Un año de la explosión en la calle Goya: "Las obras son un pequeño rayo de luz"

Los afectados continúan sin vivir en sus hogares y con la duda de que pasará con sus alquileres en los próximos meses

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Un año de la explosión en la calle Goya: "Las obras son un pequeño rayo de luz"
Fotos: Sergio Borja
Eva Martínez Miguel
Eva Martínez Miguel
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Se cumple un año de uno de los peores días en la vida de los vecinos de la calle Goya de la capital. Una explosión de gas en mitad de una noche de verano se saldó con una víctima mortal y dejó a los habitantes del Goya 32 sin hogar. Sin duda, una fecha marcada en la memoria de los vallisoletanos y, por supuesto, de sus víctimas.

Alberto Solís es uno de los afectados quien recuerda aquel 1 de agosto de 2023 como "una pesadilla, con el susto inicial llegamos aquí y vimos toda la situación con mucha tristeza". La vivienda en la que residía su madre recibió la onda expansiva, "entro muchísimo humo, y las paredes y techos se calentaron durante muchas horas".

Su madre actualmente se encuentra viviendo muy próxima a la vivienda ubicada en este número 32 en la que vio pasar su vida. Alberto cuenta como acude "de vez en cuando" a ver su hogar al que no pierde la esperanza de volver.

Doce meses desde que su vida cambió de un momento a otro, 365 días en los que considera "de altibajos". "Inicialmente te quedas sin domicilio tienes que buscar alojamiento. Cuando consigues ese primer alojamiento es un pequeño logro, la primera vez que te dejan entrar a recuperar algunas de tus cosas es otro logro...", explica a TRIBUNA Valladolid Alberto.

Para estos vecinos, este tiempo ha sido "muy largo y duro" de gestionar. "Hay mucho tema burocrático, gestión con seguros, con el Ayuntamiento... son muchos aspectos que hacen que sea durísimo y que los avances sean muy lentos", cuenta.

Desde hace un par de semanas, han comenzado las obras en el edificio, para Alberto y su familia se trata de "un pequeño rayo de luz". "Estamos en una fase de reforzamiento de pilares, es una obra complicada, el edificio quedo muy dañado con la explosión y durante meses hemos vivido la incertidumbre de si se podría restaurar", cuenta con ilusión.

Durante las primeras semanas desde el Ayuntamiento se ayudó a los afectados con el alojamiento "para aquellos que no tenían donde alejarse, estamos muy agradecidos con ellos". Sin embargo, las pólizas de los seguros son ahora su gran preocupación "cubren un año de inhabitabilidad, a partir de ahora, vivimos con la incógnita de cómo gestionaremos el tema de los alquileres, la cláusula termina, el edificio no está practicable y estamos a la espera".

"Entendemos que las ayudas en este tipo de siniestro no están enmarcadas en ningún tipo de legislación o indemnizaciones igual que hay zonas declaradas como catastróficas", explica Alberto, "imagino que es algo que estará pasando en Valencia con el incendio que hubo en el edificio". "Parece que estos siniestros no ocurren nunca pero que sí que pasan con cierta frecuencia y que no están protegidos a nivel gubernamental", cuenta a TRIBUNA este vecino.

Además del dolor que implica perder así una vivienda, los vecinos de este edificio se han tenido que enfrentar a números robos en sus hogares, "nos hemos ido enterando porque cada cierto tiempo entrabamos para recuperar objetos y a través de esos accesos al edificio nos hemos encontrado con que nos habían desaparecido cosas, incluso nos han robado los grifos, picaportes de las puertas... un desbalijo total".

"El ser humano puede hacer cosas muy rastreras, y robar a gente que no tiene ni domicilio ni casa, que la tiene destrozada, donde es muy fácil entrar a robar es de lo más bajo que se puede hacer", explica con dolor Alberto.

Los vecinos consideran que estos actos "se podría haber evitado", sintiéndose solos en estas situaciones por parte de las instituciones, "el edificio requería de una vigilancia más estrecha".

El concejal de Personas Mayores, Familia y Servicios Sociales, Rodrigo Nieto, anunciaba este miércoles la previsión de una posible vuelta a los hogares en el mes de diciembre, los vecinos son cautos, "la experiencia del último año nos dice que siempre puede haber puntos de bloqueo y problemas".

Sin embargo, admiten que el inicio de las obras en estas últimas semanas "somos más optimistas". "El ver movimiento y obras te hace pensar que puede acelerarse el proceso pero siempre con cautela, queda mucho por hacer", ha explicado Alberto Solís a TRIBUNA Valladolid.

Respecto al futuro estos vecinos no pierden la fe: "Estamos un poco más optimistas que hace un mes, mucho más optimistas que la noche después de que sucediera, pero todavía con cautela".

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