No está siendo el verano de Renfe. La compañía ferroviaria está viviendo unos meses cargados de retrasos e incidencias que manchan y estropean las vacaciones de los viajeros hartos de vivir este tipo de situaciones.

La vallisoletana Manuela Palacios ha sido testigo de un ejemplo más de estas incidencias. La joven se dirigía el pasado miércoles a disfrutar de unas vacaciones junto a amigas en Sanxenxo, cuando a escasos minutos de Ourense el tren en el que viajaban queda parado en un túnel.

Al parecer, el vehículo de delante al que estaban unidos había sufrido una avería, "lo único que sabíamos era eso", cuenta a TRIBUNA Valladolid Manuela. Por más de una hora los pasajeros permanecieron en el interior a oscuras, sin luz, aire y cobertura, "no vimos a ningún trabajador, ni para darnos avisos ni para ofrecernos nada, todo lo hacían a través de la megafonía del tren".

En total, dos horas y media en las que los pasajeros estuvieron encerrados en el tren sin saber por cuanto más permanecerían allí. "Veíamos por fuera andando a trabajadores de Renfe, y decíamos si están andando por fuera, ¿por qué no nos dejan salir a estirar las piernas?", cuenta Manuela, "ahí encerrados dos horas y media".

Tras la larga espera, un tren les remolcó hasta la estación de Orense. "Nos bajaron y nos dijeron que nos ponían un autobús a Pontevedra y Vigo que eran las dos paradas que quedaban", explica la joven vallisoletana. Sin embargo, a pesar de que parecía que todo se solucionaba "cuando nos vamos a subir al bus ya con las maletas en el maletero nos dicen que algunos no tenemos sitio". Finalmente, desde Renfe ubicaron a los pasajeros sin asiento en varios taxis.

"En nuestro caso no era la última parada de nuestro viaje, seguíamos hasta Sanxenxo y habíamos perdido el autobús que teníamos de enlace", cuenta. "Les preguntamos si el taxi nos podía llevar allí porque lo habíamos perdido por su culpa, y nos dijeron que no se hacían responsables de eso".

Afortunadamente, estas jóvenes vallisoletanas lograron llegar a su destino final varias horas más tarde de lo previsto buscando nuevas conexiones para su destino final en un ejemplo más de la grave situación que atraviesa este verano el servicio de Renfe