"La poesía no es de quien escribe, sino de quien la necesita", decía Pablo Neruda al cartero que cada día le llevaba la correspondencia en la película titulada, precisamente, 'El cartero y Pablo Neruda'.

Un concepto conocido, pero redescubierto por la poetisa Noelia Toribio (Valladolid, 1993) mientras escribía su nuevo libro de poemas 'Un hueco para la luz'. Una mirada interna a su identidad a lo largo del tiempo, que ha resultado ser una obra universal sobre los miedos y heridas de la juventud y la infancia. Una obra introspectiva que le ha servido para llevarse el accésit en el I Premio de Poesía David González, creado por la Editorial Páramo en homenaje al poeta asturiano cuando, justamente, secumple un año de su muerte. El primer galardón, fallado el pasado 8 de febrero, recayó en Juan Manuel 'Nelo' Curti por su obra 'Penélope de la Habana'.

Mientras, el accésit para Noelia Toribio supone un reconocimiento para la escritora y actriz de teatro vallisoletana que se traduce en la publicación y distribución de su poemario el cual se podrá comprar a partir de mayo en las librerías vallisoletanas. "Muy contenta, porque con el accésit daban la opción de publicar el libro, promocionarlo y tratarlo como un texto profesional, que es lo que yo estaba buscando", cuenta a TRIBUNA.

La obra tiene un carácter muy personal, pero a la vez toca esa esencia que todos compartimos que son los miedos y sentimientos que arrastramos desde la infancia. "Es un poemario que llevaba mucho tiempo escribiendo. Yo tenía un poco la necesidad de indagar en la identidad, en quién era yo, que es un tema muy universal en la literatura, la búsqueda de la identidad, pero yo necesitaba tratarlo", explica. "Y necesitaba hacerlo, además, desde la perspectiva del tiempo, es decir, no es un poemario que hable de algo actual, sino que yo me he fijado en la niña, en la adolescente, en la primera adulta", detalla.

Un proceso analítico que ha necesitado no solo de introspección sino también de retrospección. "He intentado recordar sentimientos, he releído poemas que escribí cuando era pequeña, dudas que tenía, diarios que escribía cuando era niña y más joven", relata. "A raíz de ahí, yo veía heridas que no había sanado y que yo no era consciente de que tenía. Entonces, pensé 'igual esto me está lastrando en la persona que soy yo ahora'". Noelia puso su propia identidad bajo el microscopio, en un proceso analítico con tintes de trauma para llegar al alumbramiento de su nueva obra: "Quise hacer un ejercicio de mirar hacia adentro, de tocar donde duele, de buscar las sombras, para encontrar ahí la luz. De ahí viene el título del poemario que es 'Un hueco para la luz'", explica. "A mí me gusta explicarlo con una filosofía japonesa que es la filosofía del kintsugi. Esto consiste en que los japoneses cuando se rompía un jarrón, ese jarrón perdía su forma de ser y lo que hacían era repararlo con filigranas de oro. Quedaba el jarrón con una decoración de oro las grietas porque consideraban que ese jarrón tenía más valor que antes, porque las cicatrices eran bellas", describe. "Esto es un poco en lo que se basa el libro", afirma.

Y ahí, precisamente, es donde radica la universalidad de su obra. "Es un libro que parece muy de introspección y yo al principio pensaba que era eso, pero luego cuando daba a leer mis poemas a otras personas, se sentían identificadas con algunas cosas que yo pensaba que creía que solamente eran mías. Entonces, al final me he dado cuenta que es un poemario generacional, que recoge los miedos y las heridas de la gente joven", cuenta.

La obra, además, muestra, inevitablemente, la impronta teatral de la autora, a través de un formato lineal, que conecta cada poema en un relato completo. "El poemario tiene una estructura muy dramatúrgica, en el sentido de que no son poemas individuales, sino que hay un hilo que los une a todos, que es como se trabaja con la dramaturgia. Hay cositas que se siembran en los poemas de la primera parte y que aparecen después al final, como conclusiones, entonces, se me ve un poquito ahí la rama teatral en la estructura de este poemario", dice.

El libro se presentará el próximo 4 en la feria del libro de Toro, junto con el poemario ganador, si bien podemos leer aquí una pincelada.

EL NOMBRE

Antes de nacer
todos previvimos en un nombre
asignado por la dictadura
de otra lengua.

En el lado opuesto
a la oscuridad originaria
donde me inicio partícula,
aquellos que me esperan
hablan de mí
o practican el juego del oráculo
para vaticinar mi futuro.

Aún no existo
y ya cargo con la expectativa
de la que seré
sobre esta tierra.

Sobre la autora

Noelia Toribio García (1993, Valladolid) es graduada en Periodismo por la Universidad de Valladolid y ha cursado estudios de Dirección Escénica y Dramaturgia en la Escuela de Arte Dramático de Castilla y León. Ha publicado 'La Sombra del Lucero' (Autoedición, 2015) y 'Píldoras de Cuarentena' (Acen, 2020), además de múltiples poemas y monólogos en 12 números de la Revista Atticus. Sus textos han formado parte de varios espectáculos de La Nave del Teatro Calderón de Valladolid, entre ellos 'Fuegos', premio 'Estación Norte' del 18º Festival de Teatro de Calle de Valladolid. En 2021, coescribe el texto dramático 'En bucle' (Rayuela Producciones Teatrales), premio a Mejor Espectáculo de Sala de la 24ª Feria de Teatro de Castilla y León, y en 2022 estrena 'Un Rostro'. Entre sus reconocimientos destaca el Primer Premio del VIII Certamen Cuentos Bólido, el Primer Premio del Certamen Jóvenes Poetas de El Norte de Castilla o el Primer Premio del XXX Certamen Nacional Calamonte Joven en la categoría de textos teatrales. Ha formado parte del jurado Jurado Joven de la 63ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI) y de tres ediciones de Certamen Cuentos Bólido.