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El Real Valladolid ascendió a LaLiga EA Sports 2024/2025 tras vencer (3-2) entre la locura al Villarreal B. Los blanquivioletas lo tenían todo perdido, pero el gol del Sporting con el marcador a favor del Villarreal B en Zorrilla dio alas a un Pucela que en una temporada agónica y totalmente surrealista ha conseguido el objetivo, ese que persiguió desde el desastre ante el Getafe que aún tenemos en mente.
Era el partido deseado por sus rivales directos y ni con esas el Real Valladolid dio ese paso hacia adelante que demandaba no solo el contexto, sino también la situación y la propia afición que llenó las gradas del José Zorrilla. Más de 24.000 personas arroparon al equipo.
Desde el inicio, se vio a un Real Valladolid tan decepcionante como inoperante. Les costó mucho a los de Paulo Pezzolano entrar en partido y, lo más importante, generar peligro en la portería de Iker Álvarez.
Solo algún centro lateral rondaba el tanto blanquivioleta, pero la esperanza estaba más en el corazón que en la cabeza, ya que los locales seguían cumpliendo un guion que ya se ha llevado a cabo en más ocasiones: esperar, esperar y esperar.
Eso sí, el Pucela acabó mejor el primer acto de lo que lo había empezado. Estuvo cerca Monchu de rematar un buen centro de Luis Pérez. Y otro de Anuar, por ejemplo, obligó intervenir a la zaga del filial amarillo. El colegiado pitó el final y los jugadores se fueron camino a los vestuarios con tímidos pitos de una parte de la afición, que se estaba desesperando.
La reanudación pareció que le sentó mejor al Pucela, que llegaba con mucha más facilidad a la meta del Villarreal B. Siempre a través de Raúl Moro que, desde la derecha, parecía encontrarse mucho más cómodo. De hecho, los locales tuvieron dos ocasiones seguidas. La primera con Meseguer de protagonista y, después, con Sylla que mandó fuera un centro al 'corazón' del área, de nuevo, de Moro.
El partido y la historia pedían que fuese él. El '11' adelantó a los suyos (1-0) con un disparo al primer palo que batía a Álvarez. Sin embargo, los de Pezzolano se metieron atrás de manera incomprensible, sustituyendo al propio Moro y metiendo piernas frescas... pensando que todo ya estaba hecho. El Villarreal B, ya descendido, no se rindió tan fácil e igualó la contienda a través de Lakovic con un gol en el área pequeña (1-1).
En ese tramo, con los nervios a flor piel, el único que estaba haciendo los deberes era el Leganés, que estaba ganando en Ferrol (1-2). Los pepineros estaban, en esos momentos, en Primera División. Los goles de los rivales y el del propio Villarreal B hizo mucho daño al Pucela, que estaba fuera... y también del partido. Se veía venir que, finalmente, iba a llegar lo que todos nos temíamos. Tasende superó (1-2) a Masip tras un fallo garrafal en la salida de balón.
En esos momentos, marcó el Sporting de Gijón en El Molinón, que fue el detonante para que el Pucela sacara fuerzas donde ya no las había. Zorrilla lo sabía y apretó más que nunca. Ese último empujón dio alas a un Real Valladolid que empataba en el descuento (2-2) con un cabezazo de Meseguer.
Ese tanto ya daba, al menos, la posibilidad al Pucela de seguir dependiendo de sí mismo porque el Éibar seguía perdiendo. Pero, cuando ya parecía que no se iba a conseguir, con palo mediante de Iván Sánchez, apareció el VAR que, esta vez, y con razón, avisó a Sesma Espinosa por manos en el área del filial groguet. Espinosa no dudó en señalar la pena máxima. Se desataba la locura en Zorrilla porque los suyos lo tenían en sus manos o, mejor dicho, en sus botas.
Sylla cogió el balón, batió a Álvarez (3-2) y el resto ya es... HISTORIA.
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