Con una sonrisa en la boca, dice que "aún no se lo cree", y no es para menos, lo que ha logrado es todo un reto para cualquier joven cuando decide dedicarse a las oposiciones de judicatura. Lo habitual es conseguirlo en más tiempo, pero en tan sólo dos años ha sido capaz de algo muy difícil, conseguir alguna de las 200 plazas, repartidas entre los que optan a juez y fiscal, de entre los 3700 opositores que se presentaban en toda España. Con 325 temas sobre la mesa, en septiembre de 2021 se planteó lo que en la carrera universitaria forjó gracias a un hermano juez y a su padre, profesor de Derecho Mercantil de la UVa, unido al sentido de la justicia que siempre ha tenido y su curiosidad por la información jurídica que se transmite en cualquier ámbito. "Siempre me gustó el derecho, y en casa he escuchado tanto a mi padre y a hermano sobre información jurídica y he visto el valor del derecho en el día a día", explica. Confiesa que siguió los consejos de su hermano en la preparación de las oposiciones, que le han facilitado el aprendizaje, aunque también contó con ayuda de preparadores.  

Pero no todos son consejos, porque su día a día ha sido duro, con renuncias a días libres y vacaciones. "El primer año sólo me permití una semana de vacaciones, pero el segundo, nada?.  Sus días transcurrían estudiando con un receso para las comidas hasta la noche. En ese tiempo pudo seguir en el equipo de aficionados de fútbol de la Universidad de Valladolid, al que ha estado muy unido desde que inició el grado universitario, pero ya el segundo año renunció a este deporte que tanto le gustaba porque el 19 de febrero tuvo la primera prueba de estas oposiciones, la prueba test, que sólo superaron 1300 candidatos. La segunda y tercera son las pruebas orales, que se celebraron el 18 de mayo y el 10 de octubre, en la sede del Tribunal Supremo en Madrid. ?El lugar es imponente, el baluarte de la justicia, y allí tienes que cantar los temas, aunque es una práctica que ya la estás haciendo con el preparador , pero la situación es totalmente diferente, claro". En esta última prueba, la del 10 de octubre, quedaban tan sólo 400 candidatos para las 200 plazas disponibles.

A partir de ahora, y tras unos meses de descanso hasta el inicio del curso en la Escuela Judicial de Barcelona, a la que acudirá durante un año, es momento de "volver a resocializar", sonríe, tras muchos meses de aislamiento en su habitación. A partir de aquí aprenderá la práctica del ejercicio de esta profesión y conocerá las diferentes realidades de la vida, "algo muy importante para poder ejercer".  A la pregunta de si tiene sueños, los resumen en uno sólo "ser buen profesional", una idea que siempre le trasladó su padre que le decía "lo que hagas, hazlo bien", que lo acompañó con otro buen consejo "ser buena persona".