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La lluvia y el calor anticipan una "calidad excepcional" en las D.O. vallisoletanas

Ribera de Duero, Rueda y Cigales esperan un año con una gran calidad en sus uvas

La lluvia y el calor anticipan una "calidad excepcional" en las D.O. vallisoletanas
Raúl García Zamora
Raúl García Zamora
Lectura estimada: 4 min.

Este año 2024, la provincia de Valladolid ha tenido un invierno y una primavera con unas precipitaciones por encima de lo que venía siendo habitual en los anteriores años, en los que las D.O. sufrieron los estragos de las 'sequías', algo que este año no sucederá. Sus sensaciones prevén una temporada con una calidad excelente en sus uvas y, a pesar de que el invierno y la primavera también llevaron consigo heladas y pedrisco, esto no afectará a su calidad.

Aunque en la calle podemos decir "¡qué calor hace!", para los viñedos está siendo un verano perfecto donde se está creando un caldo de cultivo perfecto para obtener las mejores uvas.

D.O. Ribera del Duero

La D.O. Ribera del Duero se caracteriza por recibir un clima mediterráneo-continental en sus viñedos, con veranos secos, inviernos rigurosos, baja precipitación y una gran oscilación térmica de -20º a 42º C. Esto resulta en una uva de pequeño tamaño, piel gruesa y con una maduración lenta y tardía. En cuanto al suelo, tienen tres tipos: arcilloso, calizo y pedregoso.

Alberto Tobes, responsable de viticultura del Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Duero, habla con este medio para hacer una valoración sobre sus expectativas este año. "Las lluvias de esta primavera nos han venido muy bien, y más después de estos dos años de sequía intensa. Toda esa agua se ha aprovechado muy bien por los viñedos", reconoce.

A pesar de que este invierno y primavera en el que "han sufrido heladas en primavera y algunas tormentas de pedrisco", no ha llegado a afectar ningún tipo de enfermedad a la vid que "se encuentra muy sano".

"Las temperaturas que estamos teniendo este verano no nos va a afectar negativamente, el viñedo es un cultivo muy resistente a los cambios térmicos y más en zonas como esta. En nuestros registros, son temperaturas normales en verano, fue peor el anterior en el que superamos todos nuestros históricos", apunta.

La vendimia lo ven aún como algo "lejano", pero creen que, "como todos los años, el primer racimo se cortará dentro de la primera quincena de septiembre".

Tobes explica que, "a pesar de que es la fecha estimada para el primer racimo", no es ni más ni menos que el comienzo de esta: "Desde que se corta el primer racimo hasta que se ha vendimiado tan solo el 5% de la campaña, pueden haber pasado 15 o 20 días. Nuestras campañas pueden durar más de dos meses". "Históricamente, nosotros damos dos datos de vendimia; cuando se recoge el 80%, que es la vendimia real, y cuándo fue el primer y último día que se cortó uva", señala

"La calidad, de momento, parece que será muy buena. Todo lo que sufrió el viñedo con las heladas y otras inclemencias temporales, hizo que la uva se perdiera, no que llegue de peor calidad". "Para nosotros es vital el mes de septiembre y la segunda quincena de agosto, tenemos que esperar, aún nos falta mucho", concluye el responsable.

 

D.O. Rueda

La D.O. Rueda tiene como característica principal, su uva, la uva Verdejo de Rueda. El clima de sus viñedos es de inviernos fríos y largos, primaveras cortas con heladas tardías y veranos calurosos y secos. Y debido a la falta de lluvias, recurren a las cepas en busca de recursos hídricos en el subsuelo. El suelo es cascajoso, con tierras pardas, ricas en calcio, magnesio y pedregosas.

Álvaro Puras Puertas, inspector técnico de la D.O. Rueda, reconoce a TRIBUNA que este ha sido un gran año en cuanto a la pluviometría, ya que "las lluvias del invierno son la fuente principal de las reservas de agua para que la vid desarrolle su ciclo vital en las mejores condiciones".

"En cuanto a la vendimia, como todos los años, empezaremos con Sauvignon Blanc a finales de agosto o principios de septiembre aproximadamente", asegura.

A pesar de que, para los viandantes está haciendo "mucho calor", la vid está 'agradeciendo' estas temperaturas, porque "el calor afecta positivamente a que la vid realice el ciclo en las mejores condiciones".

"Este año tenemos previsión de obtener una calidad excepcional. En cuanto a cantidad, no estoy capacitado para preverlo aún", reconoce Puras.

D.O. Cigales

La D.O Cigales corresponde a un clima continental con influencia atlántica, con fuertes oscilaciones térmicas a lo largo del año. Está caracterizado por una irregularidad pluviométrica y una fuerte sequía estival. Sus suelos están formados por arenas, calizas y gredas yesíferas, que reposan sobre arcillas y margas. En general, son ricas en potasio pero pobres en fósforo.

Desde la D.O. comentan a TRIBUNA que las grandes precipitaciones que han ocurrido durante el invierno y primavera "le han venido muy bien a los viñedos, ya que arrastraban un par de años con una gran sequía".

"El viñedo lo que va a hacer es guardar ese agua pero, aunque tengan reservas hídricas, no vamos a tener la cosecha del año anterior, habrá menos producción. Ha sufrido mucho con los años de sequía y está resentido", reconocen.

A pesar de que, a priori, obtendrán una menor producción, "en cuanto a calidad no habrá ningún problema". "El calor, por ahora, no está haciendo mucho daño por la cantidad de pluviometría que ha habido este año, lo que también ha ayudado a que la vid no haya tenido enfermedades", apuntan.

A pesar de que aún es pronto y "todavía es complicado de decir", desde la D.O. Cigales creen que este año "la recogida puede comenzar a partir del 15 de septiembre".