La Policía Municipal lo ha vuelto a hacer. El pasado lunes, tal y como informaron fuentes cercanas al 1-1-2 de Castilla y León a Tribuna Valladolid, y según lo que compartió el perfil policial en redes sociales, dos policías salvaron una vida a un varón de unos 60 años en el barrio vallisoletano de La Victoria. Concretamente, en la calle Rioseco fue donde los agentes encontraron al hombre inconsciente, que se había "caído" al suelo, y con heridas en la cabeza. Al parecer, entró en parada cardiorrespiratoria, situación que los agentes solventaron realizando las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) y utilizando el desfibilador. 

Se trata de A.A. y de J.Á, agentes que entre los dos suman más de medio siglo en el cuerpo y con experiencias a sus espaldas como la que vivieron, desgraciadamente, hace tres días. En algunos casos, el final fue feliz y, en otras ocasiones, no lo fue tanto. No obtante, ambos tuvieron que arrimar el hombro, vestirse de héroes y, "sin ser expertos", dar una vida más a un hombre que, con el paso de los minutos, la estaba perdiendo. 

Aprovechando su visita a la redacción de TRIBUNA GRUPO en Valladolid, los dos polícias cuentan lo sucedido con el objetivo de que todas las personas se animen a dar el paso a conocer el mundo de los primeros auxilios: "Nos encontrábamos de patrulla, bajando de Parquesol. En ese momento, nos alertan de que en la calle Rioseco hay una persona que se ha caído y que tenía una herida en la cabeza. Acudimos con la premura que requiere este tipo de servicios. Vimos a la persona en el suelo y con sangre. Todo nos hacía pensar que estaba en parada cardiorrespiratoria. Sin tomar las constantes, el compañero ya avisó a la sala de que íbamos a realizar las maniobras precisas. Mientras tanto yo cogí el desfribilador. Sacamos los parches y pusimos todo en funcionamiento. Es cierto que veíamos que la situación urgía para que lo hiciéramos cuanto antes".

"Damos las descargas y justo vino la ambulancia. En todo este tiempo no sabes ni lo que está pasando a tu alrededor. La persona, después de 10 minutos con los sanitarios, recuperó, finalmente, las constantes vitales y la respiración, pero seguía inconsciente. Fue un taxista el que vio al hombre en el suelo y es el que avisó al 112. Es verdad que yo al señor le veía muy mal por el color de la cara y por el de sus labios en comparación con otras intervenciones. De hecho, nos dijeron cuando llegamos: 'A ver qué podéis hacer porque creo que esta persona está muerta'. Hacía frío ese día, pero yo ni le tenía, solo estás centrado en salvarle la vida", añadió uno de nuestros protagonistas.

El otro, J.A, no se olvidará fácilmente de lo acontecido, pero no recuerda exactamente lo que pasó cuando llegaron al lugar de los hechos: "Tardamos tres minutos desde que nos avisaron hasta cuando llegamos a la calle Rioseco. Recuerdo bajar del coche y directamente mi cabeza solo pensaba en salvarle la vida. Le vimos caído, pero desconocemos cuánto tiempo llevaba en el suelo y eso es lo que nos preocupaba. En este tipo de cosas, utilizo el llamado 'efecto túnel' para no ver nada de lo que está pasando fuera de esa persona. La gente empieza a hablar y nada... Es parecido a cuando escuchas algo de fondo, pero no te das cuenta de lo que es realmente".

Con todo y con ello, los dos agentes vuelven a dar una lección a la vida en general y, a la del varón en cuestión en particular, porque hace unos meses en Arturo Eyries fueron los citados, A.A y J.A, los que volvieron a ponerse la capa azul y negra. Esa que llevan cada día.