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No hay montaña lo bastante alta

La opinión de Diego Jalón en Tribuna

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 No hay montaña lo bastante alta
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una reunión con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, en el Palacio de La Moncloa, a 4 de octubre de 2022, en Madrid (España). | Foto: A. Pérez Meca - Europa Press
Diego Jalón Barroso
Diego Jalón Barroso
Lectura estimada: 5 min.

Nuestro presidente, que goza de una proyección internacional tan inmensa y desproporcionada como el sexo del argentino del chiste, no sabe si está en Senegal o en Kenia, dos países a los que separa el doble de la distancia que hay entre Madrid y Moscú. Uno en el Atlántico y otro en el Índico, aunque eso sí, ambos en ese continente africano que tan bien conoce la presidenta consorte Begoña Gómez, catedrática y directora de masters sin licenciatura universitaria, que hasta hace poco dirigía el Centro Africano del Instituto de Empresa.

Pese al lapsus de Sánchez -hay que disculparle, con la de cosas que tiene el hombre en la cabeza-, todo indica que la gira del matrimonio presidencial por el continente africano va a ser muy romántica y también muy fructífera para nuestro país. Al parecer, según informa La Moncloa, Sánchez ha lanzado una "iniciativa conjunta" para luchar contra la desertización con Senegal, ¿o con Kenia? ¿o con los dos? No importa, en todo caso son ambos aliados relevantes para España en el panorama internacional, no como Argelia, dónde va a parar. Y a lo mejor Gómez también ha cerrado otros acuerdos por allí, aunque de estos igual no nos informan tan cumplidamente, no vaya a ser que luego se monte otro lío.

Mientras Robert Sánchez y Meryl Gómez disfrutan de sus 'Memorias de África', al otro lado del Estrecho seguimos lidiando con estos presupuestos de los que el presidente está tan orgulloso, como alucinados están los organismos nacionales e internacionales que se dedican a esa tediosa tarea de echar cuentas de verdad, no como la ministra de Hacienda, para la que 1.200 millones "no son nada". El asunto no es trivial. En un país con 1,4 billones de euros de PIB y un presupuesto de 583.000 millones, el Gobierno dispone a su antojo de más del 40% de lo que los españoles producimos cada año.

Bueno, tampoco del todo a su antojo, porque para repartir nuestro dinero tiene primero que saciar otros antojos. Los de la muchachada podemita, los del PNV, los de ERC y los de Bildu. Y a veces son tan exigentes que la tarea requiere todas las habilidades del gran maestro del trile para satisfacerlos. Con las primeras, las monteros, las belarras y la? ¿Yolanda, sigues sumando por ahí?, ha tenido primero que hacer su truco de las bolitas con lo de la guerra de Ucrania.

"La maldita guerra de Putin", como le gusta llamarla al presidente del país que menos dinero ha dedicado a ayudar a Ucrania, 56 millones hasta la fecha frente a los 15.000 de Estados Unidos, los 2.000 de Polonia o los 1.500 del Reino Unido, le obligó a comprometerse con la OTAN a duplicar el gasto militar hasta alcanzar el 2% del PIB, más de lo que dedicamos a Ciencia o a Universidades. Pero como eso no les parecía bien a las defensoras del "no a la guerra" y de la "diplomacia de precisión", Sánchez ha camuflado el aumento del gasto en créditos extraordinarios del Ministerio de Industria para ayudas de I+D de Programas Especiales de Armamentos, que aumentan más de un 125% con respecto a 2022, y en transferencias de crédito desde el Fondo de Contingencia para hacer frente a imprevistos, como misiones militares o armamento. ¿Dónde está la bolita?

Pero bueno, ese es el menor de sus problemas, porque a estos Sánchez los tiene muy calados. Primero se pusieron estupendos y estupendas en Twitter, "¡esto es una vergüenza!", aullaba Echenique. Pero luego, ya más tranquilos y tranquilas, explicaron que "no vamos a romper el Gobierno por una deslealtad del PSOE". Solo faltaba, con el frío que hace fuera de los ministerios. Lo que la mamandurria ha unido no lo separen los hombres ni las mujeres. Ni los trans, que si Irene tiene capricho pues se aprueba la ley esa y ya está.

Más complicado va a ser cumplir los deseos del resto, aunque para Sánchez no hay montaña tan alta, ni valle tan profundo, ni río tan ancho que no pueda cruzar para seguir pernoctando en palacio. Al PNV ya le ha dicho que cederá al País Vasco el impuesto a la banca, a las eléctricas y a los ricos. No vaya a ser que los del paraíso fiscal se pongan de morros. Y con Bildu, pues ya sabemos que tiene línea directa, les acerca a sus presos y les redacta a la carta la ley de memoria democrática. Están tan contentos que, en varios lugares de España, se rumorea que hasta Txapote votará a Sánchez en las próximas elecciones.

Más complicado va a ser lo de ERC. A estos ya les ha estafado varias veces y, aunque tampoco son muy espabilados, pues no se fían. Según dicen las malas lenguas, mira que hay gente mal pensada, Sánchez quería prometerles lo de la modificación del delito de sedición para dentro de unos meses, después de tener aprobados los presupuestos más derrochadores y electoralistas de la historia, y luego, si te he visto no me acuerdo. Pero esta vez no ha colado. Los Rufianes y Junqueras lo quieren ya. Pero ya. Antes de votar, que les lleva dando largas desde que lo prometió en 2018, en 2020, el año pasado? y están hasta las gónadas de que les vacile el gran timonel, digo timador.

Y esto sí que puede ser un problema muy gordo para los barones regionales, los alcaldes y el conjunto del PSOE en mayo del año que viene. Sánchez lo sabe bien, por eso ha ido dando patadas adelante durante todos estos años. Pero el que apoyó el 155, el que prometió traer de vuelta a Puigdemont para juzgarlo, el que aseguraba a Susanna Griso que los golpistas catalanes, más allá de la sedición, merecían ser condenados por rebelión, va ahora a rebajarles las penas a la mitad, y a permitir que vuelvan muy pronto a presentarse a unas elecciones y a ocupar cargos públicos.

Y eso, pues igual no le mola al general de los votantes españoles, a esa clase media y trabajadora por la que el Gobierno de la gente se desvive entre viaje en Falcon y vuelo en Super Puma. Esa gente que tiene que introducir en mayo su papeleta en las urnas. Pero Sánchez sigue tarareando el gran éxito de Marvin Gaye. A lo suyo. Le dan igual los barones, los alcaldes, el partido y la madre que les parió. Para cuando le toque a él someterse al veredicto de las urnas, habrá pasado más de un año de riego intensivo del electorado con la poderosa manguera de comprar apoyos y voluntades que son estos presupuestos. Para entonces, felices de que nos devuelva gentilmente parte de lo que nos ha quitado, no recordaremos lo de la sedición.

Ahora, como le toca pasar por el aro de los indepes, y para minimizar daños en mayo, nos cuentan él y sus ministras que esto noes una cesión a los golpistas, sino una encomiable iniciativa progresista y democrática para homologar nuestra legislación a la del resto de los países europeos. Y, oh casualidad, es ahora cuando toca hacerlo de forma urgente, no vaya a ser que le pisen la manguera. "Ain't no mountain high enough, ain't no valley low enough, ain't no river wide enough? (No hay montaña lo bastante alta, no hay valle lo bastante bajo, no hay río lo bastante ancho)"

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