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Así se cata El Zarzal

Así se cata El Zarzal
Tribuna
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Lectura estimada: 4 min.
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El término varietal no está reconocido por la RAE. Es como admitir que la lengua va por detrás del olfato o del gusto. Y puede que sea así.

El Zarzal es un varietal, tiene una seña de identidad que no necesita que la reconozca nadie. La tiene y punto. El Bierzo también es un varietal que no necesita que le reconozcan. Basta con que le dejen ser. Tiene identidad de sobra.

El Zarzal podría ser el varietal de El Bierzo. La identidad hecha vino. Sólo compartiría ese honor con un varietal de la otra reina de las cepas bercianas, la mencía. Pero eso es otra historia...

Si El Bierzo fuese godello, sería El Zarzal.

Te presento a El Zarzal

Esta añada que te presento es de las más emocionantes que hemos tenido en años por estas tierras bercianas. Fue un año con temperaturas suaves y, qué te voy a contar, las noches estaban bien fresquitas y la humedad se dejaba notar, lo cual mantuvo la acidez natural en su punto justo. Decidimos adelantar un poquito la vendimia, ¿sabes? Para capturar toda esa acidez fresca y esos aromas cítricos que nos vuelven locos por aquí.

En esta añada, trabajamos nuestras cepas en esos fudres de madera de 2.500 litros, típicos de nuestra tierra. No tanto para darle sabor o estructura al vino, sino más bien para darle tiempo y que desarrolle todos esos matices y complejidad que conseguimos en las uvas. Queríamos que saliera redondo.

Y hablemos de los aromas, ¡carallo! Este vino grita a los cuatro vientos: "¡Soy godello del Bierzo!". Además, el perfil de nuestras cepas aporta esas notas cítricas y de fruta blanca tan características. En esta añada, fresca y llena de vida, vas a encontrar esos sabores cítricos que te harán salivar como una castaña babada. Y gracias a su crianza sobre lías en esos fudres, no vas a encontrar esos toques tostados que suelen tener los vinos espumosos. Aquí las lías están para darle un toque aromático moderado y, sobre todo, para darle estructura, como un buen entramado de castaño.

En boca, vas a disfrutar de un equilibrio perfecto entre una acidez marcada y una redondez que te hace cosquillitas en el paladar. Tiene una estructura media y una personalidad que no pasa desapercibida, pero, ¡si, o!, también es muy fácil de beber. No te aburrirás ni te amargarás, porque esa acidez está más integrada que los avíos de una gaita.

Este vino es todo un todoterreno. Lo puedes disfrutar solico, sin problema alguno. No te va a empachar ni te va a cansar, porque la acidez está bien ensamblada. Pero también es el compañero perfecto para la buena comida. Se junta muy bien con platos de la tierra, te lo aseguro. Y si tienes la suerte de hacerte con unas botellinas extra y las guardas en la bodega o en el poyo de la cocina, dentro de un par de años te llevarás una agradable sorpresa. Este vino tiene un potencial de envejecimiento bien afincado, te lo digo yo, que soy más berciano que el Mago Chalupa.

CÓMO Y DÓNDE SE CATA DISFRUTA

El Zarzal es un godello con mucho Bierzo dentro. Con clase, algo complejo, pero con finura y elegancia que entra bien.

Y no hay un lugar que sea tan El Zarzal como Villafranca.

Foto: Guias-Viajar.com

Villafranca del Bierzo fue la capital durante los algo más de diez años que El Bierzo fue provincia. De enero 1822 a noviembre de 1833.

El Bierzo sigue siendo bastante más que una provincia. Una tierra con una identidad que no se explica, se demuestra. Lo que llamamos Hacer Bierzo. Las gentes del Bierzo hacemos, pero no renegamos del contar. Y si en algún lugar se sabe contar, es en Villafranca.

Villafranca es señorial, es cuna y amante de las letras. No conocerás a muchos sitios que tengan una Fiesta de Poesía como la tenemos aquí. Y no podía celebrarse un sitio con un nombre tan poético como la Alameda de los Ruiseñores. Ese amor entre Villafranca y las letras debía dar fruto. Y uno de los más célebres es Antonio Pereira, poeta que también escribía novelas y cuentos:

"Ahora sé que es un crimen de lesa poesía

exprimirle a la almendra del verbo su licor

y entregarlo a los indiferentes.

Oh, tú, poeta pródigo,

malgastador de lo que sólo es tuyo

durante un breve relajo de los dioses.

Retén el aire en el pulmón florido

hasta la hora en que tu canto sea

disculpado por la necesidad,

no vayas a jurar el verso en vano".

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Villafranca es acogedora de peregrinos. Es tan generosa que tiene su propia Puerta del Perdón. El único punto donde, quien no va a tener la dicha de poder llegar por sus medios a Compostela, puede recibir el abrazo del Santo en la distancia y ganada la Indulgencia.

La calle del Agua, plena de casas señoriales, donde una vez durmió la Reina Isabel II y su hijo, el príncipe Alfonso XII curiosamente, se recorre para probar unos vinines rodeados de antiguas casas de nobles.

Foto: Guias-Viajar.com

Abrazada por el Valle del Burbia, ainda hay tanto que ver que no cabe en una sola cata.

Todo lo que hace que El Zarzal reuniendo El Bierzo en una botella, lo hace El Bierzo en Villafranca.

El Zarzal se cata disfruta con reposo, con deleite, al aire libre, con el sol y la lluvia en la cara, con el saber lo que se hace, con todos los sentidos, con la sabiduría del que sabe que "beber no es abrevarse" (Antonio Pereira dixit)...

El Zarzal es fino, complejo, expresivo y fresco. Villafranca es fresca, expresiva, fresca y compleja. Tal cual es uno, es la otra.

Y tú, ¿dónde disfrutarías de El Zarzal? ¿Conoces a los hermanos de El Zarzal?

Aquí están Polvorete y La Revelía.

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