Ocupó el número 3 de la lista de Valladolid Toma La Palabra en las anteriores elecciones. De hecho, era su debut y, arropada por la entonces candidata María Sánchez y el exconcejal Alberto Bustos, decidió dar un 'sí, quiero' particularmente político. Sin embargo, los "inesperados" resultados la dejaron al frente del partido porque llegaron a un acuerdo de manera no individual, sino colectiva para que los citados renunciaran a su acta.

Se trata de Rocío Anguita (Torredonjimeno, Jaén, 1967) que compagina su labor de profesora en la Facultad de Educación con la de portavoz de su Grupo Municipal, ese "espacio político" que quiere seguir la "línea" tanto marcaron sus predecesores. En una entrevista concedida a TRIBUNA, medio al que visitó en su redacción de Valladolid, da su opinión sobre diferentes asuntos que rodean la actualidad de la política municipal enfatizando la preocupación que tiene por el perímetro que ha planteado el equipo de Gobierno respecto a la Zona de Bajas Emisiones, decisión que, según Anguita, estarán obligados a reconducir.

PREGUNTA: ¿Cómo se ve Rocío Anguita de manera personal en este inicio de legislatura?

RESPUESTA: Como una novata aprendiza. Entramos dos nuevos concejales que nunca habíamos estado en las labores municipales. A partir de ahí, tenemos un proceso de aprendizaje de cómo funciona la institución, de cómo se abordan los temas, de ir desgranando a los mismos... La verdad es que hemos hecho un equipo en el que nos sentimos cómodos. Estamos trabajando mucho. Tenemos dedicación a tiempo parcial tanto yo como Jonathan y eso nos dificulta el proceso, pero también eso nos permite aprender y caminar juntos.

P: ¿Le perjudica el listón tan alto que dejaron Manuel Saravia, María Sánchez y Alberto Bustos?

R: No lo veo así. Es más bien al revés. Ellos vivieron una situación diferente porque formaron parte del equipo de Gobierno. Sus capacidades y sus acciones son diferentes a las que podemos llevar nosotros ahora a cabo. Creo que han tenido un estilo y un método, que son la seña de identidad de nuestro espacio político. Queremos seguir en esa línea. Ahora son muy prudentes, aunque sigan pendientes. Son muy respetuosos, no pretenden darnos consejos.

P: ¿Cómo reaccionó cuando supo que iba a ser la portavoz del partido?

R: Fue difícil porque no nos esperábamos ese resultado. La decisión de renunciar al acta de concejal no fue algo personal, sino colectivo. Es decir, todos llegamos a un acuerdo para abordar las dos salidas. Tuve que coger su relevo, no te voy a mentir, con mucha responsabilidad, pero también con algo de miedo. El escenario que me había planteado era el de entrar con ellos a través de un nuevo acuerdo de Gobierno y aprender de su mano todas las competencias que hubiese tenido. Pero, claro, de ahí a ser la cabeza de partido... 

En las elecciones generales, obtuvimos más votos que en las municipales. Casi 4.000 más. Puede que algo pudo mover ver un resultado así en Valladolid. También creo que nadie se lo esperaba por muy ajustado que fuera. No sé si la gente está arrepentida, pero lo que sí que creo es que se notó el cambio en esa variación de votos. En cualquier caso, nos sentimos muy arropados.

P: Pasemos del pasado al presente. Le planteo varias cuestiones que han ido surgiendo con el nuevo equipo de Gobierno. Por ejemplo, la situación económica del Ayuntamiento. ¿Es tan preocupante?

R: Desde mi punto de vista, no. Es complicado explicarlo porque no es una respuesta fácil. Hay un tema de técnicas presupuestarias evidentes. Tenemos un Ayuntamiento que cuenta con unos ahorros de 100 millones de euros. Eso se suma a los préstamos por unas inversiones de 35 millones de deuda. Y eso no significa que las cosas vayan mal. La obligación del Ayuntamiento es la de invertir, no la de dejar la cuenta a cero, que no es una casa.

Tiene que intentar prestar los mejores servicios públicos y, para eso, la mejor forma de hacer una inversión es endeudarte. El nivel del endeudamiento de este Ayuntamiento está en la zona media y esa posición no es preocupante. Tenemos un nivel muy potente de dinero en la bolsa. Ahora tendríamos que pedir otro préstamo, como ya se sabe, y la Junta no lo ha permitido. El resto de las inversiones las tienes que sacar de tu remanente. ¿Hay remanente? Sí, si el equipo de Gobierno lo quiere. Estamos esperando a que nos digan cuáles son sus preferencias en las inversiones de la ciudad. 

De hecho, están lanzando otras inversiones que no estaban previstas como la de cambiar el carril bici de Isabel La Católica... Nos va a salir a un millón y medio de euros. Anda, pero para eso sí que hay dinero. Repito, el Ayuntamiento no tiene una mala situación económica, pero si la actual la sostiene durante los próximos cuatro años bajando los impuestos... pues se irá todo abajo. Necesitas ingresos y estos no salen del aire. Salen o de la recaudación de impuestos o de la petición de préstamos. 

P: Entonces, ¿por qué el equipo de Gobierno lo recalca tanto?

R: Porque ellos van a recortar las inversiones previstas del anterior mandato. En vez de decir a la ciudadanía que sus prioridades políticas han cambiado, que es lo honesto, deciden no explicar nada. Aseguran que, como no hay dinero, tendrán que recortar. Y eso no es así.

Me parece correcto que quieran cumplir con el programa electoral, pero no sé cómo van a manejar ese contenido. Me refiero, por ejemplo, al soterramiento, que económicamente es inabordable por el Ayuntamiento. La Sociedad Alta Velocidad nos dice que el Ayuntamiento se haga cargo del 25 por ciento de todas las inversiones al respecto. El año que viene habría que poner 10 millones de euros para seguir con las obras de la integración.

Ellos dicen que no lo van a hacer. Una decisión que respetamos. Pero, tienen que saber que esa Sociedad tiene una deuda de 400 millones de euros que dejó un equipo del PP hace ocho años. Si te sales de esa Sociedad, tienes que pagar tu parte y deshacer la misma, que serán más de 100 millones de euros. ¿De dónde lo vamos a sacar? Una cosa es estar en campaña y otra es estar en el poder. Lo veo muy complicado. 

P: ¿Esa última sensación que comenta la tiene para la Zona de Bajas Emisiones que pretenden recortar?

R: Aún no sabemos cuál va a ser su perímetro. Nosotros les preguntamos en los plenos y lo que nos dicen es que se va a reducir a la mínima expresión, lo cual no quiere decir nada. La Ley se cumple o no se cumple, pero no se puede reducir a la mínima expresión. Ahora dicen, que es cierto, que no te obligan a un mínimo necesario, pero la pregunta es... ¿A qué estamos jugando? Cumplir la Ley lo justo es un fraude de Ley.

Tendrán que ir reculando porque deben presentar el proyecto con unos informes que avalen su efectividad. Lo que necesitamos es que Valladolid no tenga tanta contaminación. La solución que pretenden llevar a cabo es insuficiente. Estoy esperando a los informes técnicos. No va a ser posible esa Zona de Bajas Emisiones de 1,7 kilómetros. Van a tener que reconsiderar otras situaciones.

P: ¿También van a recular en la decisión que ya están adoptando sobre los carriles bici?

R: No, en este tema, no. A pesar de las alegaciones que se han posicionado en contra de lo que pretenden hacer, ya han dicho que no van a cambiar de opinión. Me hace gracia que para el Centro de Refugiados pregunten a los vecinos y, para los carriles bici, no lo hagan. Es la bandera de que 'yo entré al Gobierno para esto'. Van a hacer en Isabel La Católica una chapuza que ni siquiera va a estar homologada. Están jugando con el dinero público que, encima, según ellos, es escaso. Las soluciones son caras y malas. No nos podemos olvidar de que también quieren suprimir los carriles bus, que es lo más preocupante. Están reduciendo, como quieren hacer con la Zona de Bajas Emisiones, las opciones de movilidad. 

P: El equipo de Gobierno se basa en los atascos para defender sus iniciativas y proyectos...

R: El problema es que no han levantado la cabeza. ¿Atascos en Valladolid, de verdad? Hay pocos, muy pocos. Y, ahora, muy puntuales que es cuando empiezan los turnos laborales. ¿Atasco para ellos es esperar a los semáforos? Atascos hay por obras o incidencias. La circulación en la ciudad no está atascada. Es una locura gastarse cinco millones de euros en ampliar un carril en un puente para entrar, además, a un centro que estará restringido. Valladolid está yendo en dirección contraria a lo que se está haciendo por Europa. Vivo en Parque Alameda y no me atrevo a ir en bici al Ayuntamiento... es cierto que soy muy cagona (ríe). Si me tengo que salir del carril e ir por la calzada, me caigo del miedo que tengo por lo cerca que pasan los coches. A otra gente le pasará. 

P: Rescato el tema del Centro de Refugiados porque lo cita en una respuesta. ¿Cree que el Ayuntamiento lo llevará a cabo?

R: Mi impresión es que van a utilizar esa lamentable reunión que se hizo en el Centro Cívico de Delicias para justificar que no lo van a hacer. Le hemos preguntado al Ayuntamiento, pero no nos responde. Solo nos dice que hay que tener en cuenta la opinión de los vecinos. En esa reunión, de manera alocada, se dio audiencia a los vecinos de la zona, pero no al resto de la ciudad. Estuve presente y no se dejó intervenir a mucha gente que está a favor. Me da la sensación de que prepararon una reunión sin mala fe, pero pensando en lo que podría pasar para parar el proyecto. 

P: Por último, le pido que dé su postura sobre la contratación de la figura del 'Alcalde B' como así lo denominó el PSOE. ¿Qué valoración hacen sobre esta decisión?

R: Muy negativa. Es un fraude político en toda regla porque si el alcalde no quiere ejercer todas sus competencias, lo que tiene que hacer es delegarlas en los concejales de su equipo de Gobierno. No puede ser que lo haga otra persona y que, encima, haya sido elegida a dedo. El proceso de selección ha sido opaco y no se adjunta en el expediente la baremación de todas las personas que se habían presentado. Nos costará 150.000 euros al año. Dicen que no hay dinero en el Ayuntamiento, pero para esto sí.