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El consumo de gasóleo B en Valladolid crece un 0,9 % en 2024

Este repunte en el consumo se debe, en parte, a que en 2024 se sembró toda la superficie de regadío disponible

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El consumo de gasóleo B en Valladolid crece un 0,9 % en 2024
Tractor trabajando en el campo. TRIBUNA
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
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El consumo de gasóleo B en el sector agrario de la provincia de Valladolid experimentó un ligero incremento del 0,9 por ciento en 2024, alcanzando las 79.815 toneladas, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Este aumento, aunque moderado en comparación con otras provincias de Castilla y León, refleja la tendencia general de mayor uso de carburante en la comunidad autónoma.

El presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, explicó que este repunte en el consumo se debe, en parte, a que en 2024 se sembró toda la superficie de regadío disponible, con una especial incidencia en cultivos como la remolacha, que requieren un mayor gasto de combustible en la siembra. Además, tras dos años marcados por grandes sequías y una menor demanda de gasóleo, el pasado año fue más favorable para la producción de forrajes y grano, lo que justificó el incremento en la recolección y, por ende, en el consumo de carburante.

El líder agrario también subrayó que la evolución del consumo a lo largo del año estuvo condicionada por las condiciones climáticas. En los últimos meses de 2024, la sementera pudo realizarse con normalidad en noviembre y diciembre, tras un mes de octubre marcado por lluvias que limitaron el laboreo. No obstante, la rentabilidad del sector sigue siendo una preocupación, ya que el precio del cereal ronda los 200 euros por tonelada, mientras que el coste del abono se sitúa en 600 euros, lo que ha motivado movilizaciones por parte de los agricultores.

A nivel autonómico, Castilla y León registró un consumo total de 583.524 toneladas de gasóleo B en 2024, lo que supone un incremento del seis por ciento respecto a 2023. Este aumento se traduce en 33.139 toneladas adicionales de carburante. En otras provincias de la comunidad, los mayores incrementos se dieron en Palencia (30,8 por ciento) y León (13,3 por ciento), mientras que Burgos fue la única en registrar un descenso, con una caída del 7,8 por ciento.

Pese al repunte de 2024, el consumo de gasóleo en el sector primario sigue muy por debajo de los niveles de hace dos décadas. En 2004, Castilla y León alcanzó un consumo de 861.011 toneladas, lo que supone una reducción del 32,2 por ciento en estos 20 años. En comparación con 2019, el descenso es del 8,9 por ciento, lo que equivale a casi 57.000 toneladas menos en cinco años.

Dujo atribuyó esta caída a diversos factores, como la reducción de la superficie dedicada a cereal, el aumento de cultivos como el girasol que requieren menos laboreo, la expansión de la siembra directa y las mejoras técnicas en maquinaria agrícola, que permiten una mayor eficiencia en el consumo de combustible

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