circle
Clásico

La semana de la salud

La semana de la salud
Pedro Santa Brígida
Pedro Santa Brígida
Lectura estimada: 3 min.

La mayoría de los mortales hace su particular repaso cada vez que se acerca el final de un año. Uno más o uno menos, según se mire. La suerte o la desgracia individual y colectiva, como viene siendo habitual desde el inicio de los tiempos, va por barrios. Personalmente, cuando se acerca el día de la Lotería de Navidad es cuando caigo de verdad en que el calendario está a punto de volver a cambiar sus dígitos. Es la hora de reflexionar sobre el último año, sus bondades y maldades.

Como todos nos repetimos habitualmente, lo importante de verdad es la salud, lo demás es secundario. Discutible consuelo para quienes sufren realmente dolencias, afecciones y otros padecimientos. O para sus seres queridos. Al margen de cada circunstancia vital, el hecho de estar aquí, en este mundo, ya es un triunfo porque la alternativa es indiscutiblemente fatal. Precisamente, por ello cada vez tolero mejor el torrente de pésimas noticias que protagonizamos a diario los llamados seres inteligentes. Supongo que el presidente del Gobierno español no ha tenido su mejor año.

Desde que se tomó unos días para repensar si le merecía la pena o no continuar al frente de la película, su esposa, su hermano y algunos de sus allegados políticos están cada vez más en la picota por unos presuntos pufos. En el fondo, nada nuevo bajo el sol patrio, tan habituado a todo tipo de prevaricaciones. Los Aldama, Ábalos, Koldo y compañía lo tienen en un sinvivir judicial. Por no insistir en el caso del fiscal general del Estado, por primera vez en la historia investigado por un delito, sin que ello suponga que tenga la más mínima vergüenza, propia o ajena, de dimitir (verbo desconocido, salvo honrosas excepciones, para los asiduos a la cosa pública en este país).

Tampoco el ínclito Puigdemont podrá decir que 2024 ha sido bueno con él. Amnistiado por decreto gubernamental, la realidad es que sigue sin poder pisar legalmente suelo español. En su constante amenaza de boquita, el fugado en el maletero de un coche ve como ha pasado un año más sin que sus posaderas se asienten por aquí o que su partido palpe poder en su querida Cataluña. Pero toca las pelotas en la política nacional y eso, según parece, le sirve para mantener su estatus de casi presidente en la sombra. Este 2024 también pasará a la historia por la puñetera DANA. Tantos muertos, tanta desgracia colectiva en algunas poblaciones, principalmente en Valencia, nos han vuelto a demostrar que los políticos de este país no están a la altura de los ciudadanos. Ya lo sabíamos, no es ninguna novedad contemplar la abusiva polarización, el trastorno ideológico llevado a los extremos cuando lo que hace falta es simple gestión. Sin más.

No quiero olvidar mencionar el último escándalo con los dineros de todos en el CNIO, el centro de investigación del cáncer. ¿También ahí? Pues agua lleva cuando el río suena. Como la capacidad de asombro está sobrepasada hace tiempo, me lo creo todo. En esta España nuestra contamos más tontos que botellines y un letal excedente de chorizos del fondo común. Es lo que hay, nos guste o no. ¿Y el mundo, qué? Pues vuelve Trump, ahora acompañado de su inseparable Elon Musk. Más madera para hacer una buena hoguera. La política alemana se desmorona porque el canciller Scholz se había amarrado al poder a la española (y porque su economía empieza a flaquear seriamente).

El imperturbable Putin sigue jorobando la marrana todo lo que puede, por supuesto más de lo que parece. China a lo suyo, haciéndose con el planeta. De Milei y Meloni mejor no decir ni pío. Son los malos oficiales de la política y la prensa Woke. A todo esto, Europa sigue sin pulso... Y Zapatero haciendo de las suyas. Se va uno y llega otro. El año 2024 nos ha dejado la retirada de dos grandes deportistas, Nadal e Iniesta. En 2025 se anuncian un montón de nuevas en España, como por ejemplo, enredos políticos al margen, la retrasada amenaza de los peajes masivos en las carreteras, por no citar la continuidad en los líos en la presidencia de la federación de fútbol (estos elementos sí que no cambian).

Por todo ello y por lo que pueda venir, vivamos el momento, intentemos disfrutar de la semana de la salud, la de la lotería. Carpe Diem.