Semana Santa en Tordesillas un ir y venir por corros y plazas, como la vida

Nueva entrega de 'Claveles del Ayer: Tordesillas' escrita por

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Semana Santa en Tordesillas un ir y venir por corros y plazas, como la vida
Jesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
Lectura estimada: 3 min.
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Gustosamente, como TRIBUNA DE VALLADOLID, me ofrece su página dedicada a la Semana Santa para que escriba unas notas, una opinión, un artículo, un clavel  más, acerca de esta singularidad religiosa de mi pueblo, la Villa de Tordesillas, al llegar la Pascua florida, recién cortado aquí se le ofrezco a los lectores.

Desde las anécdotas contadas con la gracia con que fueron recogidas de sus narradores tal y como en una ocasión apareció la "colilla del judío" hasta el "hospital de niños tiñosos" con que la Cofradía de las Angustias de Tordesillas atendía y vigilaba médicamente a los infantes acogidos entre sus muros hospitalarios, pasando por "pimentero, aceitunero y calvo" que esos son los tres nombres con que los viejos del lugar bautizaron las tallas de Felipe Espinabette.

Desde el 'Cristo del estraperlo', paseado a brazo por la Cofradía de la Misericordia hasta el "Cristo de los hortelanos y de la sopa", cuyo Presidente y artífice de su engrandecimiento, José Redondo, pasó a la eternidad tras rendir su alma a Dios, o las "tallas del zapatero", sacadas con gubia y hacha de unos maderos de su establecimiento en la Calle del Sol por Pedro Crespo, hasta el Mayordomo de las Angustias, mi recordado padre Eladio López Merinero, quien ejerció su cargo durante cuarenta años e instó la restauración de la ermita hasta con su propio pecunio, muchos son los tordesillanos que han ido y han venido a esta catequesis ambulante que significa la Semana Santa en Tordesillas.

Hoy, ya traspasados dos docenas de años del tercer milenio, nos encaminamos a su XXIV Semana Santa que en esta ocasión es marcera por aquello del calendario litúrgico y si para unos es signo de vacación y asueto, para otros, tiempo de incordio y para muchos, entre los que me hallo, un encuentro con nuestro ayer, nuestro hoy y nuestro devenir más sincero en el gran misterio de la Redención del género humano por Jesucristo, Dios hecho hombre.

La verdad es que la Religión tenida en menos y despreciada con fuerza por algunos de los que utilizan modernamente tiempo, medios y dineros, para su ingeniería espiritual particular de dominio, ocupación, absorción de mentes e inculcación de ideas desafortunadas, es el resquicio y asidero en el que muchas personas se aferran con fe y esperanza.

La Semana Santa de Tordesillas sigue mostrando en las calles su fuerza y su grandeza del ayer. Tallas increíblemente bellas y espléndidas pueden ser vistas con el silencio y respeto, mientras redobla un tambor y una trompeta lanza al aire el estridente sonido de una nota musical.

 Los imagineros quisieron dar a su pueblo el arte y creencia puestas en sus manos y gubias y hoy las cofradías penitenciales siguen poniendo vigorosamente en el escaparate de la calle la fe que heredaron de sus mayores. Respeto y reconocimiento a los cofrades esforzados, generosos, sencillos, del pueblo, que encarnan en su propia vida la esencia de ser tordesillano. Ellos son los autores de esta verdadera creencia y participación: Hombres y mujeres llenos de esperanza por su propio pueblo.

1 comentario

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usuario anonimo 3/24/2024 - 5:43:25 PM
Muy interesante, el nuevo artículo de D. Jesús López Garañeda, nos hace revivir nuestro pasado de juventud. Nos trae recuerdos que hemos vivido, gracias muchas gracias
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