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Dos policías municipales que estuvieron en Valencia: "Es muy gratificante ayudar a los más necesitados"

Daniel y Javier formaron parte del primer contingente que se desplazó hasta tierras valencianas para echar una mano a los afectados por la DANA

Dos policías municipales que estuvieron en Valencia: "Es muy gratificante ayudar a los más necesitados"
Daniel y Javier, policías locales desplazados a Valencia. Foto: Sergio Borja
Alejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
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"La vocación de servicio público es inherente". Esa es la frase con la que se ha quedado un servidor tras charlar un buen rato en la Plaza de la Universidad con dos agentes de la Policía Municipal que se desplazaron hasta el municipio valenciano de Sedaví para ayudar a los damnificados por la DANA o, como bien dice uno de los policías involucrados, "los más necesitados".

En el primer contingente que el Ayuntamiento de Valladolid, a través de la jefatura del servicio y la Concejalía de Salud Pública y Seguridad Ciudadana, estuvieron Daniel y Javier, los dos agentes que, días después de estar en Valencia, atienden a TRIBUNA. Daniel, el agente que coordinó el operativo, explica que la idea de ir hacia Sedaví surge a raíz de la DANA, motivo por el cual se ponen en contacto con sus responsables para que sepan que, en el caso de que activen el servicio, estarían dispuestos a echar una mano. De hecho, ellos forman parte de "un grupo numeroso de voluntarios".

"Tras una semana de gestiones burocráticas, nos comunican que el día 1 partimos hasta Sedaví, uno de los municipios afectados. Fuimos, en concreto, ocho agentes de la Policía Municipal junto a cuatro policías más de Segovia. Una vez que llegamos al municipio, hablamos con la jefatura de la Policía Local de Sedaví, y nos dicen las necesidades que tienen. Todas ellas relacionadas con la gestión del tráfico, cuyo objetivo es favorecer la actuación de otros servicios", añade.

Por su parte, Javier, autor de la frase con la que ha empezado este reportaje, reconoce que los policías "ni se lo pensaron" a la hora de decidir si querían ir a Valencia, como hicieron, por ejemplo, los Bomberos de Valladolid o Protección Civil. "Fue una experiencia cargada de un sentimiento personal alto. Es muy gratificante poder ayudar a los más necesitados", asegura. De hecho, a sus familiares no les sorprendieron que quisiera ayudar porque ya le conocen. "Saben cómo soy", comenta con una sonrisa.

SU DÍA A DÍA

Ellos se alojaron en un "centro de estudios" donde comieron y durmieron hasta el 9 de diciembre, ya que el 10 iban a ser relevados por el segundo contingente. Se levantaban a las 05.45 horas para estar a las 08.00 en Sedaví "funcionando". Iban con tiempo por los atascos que se producían en las carreteras "al no estar el metro disponible". "El impacto no es como el del inicio, pero fue igual de dramático. Pasan los días, y la gente te sigue necesitando. No hay negocios, el estado de ánimo era bajo...", apunta Javier. 

El mencionado centro de estudios, no obstante, contaba con los "servicios básicos" para poder descansar. El servicio acababa, aproximadamente, a las 19.00 horas. "Sabíamos que íbamos a llevar a cabo trabajos de muchas horas. Nos supuso un gran esfuerzo, pero estaba todo bien organizado", sostiene. A los compañeros que les iban a relevar les transmitieron lo que se iban a encontrar y, de esta forma, estaban prevenidos "por lo que pudiera ocurrir". "Cada vecino o voluntario aportaba su granito de arena", también les dijeron.

Aunque es duro afrontar ciertas situaciones, estos dos héroes volverían a ir a la Comunidad Valenciana: "Estaríamos encantados de ir para allá y echar una mano. Es nuestra vocación, y más en estos casos". Sin embargo, admiten que a los damnificados les va a "costar años y no meses" recuperar la normalidad. "Es un desastre económico y emocional. Puede asemejarse a un escenario de posguerra, pero sin bombas. Los polígonos industriales estaban desolados", concluyen dos policías que, a diario, intervienen en la zona centro de Valladolid, donde están instaladas la mayoría de las luces, algo que no les hace falta para seguir brillando, como hicieron en Sedaví.