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Dos policías de Valladolid recién llegados de Valencia: "Hemos visto a los agentes hacer turnos de 16 horas"

Alberto y David formaron parte del penúltimo y último contingente, respectivamente, que se desplazaron a la provincia valenciana para echar una mano a los damnificados por la DANA

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Dos policías de Valladolid recién llegados de Valencia: "Hemos visto a los agentes hacer turnos de 16 horas"
Los dos agentes, tras la entrevista. Sergio Borja.
Alejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
Lectura estimada: 4 min.

Alberto Verdugo y David Martín se definen como dos policías que velan por la seguridad de los ciudadanos porque su vocación es "servir" no solo a los vallisoletanos, sino al conjunto de los españoles, como así han demostrado en estas últimas semanas. Los dos formaron parte del penúltimo y último contingente, respectivamente, que envió el Ayuntamiento de Valladolid, a través de la Concejalía de Seguridad Ciudadana, a Valencia para "echar una mano" a los damnificados por la DANA, una experiencia enriquecedora que les ha cambiado la vida.

Ambos, dos agentes asentados en el barrio de La Rondilla, atienden a TRIBUNA en la Comisaría Distrito Segundo de la Policía Municipal con la cabeza aún en Valencia por todo lo vivido. "Cuando nos dijeron que podríamos echar una mano, ni nos lo pensamos. Decidimos ir para allá. Desde el primer momento, ya quisimos ir, pero no nos han convocado hasta ahora", explica un Alberto, añadiendo que "si hubiese surgido la oportunidad de ir, hubiesen ido antes". Por su parte, David detalla que "se hizo una lista de compañeros porque todos querían ir" en la que, incluso, "alguno de ellos ha repetido".

Esas experiencias, de hecho, les han ayudado para saber a lo que se iban a enfrentar, pese a que había "testimonios muy duros" de agentes valencianos. Por ejemplo, "el jefe de Alfafar estuvo dos días agarrado a un árbol" y "otro compañero de Massanassa se ató en la A-3, comúnmente conocida como Autovía del Este, con un cinturón en una farola" para, entre otras razones, salvar su vida. Es más, vieron que había una vía de tren "doblada" como si se tratara de un "macarrón" porque "el agua se lo llevó todo"

Aun así, tuvieron la "suerte", permitan la expresión, de poder ir por carretera a Alfafar, Massanassa y Sedaví, donde ayudaron en todo lo que "los distintos cuerpos de Policía Local de Valencia y el Servicio de Emergencias" les solicitaron. "Nos pusimos a su disposición", reitera Alberto. Ambos durmieron en un hotel cercano a la Ciudad de las Artes y las Ciencias que les habilitó Protección Civil. A partir de ese momento, sobre las 08.00 horas, se desplazaban hasta los tres municipios mencionados día tras día durante una semana.

El Ayuntamiento de Massanassa, por ejemplo, les ofreció "comida" en el único polideportivo que resistió a las riadas y en AlfafarSedaví les tocó comer en las comisarías tras los agentes valencianos, a los que vieron hacer "turnos de 16 horas""Esperábamos a que ellos comieran para que, cuando estuvieran disponibles, nos tocara a nosotros. De esta forma, en las calles siempre había agentes. Nuestro objetivo era quitar carga de trabajo a los compañeros. Estaban saturados. Hacían turnos de 16 horas. Han quedado plantillas de cuatro policías porque muchos se han ido a Valencia", comentó David.

En cualquier caso, y desde primera hora de la mañana, Alberto y David estaban operativos. Ambos regulaban, como en Valladolid, los accesos a los colegios y, además, las entradas y salidas tanto de coches como de ciudadanos. El problema, según Martín, es que los agentes valencianos debían gestionar "las bajas administrativas", ya que había "colas de ciudadanos en los Ayuntamientos" pidiendo las ayudas tras darse de baja. "Se encargaban los agentes valencianos de este aspecto, mientras nosotros evitábamos las aglomeraciones", apunta el agente, reiterando que "la labor policial es la misma o muy similar" en comparación con la que realizan, a día de hoy, en Valladolid.

EL AMBIENTE VECINAL Y LA SITUACIÓN ACTUAL

AlbertoDavid esbozan una sonrisa cuando recuerdan los "constantes agradecimientos" que les daban los vecinos de los municipios valencianos. Alberto, por ejemplo, considera que, por un momento, éstos "se vieron acorralados porque las ayudas tardaron en llegar". La situación llegó hasta tal punto que había niños que les regalaban "dibujos". "Nos han valorado bastante, aunque todavía se sigue viendo la marca del agua por las calles. Queda mucho trabajo por hacer", sostiene.

David, en este sentido, desvela que "en Massanassa se siguen retirando vehículos". "Tú mirabas a los lados y estaban llenos de basura. Les queda mucho por limpiar. Hay zonas de nueva construcción, que deben empezar de cero porque parecen un solar. Hay que recordar que las calles estaban taponadas por coches, que tuvieron que apartar para que pasaran las ambulancias. Los vecinos se cruzaban contigo y te daban las gracias. Esa era una situación muy bonita que merece la pena vivir", insiste el vallisoletano. 

Este último se queda con una anécdota muy especial. El jefe policial de Massanassa les abrió las puertas de su casa para que pudieran degustar, junto a otras cuatro personas voluntarias, una buena paella. "Me gustó ese gesto, al igual que participar en una mascletá. Ese es el único día que nos fuimos (21.30) más tarde de lo normal después de que acabara la jornada (20.00)", manifiesta David, reconociendo que "nunca" había estado "en un evento de este tipo", algo que destaca Alberto: "Nos llevamos cosas positivas de Valencia. Hemos aprendido la forma de trabajar que tienen los policías valencianos".

EL CONTACTO FAMILIAR Y UN POSIBLE REGRESO

Ya en el hotel, ambos tenían tiempo para llamar a su familia. De hecho, hacían "maratones de llamadas". Es decir, hablaban con sus parejas, sus padres, y el oficial correspondiente al que informaban de todo lo que habían hecho durante el día. Es más, David se encargó personalmente de realizar tres informes, uno por cada municipio asignado. 

Aun así, y a pesar de las dificultades, tanto Alberto como David están seguros de que volverían a ir, no solo como policías, sino también como voluntarios. "No tenemos ninguna duda", sentencian ambos, considerados como héroes en Valencia y, desde hace cuatro y seis años, respectivamente, en Valladolid.