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Los 'niños' forman un lío ante las figuras en el festival de La Flecha

Marco Pérez e Ismael Martín triunfan con fuerza en el exitoso festejo solidario organizado por Tauroemoción

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Los 'niños' forman un lío ante las figuras en el festival de La Flecha
Fotos: Fermín Rodriguez
José Ángel Gallego Vázquez
José Ángel Gallego Vázquez
Lectura estimada: 2 min.
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Se colgó el cartel de no hay billetes. Y eso es una noticia doblemente satisfactoria. Primero para la salud de la fiesta en Valladolid y, en segundo lugar, para la Asociación de Esclerosis Múltiple, ente para el que iban dirigidos los fondos recaudados en el séptimo festival benéfico en la cubierta de La Flecha.

Excelente ambiente el que se respiraba en la coqueta plaza multifuncional y soberbias las actuaciones de los 'niños', que este sábado 'metieron mano' a las figuras. El festejo estaba siendo entretenido, pero no acababa de romper, quizá porque los blandos novillos de Castillejo de Huebra no ayudaron en exceso.

Pero salió el quinto y el salmantino Isamel Martín, que sustituía a Manuel Escribano, formó un auténtico lío con el capote y las banderillas. Arrollador con el percal, saludó con dos largas cambiadas y desplegó su repertorio. Puso cuatro pares que levantaron al público de sus asientos y estuvo muy asentado en un trasteo que tuvo buenos momentos por ambas manos. Logró dos trofeos.

La apoteosis llegó en el sexto novillo. Marco Pérez que, en poco más de tres meses se convertirá en nuevo matador de toros, saludó con verónicas muy ceñidas remachadas con una media de rodillas. Quitó por chicuelinas y brindó a Cayetano.

El novillo, sin duda el mejor de la tarde, no se cansó de embestir y Marco formó un auténtico alboroto. Inició la faena de rodillas, en los medios. Luego brotaron series muy templadas y ligadas por ambas manos, desplegando una tauromaquia muy personal. Mató como un cañón y paseó los máximos trofeos. El novillo también fue premiado con la vuelta al ruedo.

Abrió cartel el rejoneador Sergio Pérez de Gregorio. El astado, con mucha movilidad y buen tranco, ayudó al salmantino a mostrar su excelente cuadra y monta. Estuvo acertado en las reuniones, aunque falló con el rejón de muerte. Una oreja.

Enrique Ponce, tras haber recibido unas horas antes el cariñoso homenaje de Valladolid, se presentó en La Flecha con un elegante saludo capotero, al que le siguieron unas chicuelinas marca de la casa. El novillo blandeó y eso evitó que la actuación del valenciano tomara altos vuelos. Saludó una gran ovación.

Cayetano firmó muletazos con mucho empaque, pero el novillo perdió las manos en repetidas ocasiones. La voluntad del diestro se vio recompensada con una oreja.
Emilio de Justo sorteó el novillo más cuajado, aunque también el más áspero del encierro. La faena dijo más sobre el pitón derecho, donde el extremeño lo llevó siempre muy ligado. Las series al natural fueron de menos calidad y el trasteo perdió enteros. El buen uso con el acero le permitió pasear un trofeo ante un público que se divirtió en un exitoso festival, organizado por Tauroemoción, y que llenó los tendidos de solidaridad.

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