Cuando pensamos en tradición y en folklore, la primera palabra que suele aparecer es antiguo y en realidad, está más presente que nunca. El folklore castellano sigue vivo gracias a los grupos y asociaciones que llevan los bailes, trajes y sonidos castellanos más tradicionales por toda la península e incluso a otros países. 

Una muestra de la riqueza folklórica que hay en Castilla son las diferencias que hay entre los bailes, trajes e instrumentos que forman las distintas composiciones en cada una de las provincias. En la ciudad de Valladolid hay un total de 12 grupos de Danzas que se encargan de difundir los ritmos, bailes y trajes más tradicionales.

El Grupo de Coros y Danzas Pilarica lleva en activo desde 1978 y está formado por una escuela Infantil, Juvenil y de Adultos por lo que hay una gran variedad de edades, "el relevo generacional, salvo sorpresas, está asegurado a largo plazo" afirma Rafael Higelmo, director artístico del grupo. 

La participación en los grupos de danzas suele contar con una minoría de jóvenes, esto podría llegar a poner en peligro el mantenimiento de esta tradición. "La juventud llegará si conseguimos hacerles ver que estamos actualizados. El folklore castellano no es algo estático, debemos hacerlo evolucionar al igual que lo hacemos nosotros. Si no conseguimos esto, el folklore castellano sí estará en peligro de no representar a nadie, y se convertirá en una pieza de museo" señala Rafael.

En su repertorio cuentan con un amplio repertorio que cubre tanto las danzas propias y típicas de Valladolid como de toda Castilla y León, desde jotas, seguidillas, corridos, boleros y boleras, fandangos y paloteos. Además del Grupo de Danzas, tiene una Escuela de Dulzaina y un Coro Folk que les acompaña en su gira.

Lejos de quedarse en las actuaciones que realizan por España también actúan en bodas castellanas, misas castellanas e incluso interpretan villancicos. Además desde 1986 celebran en el barrio Pilarica un Festival Internacional del Folklore en el que invitan a distintos grupos de España y del mundo para difundir el folklore. Una de las peculiaridades de este festival es que se celebra en régimen de intercambio, es decir, si un grupo participa luego les devuelven la visita.

Durante la pandemia del Covid-19 a Rafael se le ocurre crear una jota titulada 'Luchando al coronavirus'. "No me podía imaginar estar metido en casa y no poder seguir ensayando" por lo que empezó a pensar de qué manera podían practicar desde casa, "propuse en primer lugar al coro, esta jota 'luchando al coronavirus', pero esta fue la primera de una serie de danzas de nuestro repertorio ensayadas desde casa, "Entradilla del Cristo de Salmoral", "La Galana", "Seguidilla San José Carpintero", "La Jota de Mi Pueblo", etc." explica Rafael.

Pese a que muchas actividades culturales tuvieron que cancelarse, el grupo no dejó de participar en fiestas y festivales siguiendo todas las recomendaciones sanitarias. "Digamos que la pandemia de la Covid-19 ha marcado un antes y un después para nosotros. Si ya estaba herido el folklore, la pandemia nos ha rematado y todavía seguimos recuperándonos. Pero eso al mismo tiempo nos ha hecho reaccionar y nos ha estimulado a probar cosas nuevas. Lo importante es no quedarse parados esperando a que las cosas se solucionen por sí solas" señala Rafael.

La actuación del jueves día 8 será la primera de su gira con una normalidad total y tal y como avanza Rafael, han preparado algo especial: "Este espectáculo será como una obra de teatro que contará con actores del Grupo de Teatro RAKATAKLÁ, así como bailarines y cantantes de nuestro grupo folklórico". El objetivo del grupo es contar al espectador la historia del folklore, "hacer que el espectador entienda cómo y dónde surgieron esas canciones y danzas populares, trasladarles a esas tabernas de los pueblos donde surgían esos bailes espontáneos, o a los viñedos y a toda la retahíla de canciones populares en torno a la vendimia". El guión de la obra está adaptado por Mª de Gracia Herguedas, directora del grupo de teatro RAKATAKLÁ.

El día 8 les acompañará en el escenario el Grupo de Danzas La Victoria. Está formado por un amplio rango de edad, en sus filas se puede encontrar personas de 5 hasta los 60 años. "Podría haber más jóvenes, pero en peligro no está, ya nos encargamos los que estamos en este mundo de que se trasmitan nuestras tradiciones y de que las instituciones no se olviden de su importancia y sigan dedicando recursos al folclore de nuestra tierra" asegura Estefanía Mongil, presidenta del Grupo de Danzas La Victoria.

Siempre es especial actuar en tu propia ciudad y más si lo haces durante sus fiestas, Estefanía confiesa que tienen "una ilusión enorme y muchas ganas, sobretodo de bailar sin mascarilla y viéndonos todas las caras".

Sin embargo, pese a la importancia que tiene mantener algo tan único y tan especial de la comunidad, el apoyo que se ofrece desde las instituciones es mínimo. El Ayuntamiento de Valladolid ofrece a los grupos dos actuaciones al año, en las fiestas de San Pedro Regalado y Fiesta de la Virgen de San Lorenzo, mientras que en otras zonas el folklore está más integrado con las distintas actividades y actos.

Son los propios grupos, tal y como confirma Rafael, los que tienen que movilizarse para promover el folklore y poder actuar, además el presupuesto con el que cuentan es muy ajustado. Asimismo, solo reciben ayuda por parte de la Concejalía de Cultura con actuaciones y subvenciones y de la Concejalía de Participación Ciudadana poniendo a su disposición los centros cívicos y el certamen de cultura tradicional. El apoyo que reciben por parte de la Junta de Castilla y León o de la Diputación Provincial es nulo, "ni siquiera cuando salimos a representar a la Provincia o a la Comunidad" lamenta Rafael.

Estefanía añade que: "ahora mismo se están haciendo cosas muy interesantes por parte de las diferentes asociaciones provinciales dedicadas al estudio y conservación de nuestras tradiciones pero el apoyo es muy reducido y no se da visibilidad ni se difunde como nos gustaría". Además, cuentan que les gustaría que las ayudas institucionales fuesen de manera "más permanente y constante a lo largo del año".