Boca-mano-pie, el virus que inquieta a los padres vallisoletanos

En las últimas semanas, los centros escolares vallisoletanos han conocido una nueva enfermedad contagiosa que se ha extendido de forma rápida e indiscriminada

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Boca-mano-pie, el virus que inquieta a los padres vallisoletanos
Miguel Ángel  Fernández
Miguel Ángel Fernández
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El día a día de los padres de niños pequeños está repleto de inconvenientes y algunos imprevistos que, sin información, pueden llevar al desconcierto, las dudas e incluso al miedo. Las enfermedades de toda la vida tienen sus complejidades pero las que no conocemos nos asustan mucho más. 

La salud de nuestros hijos suele ser lo más importante, sobre todo en los primeros años de su desarrollo, cuando todavía están terminando de formarse física y psicológicamente. Es por eso, que muchos progenitores luchan a diario contra los virus y las bacterias que acechan a sus pequeños y que ponen a prueba nuestros sistemas inmunológicos. 

En las últimas semanas, los centros escolares y las guarderías vallisoletanas han conocido una nueva enfermedad contagiosa que se ha extendido de forma rápida e indiscriminada y que ha afectado a menores de edad de entre 0 y 6 años, provocándoles úlceras, fiebre y dolores de cabeza. 

"En esta época del año vemos más casos de la enfermedad de boca, mano, pie" pero dentro de la normalidad, explica a Tribuna el doctor Pedro Viaño, portavoz de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Explica que no hay cifras de incidencia ya que se trata de un enfermedad de declaración no obligatoria por lo que los datos no se registran, pero se trata de una patología "muy frecuente".

Actualmente, en las consultas de pediatría de Atención Primaria y en las urgencias de los hospitales se ve una frecuencia de casos similar a la que había antes de la pandemia ya que el aislamiento social durante los meses más duros evitó notablemente los casos de boca, mano, pie, enfermedad que suele aparecer en forma de brotes.

Esta infección está causada por el virus Coxsackie, de la familia de los enterovirus, que causa lesiones rojizas en la piel de la manos y plantas de los pies y también aparecen llagas en la boca y en la garganta. Cursa de forma benigna y rara vez hay complicaciones.

"Estas lesiones de la boca son dolorosas y hace que el niño deje de comer y eso conlleva deshidratación, hipoglucemia... en los más pequeños", advierte el doctor que recomienda, en estos casos, acudir a la consulta médica y también si hay fiebre alta.

Síntomas

Los principales síntomas que hacen evidente la enfermedad son las úlceras en la boca y garganta, que provocan una especie de faringitis; erupciones con lesiones rojas y algo abultadas, pero no ampollas, en la piel de manos y pies que no suelen causar picor; que el niño muestre su rechazo a comer por el dolor de las llagas; fiebre y dolor de cabeza.

El doctor Viaño explica que el diagnóstico es clínico, no hace falta una prueba específica, ya que los síntomas son claros y no se confunden con otras enfermedades víricas, como la varicela, ya que esta cursa con ampollas en la piel y, además, la gran mayoría de niños a partir del primer año están vacunados contra este virus y contra el del sarampión.

Transmisión

El tiempo entre el contacto con el virus y el inicio de los síntomas es aproximadamente de tres a seis días, "por eso es tan contagioso", apunta el pediatra, ya que se transmite antes de que haya señales de la infección. El virus se propaga más fácilmente durante la primera semana de enfermedad de una persona.

La transmisión se produce por las secreciones respiratorias de boca y nariz, como ocurre con otros virus respiratorios como el coronavirus. También por contacto al tocar la boca o la nariz si antes hemos estado expuestos al virus. Otra vía es por contacto con las deposiciones del niño, por ejemplo, cuando se le cambia el pañal.

Los más propensos son los niños de uno a tres años pero también pueden contagiarse niños más mayores, adolescentes y adultos sin mayor transcendencia. Solo especial cuidado con personas inmunodeprimidas y mujeres embarazadas.

Evítalo

Cuando existe una enfermedad de este tipo, suele ser complicado poder evitar su transmisión, pero existen algunos consejos que pueden burlar sus efectos como el lavado de manos del niño y de los padres o cuidadores, especialmente después de cambiar el pañal, antes de comer o antes de salir de la guardería.Ventilación de los espacios interiores.

Evitar contacto con personas vulnerables, es una de las formas más útiles de evitar el contagio.

Con las llagas en boca y garganta, dar alimentos ni muy fríos, ni muy calientes ya que les ocasiona dolor: ni un helado, ni una sopa caliente, pero si un yogur que además tiene una textura suave. No dar empanados que les provoca picor, ni frutas ácidas, como el kiwi o la piña. Este tipo de alimentos hace que el niño rechace comer.

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