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José María González Herrera: Pasión por la música

Chema, activo músico de Semana Santa, cuenta en esta entrevista que la corneta es "mi vida, mi pasión y mi rezo"

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José María González Herrera: Pasión por la música
José María González Herrera: Pasión por la música
Julio Mauro Frechilla Valcázar
Julio Mauro Frechilla Valcázar
Lectura estimada: 4 min.
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Decía un buen amigo mío, músico curtido, que en ocasiones las mejores melodías salen desde detrás de las ventanas y balcones: un estudiante preparando una prueba, un ensayo que no puede hacerlo en otro lugar o simplemente alguien disfrutando del placer de tocar su instrumento en su casa. No falta nunca el comentario de "¡cómo tienen que estar los vecinos!", lo cierto es casi siempre los vecinos están encantados y prefieren música a ruidos.

Yo mismo me conocía en mi tiempo de juventud en la bella Segovia los lugares donde en determinadas calles se podía oír buena música instrumental o vocal bajo una ventana o un balcón.

Años más tarde me encontré con uno de esos músicos, en ese momento ya consagrado en la cima de la fama, quien me confesó: "era yo quien tocaba el trombón tras la ventana". La Pandemia cambió todo y quien antes se molestaba era quién esperaba a las ocho en punto esperaba a que algún músico valiente saliera a tocar a su ventana o balcón recibiendo el aplauso vecinal. Sin duda ellos fueron un soplo de aire fresco en medio del tornado.

En esta conversación estábamos una cuadrilla de amigos en el Noa cuando un habitante de la barra ajeno a lo de "la vela en el entierro" se coló en la conversación: "yo conozco una calle en Arturo Eyries donde se pueden oír solos de corneta que ponen los pelos de punta” 

- Será en Semana Santa, le dije,

- no, no, cualquier día del año contestó.

Me dijo dónde y allí acudí sin éxito dos días. Decidí cambiar la zona de paseo con mi perro por si sonaba la flauta. Al tercer día el Shin se enzarzó a ladridos con otro perruno y con la calma obró lo deseado y el solo de 'Al Cielo Rey de Triana' sonó como si de un día grande se tratara. Al desconocido solista que le 'cayó' el primer solo, pero volvió a la carga y el segundo le bordó.

- Es José Mari me dijo una señora, lo lleva ha haciendo toda la vida. Llame a un timbre, es en el C me contestaron.

Y en el C estaba José María González Herrera, el maestro de esos solos que como el mismo me dijo son su pasión y su rezo.

- Julio estas tonto. ¡Soy Chema!. me dijo cuando le propuse este artículo a través del telefonillo.

JOSÉ MARÍA GONZALEZ HERRERA. EL COMIENZO DE UNA PASIÓN

José María comienza siendo muy niño cuando su padre le inscribe en la cofradía de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna. El sale en filas, pero Chema tiene la vista y el oído fijos en la Banda que los acompaña donde sale entre otros familiares D. José, su padre, el culpable de esta locura. Al llegar a casa le cogía la corneta y trataba de hacerla sonar con poco éxito. Y así es como Chema comienza a formar parte de la banda del Atado hasta que años más tarde es el mismo quien lleva la banda. Me cuenta que entonces no eran directores musicales, se les denominaba "cabos de banda", tomen nota amigos lectores del término, porque será difícil oírlo más veces. Lo recuerda como algo grande en su vida el dirigir a aquellos chavales apasionados de la música procesional.

Tras un parón, su hermano y otras influencias importantes en su vida, le animaron a incorporarse a la banda de La Sagrada Lanzada, donde me dice que vivió momentos inolvidables, resalta Chema los vínculos personales de ese tiempo y me dice que deje constancia de su amistad con "Los hermanicos" con los que mantiene una relación especial gracias a la música.
Fueron años de muchos cambios, aquellas formaciones evolucionaron a otras con mayor valor instrumental y de composición, que culminó en su etapa con La Esperanza.

Además, la corneta sufrió una transformación a la que había que adaptarse con mucho trabajo y mucha formación. eso también ha cambiado, aprendió Chema en casa junto a su hermano poniendo una y otra vez una cinta de casette. Hoy por suerte los jóvenes tienen profesores músicos y medios para aprender. "Ojalá los hubiéramos tenido nosotros", apostilla.

JOSE MARÍA GONZÁLEZ HOY

El hoy de José María también es cambiante. De su proceder de bandas independientes más profesionales, con compromisos importantes y mucha exigencia musical ha llegado a lo que llama una de las etapas "más buenas que ha vivido". Con un grupo de esos amigos que se hace a través de la música pasó a formar parte de la Banda de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Peñafiel, una banda más humilde, con otras metas, en pleno desarrollo y crecimiento, donde la juventud está muy presente.

Chema saca emoción y orgullo cuando habla de como se tienen en cuenta sus consejos y su saber por parte de ese potencial de futuro. Me dice sentirse muy querido y que sus enseñanzas sean tenidas muy en cuenta. Sin duda en esta etapa se está fusionando el Chema músico con el Chema formador que tiene mucho que contar al incierto relevo generacional de la música procesional.

Y DESPUÉS DE ESTO ¿QUÉ?

José María pide que los jóvenes se involucren activamente en las bandas de cornetas y tambores, y repite sobre la suerte que tienen de tener todos los medios para ello, sólo falta la voluntad de quererlo.

"La corneta es mi vida, mi pasión y mi rezo", me ha repetido varias veces durante la entrevista, y no concibe su vida sin ella. Pide ver a esa juventud llenando las formaciones, y seguir tocando junto a ellos reconociendo incluso los consejos de un día dio.
Dejo como final su reflexión que lo dice todo sobre quién y cómo es José María González Herrera:

"Disfruto más de oir un solo de uno de estos jóvenes con los que comparto filas y atril que hacerle yo".

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