La opinión de Guillermo Delgado, como cada lunes, en TRIBUNA
Carecemos de la imaginación necesaria para considerar real la realidad. Esta noche en el LAVA, en la inauguración de la temporada, esto salta a la vista. La estupenda compañía belga Peeping Tom representa la obra Diptych con la máxima aquí no hay respuestas. Solo preguntas, máxima que defienden a muerte durante los 70 minutos que dura la función. Gabriela Carrizo y Franck Chartier los directores se manejan de maravilla entre el absurdo cotidiano y los misterios de la vida.
Durante 70 minutos se puede seguir la evolución creativa de esta compañía y conocer su trayectoria a grandes rasgos. Esta obra es tan perturbadora como los cuadros del genial belga René de Magritte. La cantidad de imágenes/situaciones perturbadoras, raras, cotidianas y terroríficas junto a las puertas que se cierran a portazos limpios donde aparecen personajes híbridos y de película de terror forman parten del imaginario colectivo de la compañía y también del pintor.
Me acordaba mientras veía Diptych de las cabezas cubiertas con sábanas que aparecen en los cuadros de Magritte que se han atribuido a su madre muerta. (Cuando tenía 14 años, encontraron a su madre muerta flotando en el río. Su camisón estaba enroscado en el cuello y le tapaba la cara) Tienen también similitud esta obra de Peeping Tom en que la representación y el tema van de la mano. Aquí en la Sala Concha Velasco esta noche de finales de septiembre está nevando a mares. Toda la apoteosis de la compañía belga se despliega por la sala y no deja títere con cabeza.
La música de garaje, apocalíptica, estruendosa no dejó a nadie indiferente. Escribía John Donne que nadie camino de la horca se queda dormido. En esta noche todo lo que está pasando en escena nada aparece apropiado hasta que uno se da cuenta de que se está retorciendo el sentido común a ojos vista.
En el manifiesto de 1925 André Breton definió el Surrealismo como "automatismo psíquico puro". Por lo tanto, el surrealismo está guiado por la intención de escapar de a vigilancia de la razón, de la moral y el buen gusto. El objetivo de la obra que estamos viendo es activar los poderes de la imaginación que Breton consideraba no un don gratuito sino "el objetivo de conquista por excelencia".
Esta noche en el LAVA la imaginación funciona como herramienta de conocimiento y liberación. Una vez que la imaginación se libera se alcanza una realidad superior. Cuando Magritte pone por escrito que la pipa pintada no es una pipa está hablando de Diptych de Peeping Tom y nos recuerda que por realista que sea lo que estamos viendo no es más que una recreación ilusionista y nunca tendrá que ver con la realidad, o sí.