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Chema Concellón: "Quería que ese sentimiento a la hora de hacer la foto llegase con una desnudez absoluta"
Su exposición ‘Dramaturgia poliédrica. Cuatro décadas de pasión fotográfica’ reúne 159 imágenes sobre la Semana Santa vallisoletana de las últimas décadas
Chema Concellón, que se ha consolidado como fotógrafo oficial de Semana Santa vallisoletana, presenta su exposición 'Dramaturgia poliédrica. Cuatro décadas de pasión fotográfica' con 159 imágenes sobre la Semana Santa vallisoletana de las últimas décadas.
El fotógrafo que comenzó en la profesión en 1987 y cuya obra ha sido galardonada con 26 premios, entre ellos el 'Genaro Lázaro Gumiel' por su labor en el fomento de la Pasión vallisoletana, concede una detallada entrevista a Tribuna sobre toda su trayectoria.
El profesional, que ha participado en más de 40 exposiciones, colectivas e individuales, en numerosas localidades españolas, así como en Ecuador, Lisboa, Oporto, París, Roma, Lecce y EE.UU, fue premiado por la Junta de Castilla y León como una de las mejores ediciones publicadas en dicho año. Y ahora llega con esta nueva exposición que estará disponible en la Sala Municipal de La Pasión hasta el 28 de abril.
PREGUNTA. Se especializó en fotografía de Semana Santa en 1987. ¿Qué motivos le llevaron a elegir esta temática?
RESPUESTA. Básicamente el hecho de, en la infancia, haber vivido de una forma bastante intensa la vida en el seno de una de las cofradías vallisoletanas, concretamente la entonces denominada 'Santo Cristo del Despojo'.
P. Al fotografiar eventos religiosos como la Semana Santa, ¿se encuentra algún desafío?
R. Sí, al principio los desafíos venían con el material con el que se trabajaba, eran cámaras analógicas y te obligaban a trabajar prácticamente con todo manual, enfoques manuales, objetivos poco luminosos… la ciudad tampoco contribuía mucho a facilitar el trabajo porque en el año 87 no había todavía ninguna calle peatonalizada, la iluminación era escasa, los edificios históricos estaban bastante abandonados en cuanto a limpieza se refiere y las tallas estaban casi todas necesitadas de una restauración profunda, como se llevó después en los años sucesivos.
La fotografía digital contribuyó a facilitar mucho el trabajo, porque trabajar con diapositivas no te consentía error, mientras que lo digital te permitía ir probando. También la posibilidad de trabajar con ISOs tan altos como ahora, dadas las condiciones lumínicas en las que se suelen desarrollar las procesiones ha facilitado hacer capturas que antes eran imposibles.
P. Se ha consolidado como fotógrafo oficial de Semana Santa vallisoletana. A lo largo de estas cuatro décadas, ¿qué cambios ha notado en esta festividad en Valladolid?
R. Los cambios en cuanto a estética han ido a mejor, los exornos florales, sacar los pasos mucho más encadenados, el cuidado de las propias tallas, incluso la recomposición de algunos de los pasos con documentación nueva, que ha hecho que sean más fidedignos a los originales. Y luego también el cuidado en los hábitos, en las velas…
Otro tema es el de la participación, cuando yo empecé había cofradías que estaban con un potencial humano muy escaso, casi a punto de su desaparición. El hecho de que en ese año o el siguiente se permitiera a la mujer procesionar y pasar a ser no solo hermana devoción sino cofrade como sus compañeros, hizo que hubiera un crecimiento importante. Unos años ha ido en ascenso, se llegó a 20.000 cofrades en Valladolid, ahora creo que menos, unos 15.000. En eso sí que ha habido un retroceso.
P. Su exposición 'Dramaturgia poliédrica. Cuatro décadas de pasión fotográfica' está disponible en la Sala de la Pasión hasta el 28 de abril. ¿Qué busca transmitir con esta muestra?
R. Aunque el título habla de cuatro décadas, en realidad las fotografías que se presentan no van más allá de 20 años, es decir todo el lapso de tiempo en el que llevo trabajando con la fotografía digital. Siendo muchas de ellas, casi un 50%, del año pasado. Veníamos de dos años de pandemia en los que no se celebró la Semana Santa, después hubo otro en el que el ambiente no fue bueno, se obligaba a procesionar con mascarilla y con bastantes limitaciones. A eso hubo que añadir que yo el miércoles santo por la noche ya contraje el virus y no pude hacer la Semana Santa completa.
Por ello el año pasado fue un reto, el volver a retomar con ganas, ver nuevas perspectivas y fue un año muy fructífero, creo que realicé unas 22.000 fotografías. No me he ido a más años atrás porque los medios técnicos han mejorado mucho por lo cual en los últimos 20 años se consiguen mucho mejores fotos y por la evolución personal, en la que he ido abandonando la fotografía que hacía al principio, que se centraba mucho más en las tallas y los planos, luego se abrió el plano incluyendo la ciudad y por último me adentré más en el componente humano, la búsqueda de los retratos, la gente que participa en una actividad que sin el ser humano no sería nada.
P. 'Dramaturgia poliédrica' es definido como "un drama compuesto en cuatro actos". ¿Cómo surgió la idea de relacionar la Semana Santa con una obra dramática?
R. Fue idea del comisario de la exposición, Julio César García Rodríguez, es un amigo mío desde hace muchos años. La idea original que yo tenía era haber utilizado una palabra que no existe en el Diccionario de la RAE, retrointrospección, mirar hacia atrás y mirar hacia dentro en una sola palabra. Pero hablando con Julio, como sabía que iba a participar en el libro conmemorativo de la exposición el profesor José Luis Alonso Ponga, que muchas veces había utilizado el término 'poliédrica' para definir la Semana Santa, en los múltiples aspectos que presenta (turístico, económico, religioso, artístico, cultural...). Luego se le ocurrió que en realidad era la representación de una obra de teatro y era un drama: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
P. La muestra se divide en cuatro partes: Proscenio, centrado en los espacios; Protagonistas, en las tallas; Figurantes, en los cofrades; y Atrezo, en los objetos. ¿Cuál es su favorita y cuál la que más trabajo le costó captar?
R. No coincide, mi favorita es Figurantes, es la que más fácil me ha resultado porque me entusiasma ese tipo de fotografía en los últimos años y había mucho material (de la última selección todavía quedaban 500). Ese capítulo lo componen 72 fotos, frente a los otros capítulos que no pasan de veintitantas. La que más trabajo me costó captar, quizá Atrezo. Porque son los detalles, medallas, varas, telas, flores… y no es que costase más, sino el hecho de que quizá eran las fotografías que menos podían transmitir las sensaciones, los sentimientos.
P. La luz tiene un protagonismo especial en sus composiciones y destaca el blanco y negro. ¿Por qué optó por el blanco y negro en todas sus fotografías? ¿Cree que consigue resaltar detalles que el color no puede capturar?
R. Lo que he pretendido en esta exposición es que fuera simple en cuanto a la presentación, de hecho no he querido titularlas, numerarlas, no quería ni firmarlas, lo que me obligó el propio comisario. Quería desposeerlas de cualquier aspecto que distrajese el mensaje que yo quería lanzar. El uso del blanco y negro no es tanto resaltar detalles sino el centrar la atención del destinatario.
El color muchas veces es un elemento de distracción. Quería que lo que yo había sentido y visto en el momento de hacer la fotografía llegase con mucha pureza, limpio, con una desnudez absoluta.
Solo hay una única nota de color en una de las fotografías, que sirve de portada al libro, en la que el ojo del cofrade se ha mantenido el color, pero bueno, como un guiño al trabajo de los años anteriores.
P. La exposición pretende centrar la mirada del espectador en los aspectos que pasan desapercibidos de la Semana Santa en Valladolid. ¿Qué importancia cree que tiene esta festividad en la ciudad? ¿Piensa que se le da el protagonismo que merece?
R. Es vital, quizás el acontecimiento que más gente mueve en Valladolid, por encima de Pingüinos o la Seminci. Reúne a 15.000 personas participando en las cofradías, podría compararse a un partido del Real Valladolid. En cuanto a motor turístico es quizás el movimiento más importante de la ciudad. Lo que ocurre es que no está organizado por el Ayuntamiento, sino por organizaciones públicas, yo creo que en años precedentes no se le ha dado toda la importancia que tenía, parece que esta corporación sí se lo ha tomado un poco más en serio, que ha 'recogido el guante' y está dando un mayor apoyo a la Semana Santa.
P. Como complemento a la exposición se celebra un ciclo de mesas redondas ¿Qué pueden aportar estos eventos a los espectadores?
R. Un conocimiento mayor de la importancia que tiene la fotografía dentro de la promoción y la plasmación de lo que ocurre durante estos diez días en las calles vallisoletanas.
Al margen de estas mesas redondas, que se han llamado 'Diálogos Fotográficos' se hizo un concierto el viernes pasado del cuarteto Ad Libitum. También hay visitas escolares y visitas guiadas muy interesantes de miércoles a domingo.
P. Por último, ¿Qué enfoque busca captar este año?
R. Siempre he dicho que no lo he dejado, a pesar de todos los años transcurridos, porque siempre encontraba el reto de buscar un ramillete de dos docenas de fotografías que no hubiera hecho antes y como hasta ahora sí que he podido conseguirlo, es lo que me ha movido a continuar. Este año el deseo es que nos sea respetuoso como siempre suelen pedir los cofrades con la climatología. Intentar cubrir sobre todo, hacer fotos de aquellas modificaciones, recorridos y alguna novedad que pueda haber en la forma de procesionar algunos de los pasos.
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