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El Atlético sufre para pasar a la final de la Copa

El conjunto vallisoletano, que partía como favorito en esta semifinal por ser equipo de Asobal, se topó con un rival muy serio

El Atlético sufre para pasar a la final de la Copa
R.C.G.T
R.C.G.T
Lectura estimada: 2 min.

El Atlético Valladolid sufrió más de lo esperado para conseguir el pase a la final de la Copa Castilla y León, en la que se medirá a Tubos BM Villa de Aranda el domingo, tras imponerse, en una mejor segunda parte, a un correoso Burgos, de División de Honor Plata.

El conjunto vallisoletano, que partía como favorito en esta semifinal por ser equipo de Asobal, se topó con un rival muy serio, que supo aprovechar su defensa en los primeros compases y, sobre todo, las paradas de Carvalho.

Eso permitió contraataques efectivos del cuadro burgalés, para establecer un parcial de 2-5 que obligó al técnico azulón, David Pisonero, a solicitar un tiempo muerto en el minuto 9.

Pero no obtuvo resultados la arenga, ya que los vallisoletanos se mostraban incapaces de anotar, ante la omnipresencia del portero visitante, que se mostró intratable bajo palos, y tuvieron que pasar diez minutos hasta que Pablo Herrero subiera el tercer gol para los locales.

Con un 3-9, el UBU San Pablo se sentía cómodo en la cancha, seguro en defensa, al contar con el muro de su guardameta -doce paradas en 18 minutos- y, además, acertado en el plano ofensivo, donde también sacó petróleo de los rechaces.

La mejoría defensiva del Recoletas le dio confianza y más velocidad en ataque, lo que le permitió recortar las diferencias (8-12). Roi Sánchez, técnico de Burgos, trató de frenar la reacción local y paró el crono para reorganizar a sus pupilos.

A pesar de las exclusiones visitantes, estos llegaron al descanso con cinco goles de renta (10-15). Tras la reanudación, se repitieron los mismos patrones del inicio, con un Carvalho que resultaba insuperable.

Pero los vallisoletanos fueron aumentando la intensidad defensiva, lo que se les fue atragantando a los visitantes, que ahora sufrían mucho para marcar un gol, mientras que el cuadro azul mejoró la circulación de balón y se mostró más efectivo.

Con ese notable cambio defensivo y mayor seguridad en ataque, los gladiadores azules lograban ponerse por delante, por primera vez en el partido, (22-21, m.51), aprovechando, además, el desgaste físico del rival.

Con el 25-22, los burgaleses echaron el resto, y atacaron con siete, dejando la portería vacía y, aunque llegaron a ponerse a solo un gol (26-25), Álvaro Martínez, que fue determinante para el despegue local, amarraba la victoria para su equipo (28-26).