La investigación policial pudo determinar que ya había una estructura, finalidad, jerarquía y reparto de funciones
La Policía Nacional ha efectuado ocho detenciones encuadradas en el marco de la 'Operación Sede', las cuales, sumadas a anteriores detenciones, suman un total de 17 jóvenes a quienes se les impunta un delito de pertenencia a grupo criminal
Desde hace ya tres años, agentes de la Policía Nacional en Valladolid mantenían una férrea vigilancia de grupos de menores, al objeto de evitar que emulasen prácticas de grupos juveniles violentos, tales como los Dominican Don't Play o DDP.
La labor policial ha dado como resultado que cuando se han producido agresiones puntuales por parte de estos menores, a otros jóvenes a quienes consideraban contrarios a su modo de vida, rápidamente se les han imputado estos delitos, dando una respuesta pronta y eficaz.
Dentro del control y seguimiento de estos menores, la noche del pasado 6 al 7 de enero de este año, los investigadores de la Policía Nacional tuvieron conocimiento de una agresión que efectuaron con armas blancas en un locutorio de la capital, a un joven a quien consideraban un rival, produciéndole heridas de severa consideración. Los autores de esta agresión fueron detenidos en su momento y a consecuencia de esas detenciones, se llevaron a cabo cuatro entradas y registros en diferentes viviendas de la capital, en las cuales se intervinieron varias armas blancas tipo machetes, así como prendas y vestimentas de referencias latinas de grupos violentos.
Esta agresión desencadenó una investigación policial, con el nombre de 'Operación Sede', que ha concluido recientemente con ocho detenciones. Las minuciosas investigaciones desarrolladas por los agentes de la Policía Nacional determinan una estructura, finalidad, jerarquía y reparto de funciones de estos jóvenes que da como resultado de esta operación, un total de 17 personas a quienes se les imputa un delito de pertenenencia a grupo criminal, entre ellos los últimos ocho detenidos.
Era la intención de los cabecillas de estos jóvenes establecer en Valladolid, un grupo juvenil violento a semejanza de los Dominican Don´t Play, igual a los que hay en otras capitales fuera de nuestra comunidad, como en Madrid o Barcelona.
Toda la labor policial ha sido documentada judicialmente, poniéndolo en conocimiento de la Autoridad Judicial y de Fiscalía de Menores. Gracias a las imputaciones de estos jóvenes, se considera como abortado de raíz este intento de establecer un grupo violento en la capital vallisoletana. De los 17 imputados hay 2 en prisión, 4 en régimen cerrado en centros de menores y los restantes con diferentes situaciones y medidas cautelares.
La investigación policial pudo determinar que ya había una estructura, finalidad, jerarquía y reparto de funciones
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