Doce meses desde que la eterna 'Chica ye yé' perdiese la vida y se convirtiese en una leyenda cultural que estará para siempre en la memoria de todos
Un día como hoy hace un año, fallecía la actriz vallisoletana Concha Velasco, a los 84 años, en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, Madrid, según confirmaban sus hijos Manuel y Paco Martínez.
365 días desde que la 'Chica de la Cruz Roja' abandonaba este mundo y se convertía, definitivamente, en leyenda, dejando tras de sí películas, canciones y funciones de teatro que la convertían en un elemento clave de la historia de la cultura de nuestro país.
Concepción Velasco Varona, nacida en Valladolid en 1939, tuvo un linfoma en 2014 que la mantuvo apartada de los escenarios durante meses y su vuelta fue condicionada a una vigilancia médica y un reposo que ella misma reconoció que era incapaz de seguir.
Su último compromiso fue la obra 'La habitación de María', creada por su hijo Manuel, donde interpretaba a una célebre escritora, Isabel Chacón, que toma el nombre de su tía y el apellido de su madre, que padece agorafobia y vive recluida en un ático del que no se mueve hasta que un incendio obliga a evacuar el edificio.
El 15 de septiembre de 2021, con 81 años, se retiró definitivamente de los escenarios con una última representación en el Teatro Bretón de los Herreros de La Rioja.
Tras su muerte, Concha Velasco deja tras de sí una trayectoria impresionante en el mundo del espectáculo, siete décadas durante las cuales pasó de Conchita a Concha hasta recalar en Doña Concha, uno de los rostros más populares, prolíficos y queridos de la escena española en toda su historia.
La mujer que convirtió en éxito aquello que tocaba, la artista que rompía moldes a cada paso fue primero bailarina y cantante antes de desembocar en actriz de cine, teatro y televisión, facetas a las que también unió las de presentadora y productora escénica.
Inclasificable por poliédrica, rebelde como algunos de los personajes que interpretó, inconformista para probarse en cualquier disciplina e innovadora para no perder sitio, tan solo la salud y la edad condicionaron la vitalidad de una actriz irrepetible, como acredita su densa biografía.
Desde su debut en la gran pantalla en 'La reina mora' (1955), con apenas quince años, participó en cerca de un centenar de filmes a los que sumó una veintena de series televisivas, más de treinta obras de teatro y la grabación de una decena de discos.
No se acomodó, arriesgó en cada rodaje dentro de una versatilidad de la que habla la disparidad de personajes que interpretó durante siete decenios en películas como 'Las chicas de la Cruz Roja' (1958); 'Historias de la tele' (1965); 'Una muchachita de Valladolid' (1973); 'La Colmena' (1982); 'París-Tombuctú' (1999); 'El oro de Moscú' (2002); 'Flow' (2014); y 'Malasaña, 32' (2020).
Chica ye-yé, chulapa, prostituta, mística, novia ejemplar, esposa modelo, mujer fatal, moderna, progresista... abordó una inmensa variedad de registros a las órdenes de directores de diferentes generaciones como José Luis Saenz de Heredia, Pedro Lazaga, Pedro Olea, Josefina Molina, Luis García Berlanga, Mario Camus y Jaime de Armiñán junto a Tony Leblanc, Manolo Escobar y Alfredo Landa como los actores con quienes más veces coincidió.
Inquieta e inconformista, Concha Velasco tocó todos los palos, desde la danza clásica y la ópera hasta el flamenco como bailarina en la compañía de Manolo Caracol y la revista musical, a la que llegó de la mano de Celia Gámez en calidad de vicetiple, fruto todo ello de su vocación, pero también de la austeridad y disciplina tanto en la formación como en el trabajo.
Nacida en Valladolid el 29 de noviembre de 1939, vivió su infancia en el Sahara, destino militar de su padre, un comandante de Caballería. Tras su retorno a la península estudió danza clásica y española en Madrid y subió por primera vez a un escenario en 1954, en el Teatro de la Zarzuela con la revista 'Bienvenido, Mister Dollar'.
La chica del lunar en la mejilla también alcanzó la excelencia en el teatro, principalmente con José Carlos Plaza en espectáculos como 'Hécuba' (2013) y 'Hello Dolly' (2001), también en la comedia musical con títulos como 'Mamá quiero ser artista' (1986), dirigida por Ángel Fernández Montesinos, y fue predilecta de Gala en los montajes de 'La truhana' (1992) y 'Carmen, Carmen' (1988).
La indeleble vocación e ilusión han sido determinantes para tan longeva trayectoria artística, las mismas que casi octogenaria no le impedían levantarse de madrugada para estudiar papeles, "con buena memoria pero mala salud".
Velasco dedicó mucho tiempo al teatro, con obras como 'Filomena Marturano' (1979), 'Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?' (1981) 'Mamá quiero ser artista' (1986), 'Carmen, Carmen' (1988), 'La truhana' (1992), 'Las manzanas del viernes' (1999), 'Hello, Dolly!' (2001), 'Inés desabrochada' (2003) o 'Hécuba' (2013).
Y entre sus papeles dramáticos destacaron el de 'Teresa de Jesús' en la serie de 1983, o los de 'Tormento' (1974), 'Pim, pam, pum... ¡fuego!' (1975), 'Esquilache' (1989) o 'Más allá del jardín' (1996).
Y fue galardonada con el Premio Goya de Honor en 2012, el Max de Honor en 2019, el Valle Inclán a mejor actriz por 'Hécuba' en 2015, el Ondas a mejor actriz por 'Gran Hotel' en 2012 o la Espiga de Oro de la Seminci por 'La hora bruja' en 1985.
Cameleónica en los escenarios y cercana fuera de los mismos, la Velasco fue ovacionada por la ciudad de Valladolid, que la despidió el año pasado con un sentido homenaje que tuvo lugar en la puerta de Teatro Calderón, donde el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, y la concejala de Cultura, Irene Carvajal, acompañados por centenares de vallisoletanos que abarrotaban los alrededores del teatro, depositaron un ramo y una corona en el coche fúnebre bajo una cerrada ovación que se prolongó durante varios minutos.
Los aplausos acompañaron la entrada y la salida del féretro de la Catedral, donde también fue ovacionada al finalizar la misa cuando su hijo mayor, Manuel Martínez Velasco, agradeció desde el altar el cariño demostrado siempre por la ciudad con su madre, así como la solidaridad recibida desde todas las administraciones.
Tras la misa funeral, tuvo lugar el entierro en el panteón de Personajes Ilustres del cementerio de El Carmen de la capital vallisoletana, al que por estricto deseo de la familia solo asistieron las personas más cercanas. En definitiva, momentos inolvidables que quedarán en la retina de los vallisoletanos que siempre admirarán a la actriz.
Si en el año 2015, la actriz recibió un homenaje por parte de la ciudad que le vio nacer, otorgándole una vía con un nombre en Valladolid cuando gobernaba Francisco Javier León de la Riva, en 2024 la Velasco ha recibido reconocimiento tras reconocimiento.
Un sello de Correos con su cara y que la mítica canción 'La Chica Yeyé' suene cada vez que los semáforos se iluminen de verde, justo en el paso de peatones ubicado frente al Teatro Calderón conseguirán mantener a la artista en la memoria de todos.
Además, el pasado mes de septiembre, Valladolid consiguió un nuevo récord Guinness, organizado por la Coordinadora de Peñas bajo el título 'Mamá, quiero ser artista' y enmarcado en las fiestas patronales de la ciudad, donde la céntrica Acera de Recoletos consiguió congregar a más de 3.000 personas, con una chistera en memoria de la difunta.
Además, el mundo del cine rindió un homenaje a Concha Velasco en la gala de los premios Goya, que se celebró el pasado mes de febrero en Valladolid, con un número musical de la mano de Ana Belén y Los Javis, presentadores de la gala.
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