El coleccionista de vino y licores

Ángel Moralejo ha logrado una importante colección de un millar de botellas valorada en más de 15.000 euros

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El coleccionista de vino y licores
Ángel Moralejo con parte de su colección. TRIBUNA VALLADOLID
José Ángel Gallego Vázquez
José Ángel Gallego Vázquez
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Durante más de 60 años ha coleccionado botellas de vino y de licor. Tiene una importante colección de un millar de ejemplares que pueden alcanzar un precio de más de 15.000 euros. Es la historia de Ángel Moralejo Villarejo, un gran aficionado a la tauromaquia "que va muy ligada al mundo del vino".

Nos recibe en el local donde guarda la colección. De las jaulas y las cajas donde reposan algunas botellas únicas, ha extraído algunas a las que guarda especial cariño. Las muestra con el mimo de un coleccionista que se sabe ante un trofeo conseguido a base de mucho esfuerzo y constancia.

"Puedo decir que comencé con esta afición por tradición: mis abuelos eran almacenistas de alimentación y mis padres tuvieron establecimientos que se llamaban El buen gusto, en Puente Colgante de Valladolid y en las localidades zamoranos de Bermillo de Sayago, Fornillos de Aliste y Torregamones", relata de carrerilla Ángel Moralejo, quien algunas botellas que atesora aparecieron precisamente de todos estos negocios, aunque poco a poco comenzó a adquirir algunos ejemplares a medida que su gusto por esta afición iba en aumento.


"Guardo botellas de todo tipo de licores, desde brandy a vino, pasando por otro tipo de bebidas. Tengo brandies de todas las marcas". Y enumera: "Sortilegio, Mérito, Decano, Regional, Fundador? de Magno tengo una gran colección, además de una botella de Conde Ansúrez de Destilerías Dávila Villalobos de Cabezón de Pisuerga, fechada en 1907".

Revuelve en una de las cajas para mostrar una pieza de gran valor. "Esta es un tinto francés de 1986 de Château Petrus; es una de las que más cariño tengo; en el mercado puede valer más de mil euros", aclara. Muestra predilección por algunas botellas de la colección: "Mi padre me dejó una botella de vino blanco de Vega Sicilia de 1917 y tengo seis botellas del primer vino que embotellaron los hermanos Fernández en Pesquera".

Hay rarezas, como un anís de destilerías Luciano Suárez de Puente Colgante, "que era el abuelo del propietario Bodegas Mauro" y de vino de la Ribera "tengo la colección entera de Villamayor que fue ganadora del primer premio Zarcillo o cuatro de Valentín del Peral que fue el primer Cigales que se embotelló en Saldaña en los años 50". "Es curioso porque el bodeguero que hacía este vino era el padre del alcalde de Valladolid, Tomás Rodríguez Bolaños".

Su trabajo como delegado de Martini Rosso en Valladolid, primero, y luego como comercial de zona de los vinos de Hijos de Antonio Barceló le permitió mantener "muchos contactos" con vendedores que le iban facilitando estas piezas de colección. Desde el año 2000 ya no ha vuelto a adquirir ningún ejemplar. "Mis hijos ya no quieren seguir con esta afición y estoy en conversaciones para deshacerme de la colección; me va a dar pena, pero es ley de vida". También conserva un cortador manual de fiambre y una balanza, ambas piezas de 1920, dos joyas que completan una colección podríamos llamar muy espirituosa. Una afición con la que Ángel ha pasado más de un buen trago.

 

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