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Un equipo internacional, liderado por investigadores del BIOFORGE entre los que se enmarcan varios de la Universidad de Valladolid, han diseñado un innovador material capaz de reparar de forma poco invasiva lesiones graves en los huesos como las producidas por el cáncer, al ofrecerse una alternativa exitosa que combina simplicidad, eficacia y biocompatibilidad.
Los defectos en los huesos pueden tener orígenes tan diversos como traumatismos, tumores o trastornos musculoesqueléticos congénitos, y no en todos los casos resultan eficaces los tratamientos tradicionales. "En casos como el cáncer de huesos, en los que no se produce una regeneración ósea, los tratamientos actuales como los injertos presentan muchos problemas, especialmente de biocompatibilidad: pueden provocar infecciones, rechazo del tejido o no ser lo suficientemente efectivos para reparar grandes daños", apuntó un investigador de la UVa implicado en el estudio, José Carlos Rodríguez Cabello.
Además, añadió que "son muy rígidos en el sentido de que no dan lugar a la personalización para cada paciente concreto", al aclarar que sus propiedades y funcionalidades son los que son. Por ello, la regeneración ósea sigue siendo un "gran desafío médico" al que tiene que hacer frente la medicina regenerativa, y en particular la ingeniería de tejidos, a través de la búsqueda de nuevos materiales.
"Este hidrogel está diseñado para actuar como un 'andamio biológico' que guía el crecimiento del nuevo tejido óseo. Está compuesto por proteínas sintéticas que imitan a la elastina, una sustancia natural del cuerpo que aporta elasticidad a la piel, los vasos sanguíneos y otros tejidos. Estas proteínas sintéticas, fabricadas mediante ingeniería genética, permiten crear un material que se adapta perfectamente al área dañada y facilita la formación de nuevo hueso de manera controlada y segura", subrayó el investigador del BIOFORGE.
Entre las ventajas que ofrecen estos materiales destaca la posibilidad de producción a gran escala y la libertad de las limitaciones impuestas por las fuentes naturales de los materiales tradicionales, procedentes en la mayoría de los casos de proteínas de origen animal.
Desde el equipo investigador trasladaron que las pruebas realizadas en conejos hembra de Nueva Zelanda han demuestrado "resultados prometedores" del hidrogel. Tras ser aplicado en las lesiones óseas de los conejos, el material consiguió regenerar hueso nuevo en tan solo 90 días, mostrando una calidad comparable al hueso natural. Además, el hidrogel permite una neovascularización (desarrollo de vasos sanguíneos nuevos) adecuada en la zona tratada, un paso clave para la curación; y se observó que el hidrogel se degrada de forma controlada a medida que el tejido se regenera, evitando acumulaciones indeseadas en el organismo.
Por otro lado, uno de los aspectos más destacados de este hidrogel es que no necesita incluir células vivas ni factores de crecimiento, algo muy común en otros tratamientos. El diseño adaptable de estos hidrogeles y la simplicidad de su aplicación abren la puerta a su uso en otros tejidos, como músculos o cartílagos, lo que amplía su potencial en medicina regenerativa.
"La investigación básica está casi concluida; las fases preclínicas y clínicas requieren desarrollo más que investigación y la implicación del sector privado que asuma una buena parte de los costes de desarrollo, pero en España es difícil movilizar a este sector debido a la limitada tradición en la industria biomédica", aseguró Rodríguez Cabello.
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