El río Esgueva, crecido después de las últimas lluvias, ha rebosado el cauce a su paso por Villanueva de los Infantes (Valladolid) donde ha anegado y prácticamente inutilizado tierras de labor sembradas de cereal, una de ellas propiedad del alcalde, Jorge Manso.

"Es la cuarta vez que se ha desbordado en lo que va de año agrícola" (de septiembre a septiembre), tres de ellas desde el pasado enero, ha explicado en declaraciones a EFE acerca de una crecida que "ha dejado impracticables las tierras" situadas alrededor del puente, además de un parque infantil y de varias naves de almacenamiento.

Es la consecuencia de 22 litros caídos por metro cuadrado durante las últimas 72 horas "y se nos inundan las tierras... es algo irrisorio, que esto no es la 'gota fría' de Levante que te coge desprevenido", ha lamentado el alcalde convencido de que la solución "no es fácil" aunque ha apuntado a la necesaria limpieza del cauce en alguna zona.

La solución "no es fácil pero algo habrá que hacer porque así no podemos seguir, habrá que escuchar a unos, a otros y, en todo caso, nosotros tendremos algo que decir, digo yo, ¿o no?", ha proseguido en sus quejas.

"La gente que queremos estar en los pueblos también tenemos derecho a vivir. Luego a todos se nos llena la boca de la vida en el medio rural. No se trata de entrar como un elefante en una cacharrería pero hay que intentar convivir", ha insistido sobre el equilibrio que en su opinión debe existir entre la conservación del medio ambiente y las necesidades de quienes habitan el medio rural.

El alcalde de este municipio situado a unos 23 kilómetros de Valladolid ha recordado que todos los años "ocurre lo mismo, al menos una avenida como mínimo, y este año (agrícola) ya llevamos cuatro", ha precisado.

La causa, a su juicio, reside en la necesaria limpieza del cauce del río Esgueva en un tramo de unos cuatrocientos metros arriba y abajo del puente de Villanueva de los Infantes, para facilitar que el agua corra de forma fluida, sin obstáculos que alteren el curso y provoquen retenciones y rebosamientos cuando el caudal es abundante por las lluvias, como acaba de ocurrir.

Las tierras permanecerán encharcadas "al menos una semana" más que, añadidas a las anteriores riadas, acabarán por malbaratar la siembra ya que apenas han podido entrar para esparcir el abono de cobertura y proteger los tallos con herbicidas, ha concluido.