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Regreso al futuro

El artículo de Diego Jalón de este viernes para Tribuna

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Regreso al futuro
Diego Jalón Barroso
Diego Jalón Barroso
Lectura estimada: 5 min.

Se acabó. La campaña electoral, quiero decir. Bueno, le quedan unas horas, pero esta noche ya podremos dormir tranquilos. Llevamos casi desde enero con la misma pesadez, o quizá sería más exacto decir que llevamos desde las elecciones en Castilla y León, pasando por Madrid y Andalucía, casi dos años en campaña electoral permanente. Y esto hay pocos capaces de aguantarlo. Sobre todo, porque aunque parezca mentira viendo los resultados, poco o nada ha cambiado en todo este tiempo.

Hay un tipo en el PSOE, Antonio Gutiérrez Limones, Senador socialista por Sevilla desde 2008, ex alcalde de Alcalá de Guadaira y a la sazón coordinador de la campaña electoral socialista en Andalucía, que parece haber entendido algo mejor que los ochocientos asesores de Moncloa lo que pasa por la cabeza de los españolitos que van a votar cada vez que se les convoca, aunque sea en pleno verano.

Así que, al poco de que Sánchez, sin previa consulta al Consejo de Ministros, como dicta la ley, convocase estas elecciones anticipadas, Gutiérrez Limones aseguró que en esta campaña, "no vamos a hablar de Vox. No vamos a salir a decir que vienen los malos, sino que aquí estamos los buenos. Vamos a pedir el voto útil, para que la candidatura de Pedro Sánchez concentre a los votantes progresistas, frente al Partido Popular". Pues como todos hemos podido comprobar, a Limones ni caso.

Lo veremos el domingo, pero como decía Einstein, que muy tonto no debía ser, "locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". Y en esa locura está instalando el sucedáneo de partido en el que Sánchez ha convertido al PSOE. Porque lo del miedo a la extrema derecha, y la derecha extrema, es un tiro que ya saben, o deberían saber, sale siempre por la culata. Es un discurso tan achicharrado que da hasta vergüenza ajena.

No hace tanto tiempo, poco menos de un año, se celebraron elecciones en Andalucía. Y los socialistas pudieron comprobar en sus propias carnes, que al pasarse toda la campaña con la alerta antifascista y el miedo a Vox, lo único que habían conseguido es que muchos socialistas votasen a Juanma Moreno, precisamente para evitar que Vox entrase en la Junta. Ahora, vuelta la burra al trigo.

Lo inaudito de esta persistencia en el error, es que esa idea fuerza de campaña ya empezó a dar muestras de ineficacia en las autonómicas de Castilla y León. El de Castilla y León fue el primer Gobierno de coalición con un vicepresidente de Vox, pero un año después, en las municipales de mayo, el PP ganó en casi todos los ayuntamientos y consiguió, por mayoría absoluta, ocho de las nueve diputaciones de la comunidad.

¿Y qué decir de Madrid? Tras el batacazo de Gabilondo, fueron varios los socialistas que reconocían que el miedo a la ultraderecha no moviliza al electorado progresista. En esa campaña se empleó también otra estrategia fallida que ahora se repite, la de los insultos y el intento de desprestigiar a los candidatos del PP. Ayuso era "IDA", qué fino acróstico, qué sutil ocurrencia. Desmanteló la sanidad pública y asesinó a miles de ancianos. Resultado, mayoría absoluta. Ahora es Feijóo el insolvente, el mentiroso y el cómplice de los narcos.

Sánchez insiste en invocar al terror, la "vuelta a la inquisición", "el tenebroso túnel del tiempo en el que vaya usted a saber dónde acabamos" y a las "amistades y sobresueldos" de Feijóo, al que hasta ayer todavía algunos amenazaban con una "bomba nuclear", con la que iban a hacer trizas sus aspiraciones de ser presidente del Gobierno.

Pero lo que ven los españoles no es un túnel tenebroso. Es el sanchismo en estado puro. Ese producto de 3M, mentiras, maldades y manipulaciones, para tratar de descalificar al oponente y ocultar las vergüenzas de cinco años de Gobierno "progresista". Cinco años de pactos con el diablo, el de verdad, el de los tiros en la nuca. Cinco años de concesiones a los golpistas catalanes, indultados, des-sedicionados y libres de toda malversación.

Lo que ven son cinco años de abusos de poder y de parasitación de las instituciones. Empezando por el CIS, pasando por el INE y la Fiscalía y acabando, en julio, por Correos. Una empresa pública a cuyo frente ha situado a un amiguete inepto, que ahora pide ayuda a la Junta Electoral para alargar unos plazos que no puede cumplir por su manifiesta imprevisión. Dirán tal vez que ha sido un error técnico, como dicen de esa ley que ha puesto en la calle a un centenar largo de violadores y pederastas. Pero igual que entonces todos les advirtieron y no hicieron caso, ahora llevan dos meses haciendo oídos sordos al colapso anunciado por los sindicatos.

Lo que ven los españoles son cinco años de polarización, ruptura de todos los consensos y enfrentamiento. Cinco años de reivindicación de Largo Caballero, de un partido obligado a renunciar a la Transición de la que fue protagonista destacado para, de la mano de Bildu y ERC, tratar de devolvernos a las dos Españas. A un país en el que ningún pacto de Estado es posible, salvo con aquellos que quieren trocear el Estado y destruirlo.

Lo que ven los españoles son cinco años de incapacidad en la gestión, de ayudas que se anuncian y no llegan, de ingresos mínimos que no se pueden cobrar, de una Seguridad Social en la que es imposible conseguir cita para ser atendido, de fondos europeos que no se adjudican y no alcanzan a la economía productiva, de medidas contra el cambio climático o la sequía que no resuelven nada pero arruinan la agricultura y la ganadería. Lo que ven los españoles es a la ministra del ramo en bicicleta, a contramano y escoltada por coches blindados.

Porque lo que también han visto los españoles en estos cinco años es que toda esa ineptitud gestora y legislativa se intenta disimular a base de marketing, propaganda y eslóganes repetidos hasta la náusea, de "no vamos a dejar a nadie atrás", de pensar en "la clase media y trabajadora", de estar "contra los poderosos" y de que todos los males de este país son culpa de una "conspiración de fumadores de puros" en restaurantes madrileños, en los que, por cierto, como en toda España, está prohibido fumar.

Cuando Sánchez repite eso de que si él no gobierna vamos a retroceder muchos años, cuando habla del túnel del tiempo, lo que muchos españoles están deseando es meterse en él a ver si vuelven atrás. Al menos cinco años. Para regresar a esos tiempos en los que, como en la Transición de la que ahora abominan, era posible que los partidos se pusieran de acuerdo para solucionar problemas, en vez de enfrentarse y dividirse en bloques irreconciliables. Muchos españoles van a votar el domingo por un regreso al futuro.

3 Comentarios

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señor equis 7/22/2023 - 3:37:35 PM
Mucho mejor los tiempos del GAL, de vender a los trabajadores a las ETTs, dónde va a parar... de pisotear saben bien en la derecha. ¿Dónde están Casado y Cifuentes? Y las llamadas amenazantes a la de Extremadura para que tragara con los fascistas con tal de agarrar el sillón sin ser la lista más votada. Y repetir la mentira del gobierno con indepes y llamar terroristas a quienes, como Matute, plantaban cara a ETA mientras Aznar negociaba con ellos. Pero como la mentira tiene las patas muy cortas, es fácil cogerla. Eso sí, para engañar y tratar al personal como si fuera imbécil, sigue siendo muy útil. Porque lo importante no es lo que se hace, sino lo que se dice que se hace. Por eso pueden votar en contra de cualquier medida para mejorar la vida de la gente y luego ir de muy patriota y mucho patriota. Solo engañan a quien se quiere dejar engañar.
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angel sanjuan 7/22/2023 - 2:56:06 PM
Tiene toda la razón este artículo: Sánchez ha basado su campaña en el miedo a que salga la derecha, justificándolo con Vox cuando él ha gobernado con toda la extrema izquierda, indepes e incluso terroristas. Sánchez ha convertido al PSOE en un sucedáneo de partido con tal de ser presidente. Y es que no hay cosa peor que un piojo resucitado, al que pisaron, pero no lo suficiente como para quitarle de en medio, y ahora no para de picar rabioso
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señor equis 7/22/2023 - 12:44:34 AM
Podría especificar qué clase de futuro defiende el tipo que sacó un libro para convencer de las bondades de privatizar el agua. Pero no queda demasiado bien defender un futuro a lo Mad Max.
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