Un incombustible Salvi tendrá que volver a intentarlo para hacer historia

El púgil vallisoletano, valiente y muy seguro de sí mismo como siempre, no pudo batir a Garner en el Bournemouth International Center

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Un incombustible Salvi tendrá que volver a intentarlo para hacer historia
El combate entre Salvi y Garner. Captura DAZN.
Alejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
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Salvi Jiménez se quedó, una vez más, cerca de hacer historia. No por el resultado que, quizás, fue tan contundente como para no utilizar la palabra 'cerca', pero sí cerca por marcharse de Valladolid para prepararse y, sin miedo a nada, enfrentarse a un rival muy complicado en la casa del mismo, cosa que solo lo hacen los campeones, los verdaderos campeones.

Bien es cierto que el vallisoletano no estuvo nada cómodo durante el combate. Su rival, el ídolo local, Ryan Garner, fue el que, desde el primer momento, tomó la iniciativa, y cumplió, según los expertos, con su papel de favorito. Salvi, aun así, sabía lo que tenía que hacer: crecer desde la defensa, la mecánica que tantas alegrías ha dado a su familia a lo largo de su carrera.

Pese a que el que dominaba era el británico, el de Pajarillos no se inmutó. Jugó con él, con alguna que otra sonrisa cuando le esquivaba los golpes y animaba a la grada, sabiendo que los aficionados tiraban hacia el lado de 'La Piraña', como se le conoce al nuevo campeón de Europa.

Desde la zona técnica, su inseperable Txutxi del Valle le pedía que reaccionara y que vaya a muerte los asaltos que quedaban, ya pasado el ecuador del combate. Es más, en el sexto asalto, que es el que marca los tiempos, se vio a un Salvi mucho más reconocible. Es decir, soltando golpes a Garner, llegándole a sorprender porque, después del esfuerzo, el vallisoletano seguía impune.

Sin embargo, las fuerzas iban a hacer mella. No solo a Salvi, sino también al propio Garner, que ya no lanzaba los golpes de forma tan consecutiva como al principio, sino que esperaba a que el vallisoletano lo hiciera, siendo consciente también de que el combate estaba prácticamente sentenciado. Los jueces no dieron ningún asalto ganado al vallisoletano (120-108 / 120-108 / 120-108), que alguno se mereció, pero ya ha demostrado muchas más cosas de lo que le deja la derrota.

En primer lugar, la experiencia de no luchar con tu gente con un título tan importante en juego como es el de Campeón de Europa. En segundo lugar, por haber aguantado hasta el final, a pesar de las surrealistas decisiones arbitrales por momentos y por el aparente dominio de su rival. Y, por último, porque volverá a Valladolid con más fuerza si cabe para volver a intentarlo porque su objetivo es convertirse en el español número 62 en reinar en Europa y, posteriormente, si se da la oportunidad, en el mundo.