fantasiosos que el espectador puede disfrutar con sus ojos y sus oídos.

Cuando te aburres en el teatro el tiempo se hace eterno y las interpretaciones empeoran a la velocidad de la luz y no se salva nadie, ni el apuntador. Sí que noté para mi desesperación cierto tono que se está imponiendo últimamente en el teatro que es el de buscar la risa tonta del público. La risa tonta que tanto me recuerda está noche a ciertas escenas de 'Aquí no hay quien viva'. Cuiden ese tono, por favor? Merceditas que todavía no ha pasado nada, cuando pase algo que va hacer usted, que diría Luis Escobar.

¿Que de qué va la obra Noche de Reyes? ¡Y acaso importa! Aquí todo es pasión atropellada y carente de matices, por resumir. Porque el buen actor no es el que más siente sino el que conserva la cabeza fría y sabe imitar mejor el sentimiento. El buen comediante, lo saben los clásicos, no tiene que dejarse llevar por el horror y la hilaridad sino provocarlos en el espectador. Hipocresía viene de la voz griega que significa "actuar" en escena. Y todo esto brilla por su ausencia esta noche en la Corrala Palacio del Caballero.

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