Se ha vendido un boleto en el Centro Comercial de la localidad
Lorena, madre del menor desaparecido el fin de semana: "Aún no me han dejado ver a mi hijo"
La progenitora vivió una situación de angustia acompañada de un momento desagradable con el director del Zambrana que le negó la posibilidad de hablar con el menor, por lo que se pregunta si ocultan algo
Fueron 18 horas agobiantes, desesperantes de la inquietud más angustiosa que se pueda imaginar, que es la de una madre que no sabe el paradero de su hijo. Es lo que sufrió Lorena, madre del niño de 14 años desaparecido este fin de semana en Valladolid y que, finalmente, acabó apareciendo. Pero la angustia, no se quedó solo en esa noche sin saber dónde se encontraba el menor que, internado en el área de socialización del Zambrana, se escapó cuando una educadora le llevaba al hospital para que le trataran una lesión en una mano. Lorena aún no ha podido ver a su hijo ya que, tal y como relata a TRIBUNA, desde el centro han impedido que lo viera y que hablara con él.
Para poner en contexto, el hijo de Lore sufre Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), un trastorno cada vez más común que incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Este se debe tratar con atención especializada y requiere control médico específico.
Dieciocho horas de angustia
Lorena relata cómo empezó todo el sábado por la tarde. "Le iban a llevar al hospital a que le vieran la mano, ya que se había hecho daño. Iba una educadora andando con él por la calle". El chico que, según cuenta su madre, "no quiere estar allí" y "está agobiadísimo porque no le dejan tener salidas de ocio", en un momento dado, le dice a la educadora "adiós, me voy", y se fue. La trabajadora "no hizo ni amago de retenerle", puesto que, tal y como le explicaron desde el centro, no tienen "autorización para agarrar". Algo que Lorena comprende, pero no entiende que no fuera caminando un poco detrás de él para ver por dónde se iba "mientras iba avisando a la Policía". De hecho, en vez de dar aviso por teléfono, "se volvió al centro y enviaron un correo a la Policía". Tras muchas horas de espera y de angustia, el domingo a mediodía, Lorena decidió acercarse al centro para ver si se sabía algo nuevo. "Fuimos hasta allí, una amiga mía con su pareja, mi madre y yo". Tras llamar al timbre le dicen que espere. Después de un rato largo, vuelve a llamar y le dicen que ya están llegando para atenderla. "Sale el director del Zambrana con una educadora a decirme 'justo acaban de avisarnos que ha aparecido'", algo que a Lore le resultó "mucha casualidad". "Me dijo que justo les acababan de avisar de que en las inmediaciones de otro centro que se llama 'El Desván', que debe estar por una zona de los Pajarillos, un menor que había estado en Zambrana hace poco le vio y avisó a Zambrana". También le dijeron que había pasado la noche en la puerta de este centro. "No sé ese menor cómo le vio ni cuándo le vio", se pregunta.
Impedimentos para ver al niño
Es a partir de ese momento cuando Lore empieza a notar una actitud extraña por parte del director. Este le dice que está avisada la Policía y que ya van a buscar al niño. Ella dice, "bueno, pues me quedo aquí a esperar" y el representante del centro empieza a intentar disuadirla. "Me dice, 'no, bueno, como estarás agotada, podéis marcharos y volvéis más tarde'", cuenta, a lo que ella le respondió: "¿Cómo me voy a marchar? Me he pasado 18 horas sin saber dónde está mi hijo, que ha sido horrible y desesperante, y me voy a ir?". El director, por su parte, insistía en que era mejor que no estuvieran: "Es que, a lo mejor no es el momento, no sabemos cómo viene él, si estará nervioso…", les decía. Tal y como lo resumen Lorena, fue un toma y daca en el que la madre del menor insistía en que tenía que ver a su hijo y desde el centro hacían todo lo posible para que no estuvieran a su llegada, al punto de que el director llegó a decir que él tendría que autorizar que ella viera al niño. "¿Por qué no querían que viera cómo está mi hijo en ese momento?", se pregunta ella ahora.
Siguiendo con el relato de los hechos: "Llega el coche de la Policía, voy inmediatamente a acercarme y lo agentes ni me miraban a mí, miraban al director del centro", dice. "Les digo, 'soy la madre de Jorge'. Me dicen, 'sí, traemos a Jorge'. Les pregunto '¿en qué lado está?', para tratar de asomarme ya que los cristales están tintados. En ese momento el director del Zambrana, según estaban abriendo el portón, les dijo 'rápido, rápido, para adentro'", relata. "Eché a correr detrás del coche y el director del Zambrana me agarró de la sudadera, de esto hay testigos, y tirándome fuerte me gritaba 'no, no, no, tú ahí no puedes entrar", una situación que ya terminó de "desesperar" a Lorena quien insiste en que "solo necesitaba ver al niño". "Yo con un ataque de ansiedad, llorando, no me tenía ni de pie", recuerda. "No vi ni cómo le sacaron del coche, no vi nada". "Luego me sacaron los guardas y les pedí hablar con el director". "Cuando salí, estaba él fuera en la garita viendo las cámaras. Y le dije 'por favor, solo necesito ver a mi hijo' y me dijo 'no puede ser, pero si quieres le puedes ver aquí en las cámaras'". A través de los monitores, le mostraron una imagen de su hijo sentado con los policías y los guardias de seguridad, "le encontré raro", indica, mientras el director le decía "míralo, ves, está bien". "Tú tranquila, que luego te llama", le dijo.

Foto del interior del centro Zambrana. ICAL
Así, Lorena y sus acompañantes, finalmente, se quedaron en la puerta sentados en un banco para ver si podían optar más tarde a verle. "Allí entraban, salían, pillaba cambio de turno de educadoras, guardias de seguridad y como que ven el agua caer. Nada". "Al final, llegó la hora en la que se tenía que ir a su casa el director del Zambrana, se acerca, y me dice 'bueno, no te preocupes, estate tranquila, vete para casa. Él ahora necesita descansar, se va a duchar, necesita comer, porque ha estado sin comer...", cuenta. Por su parte, Lorena le insistió en que se quedaría allí esperando para poder verle, a lo que respondió "es que aquí no puedes esperar, ahora van a empezar a venir los de las visitas de la tarde de los chicos de 'reforma'". De nuevo, se produjo un toma y daca de la madre pidiendo ver a su hijo y el director negándole esa opción. "¿Por qué no quería que viera a mi hijo en ese momento?", vuelve a preguntarse Lorena.
Desavenencias y desconfianza con el centro
Las desavenencias con este centro, de hecho, vienen de más atrás. Tal y como relata esta madre. Su hijo se encuentra "tutelado", algo que ella tiene recurrido. "Mi hijo, para estar allí no necesita estar con la tutela, puede estar con una guarda provisional, como estuvo anteriormente", explica. "Lo que pasa que no les gusta, porque con una guarda provisional yo tengo derechos sobre mi hijo y puedo pedir informes médicos, como pedí el año pasado, y a día de hoy no los tengo", añade.
En este centro, hay un área de socialización y otra de reforma. "Es cierto que están separadas", reconoce Lorena. Aun así, echa en falta que los métodos para los niños de socialización no sean tan meramente correctivos y sean más de tratamiento específico. "Se limitan a castigarles y ponerles en aislamiento", indica.
"Mi hijo toma una medicación psiquiátrica que tiene que llevar un control de un psiquiatra de infanto-juvenil", dice. "Después de las denuncias que, en su día, tuve que poner a los guardias de seguridad, después de muchas cosas que yo denunciaba en Gerencia de Servicios Sociales por registro y enviándoles a los técnicos de infancia correos electrónicos (e ignorarlos), resulta que el año pasado en agosto, me fui a pedir los informes médicos de mi hijo por escrito y me encontré con que ni siquiera le habían registrado en salud mental infanto-juvenil", detalla. "Cuando es lo primero que tienen que hacer al llevarlo allí para que tengan su atención, con su apoyo de psicólogo, de un psiquiatra y el control de la medicación", agrega. A este respecto, indica que el año pasado a su hijo le cambiaron la medicación y todavía no sabe "quién se la cambió", "Si no está registrado, ¿qué facultativo lo hizo? ¿Por qué?", inquiere. Razones por las cuáles Lorena ha dejado de confiar en el centro. "Yo lo que necesito es que alguien me ayude a ayudar a mi hijo", suplica.
Si bien, de momento, lo que más le urge a esta madre es poder ver a su hijo lo antes posible, si se lo permiten.
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