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Una máquina de PCR para diagnosticar la ‘viruela del mono’ con más agilidad, un proyecto para alimentar a diario a 3.000 niños con necesidades, una escuela de Secundaria, una Formación Profesional de costura para mujeres o un centro cultural, entre otras iniciativas. Esta es la presencia de Castilla y León en un enclave en el entorno del Lago Kivu, en el Congo, en una zona intermedia entre la ciudad de Goma, la isla de Idjwi y el Parque Nacional de Kahuzi-Biega, el paraíso de los gorilas, pero también epicentro del mpox, una zona azotada históricamente por una grave crisis humanitaria, décadas de guerra y sistemas de salud muy precarios.
"Todo lo que sea ayudar a esta gente es bienvenido. Y desde esta tierra se ha comprendido que debe ser así con diferentes aportaciones para proyectos finalistas", explica a Ical el presidente de la ONG burgalesa Asociación Proyecto Rubare, Tomás Martínez, organización que trabaja en este área desde hace años y que conoce bien los problemas. No en vano, alimentan a diario, con una comida, a 3.000 niños y 800 mujeres, muchas de ellas embarazadas, que residen en el campo de Buhimba, en Goma. La ayuda que Rubare recibe a través de las administraciones de Castilla y León, como la Junta y los ayuntamientos de Burgos y Valladolid, se canaliza a través de la organización local ‘Happy Children’, que surte de alimento a los residentes en los campos de concentración de Buhimba y Ngangi, en Goma. Sacos y sacos de harina, con los escudos de ciudades castellanas y leoneses y del Ejecutivo autonómico, con los que pueden alimentarse durante semanas.
En estos momentos, tienen puestos sus ojos en hacer todo lo posible por contribuir a frenar la expansión de la viruela del mono, conocida también como mpox. Para ello, la Junta ha financiado la adquisición de una máquina en Bélgica, que es trasladada a Goma, y con la que se podrán realizar miles de PCR. "Hay miles de máquinas que son ‘elefantes blancos’, están ahí, pero no funcionan. Así, que el primer requisito para comprarla es que haya un servicio técnico en Congo y nos dé repuestos para los siguientes diez años. Si cada vez que da un error nos mandan a alguien desde Europa el servicio se encarece", comenta Martínez.
Este tipo de equipos deben estar bien equilibrados para que "aporten los resultados correctos", ya que "rectificar estas máquinas es difícil". "Tiene que haber un técnico y una empresa que nos atienda, y hemos dado con esta, que es belga, y tiene sede en Bukavu, a 40 kilómetros", expone el presidente de Rubare, quien sostiene que para evitar gastos de comisiones se ha realizado "el ingreso directamente desde España a Bélgica", aunque el contrato es "claro" y precisa que "se tiene que entregar allí, acompañada de personal para ponerla en funcionamiento".
Sin embargo, matiza que la ayuda de la Junta es para hacer PCR de todo tipo de infecciones, aunque es cierto que esta es la "zona cero" de la viruela del mono, una enfermedad que "sale al lado de unas minas de coltán, al lado del Parque Nacional de Kahuzi-Biega". Allí, los trabajadores "pasan mucho hambre y están rodeados de militares de las guerrillas que no les dejan moverse", con lo que se ven obligados en ocasiones a "alimentarse de monos" que les han transmitido la enfermedad.
La Junta ha otorgado una ayuda de 45.000 euros, que se suman a otros 5.000 concedidos por la empresa burgalesa de automoción Inertim, de capital chino, cuyo director general es el burgalés Francisco Martínez. La máquina tiene coste de 39.000 euros, pero se pretenden adquirir reactivos al menos para dos años, además de preparar a varios médicos para que manejen esta máquina, algo que enseñará el andaluz Luis Flores, director veterinario del Centro de Investigación en Ciencias Naturales de Lwiro, en el cual se estudian las evoluciones de las enfermedades de transmisión entre humanos y primates.
Tomás Martínez recuerda que en un principio, la transmisión "parecía directa y sexual, por fluidos, pero ahora el problema es que se contagia a los niños" y alerta de una nueva variante que podría llegar a Europa.
"El miedo es que se transmite más fácil porque ha mutado", incide el burgalés quien, por este motivo, otorga gran importancia a la nueva máquina, que no solo se destinará para diagnostica mpox, sino también tuberculosis, con gran incidencia en esta zona del Congo. "Rápidamente podremos detectarlo con PCR. Contribuiremos a identificar la enfermedad en muchas personas. Si lo hacemos, podremos curarles antes", señala. Hasta ahora, una vez que se sospechaba de la enfermedad, las muestras viajaban a Kigali, en Ruanda, "que tardaba cuatro días en ir y otros tantos en volver, más el tiempo que demoraba el resultado". "Hospitales cercanos nos han llamado porque quieren hacer las pruebas en nuestra máquina. No la hay en cien kilómetros a la redonda", defiende.
La educación y la cultura no se quedan de lado en el trabajo de Rubare en el Congo, que ha diseñado un centro cultural, financiado por el Ayuntamiento de Burgos hace dos años. Se pensó inicialmente en un espacio de ordenadores para los niños de la escuela, que "salen con informática e inglés aprendidos".
Primero se equipó con una treintena de ordenadores de segunda mano; luego se colocaron proyectores y ahora tiene varias funciones, como una sala de informática, la biblioteca, con libros para niños de Secundaria, y una de las "cosas más bonitas, un cine infantil". "Nunca han visto un cine, no saben lo que es", aludió. Se realizó una primera experiencia, con películas en francés, y con un proyector y una pantalla donadas por el CEIP Aurelio Gómez Escolar de Burgos. "Ha sido increíble. Es la atracción de toda la isla de Idjwi, a la que todos quieren entrar. Se acercan a tocar la campana, porque quieren tocar a los muñecos, no han visto nada parecido", manifiesta Martínez.
Precisa que les regalaron una consola Xbox y dos profesores la han instalado. A los más mayores se les "deja jugar una partida un rato los sábados y domingos por la tarde, como si fuera un teleclub".
Este centro cultural ha tomado el nombre de ‘Jiménez Lozano’, en homenaje al querido escritor abulense, "un reconocimiento aunque sea tan lejos". Se han llevado juegos educativos, ajedrez, puzles. "En época de lluvia, llueve mucho y no salen, es un cuarto donde comen y viven. Los niños pueden venirse a este centro, en grupos de 20 para no deteriorar el material. Es una de las cosas más bonitas. No les damos de comer, pero les estamos amueblando un poco la cabeza para que empiecen a ver otras cosas".
Otra de las iniciativas que se desarrollan por parte de Proyecto Rubare se focaliza en niños de Secundaria, en Kivu Sur, una zona que cuenta con más de un millar de escuelas, "con una población similar a España". "Han valorado nuestra escuela como una de las mejores diez, porque cuando acaban Primaria, hasta donde damos nosotros, todos los colegios están obligados a hacer un examen nacional, como una Selectividad, se evalúan y se sacan las notas desde Kinshasa, y hemos quedado muy arriba", defiende.
Martínez expone que cuando los niños "se iban de la escuela, nos decían que no valía para nada tanta educación en Primaria para luego en Secundaria no llegar a nada, porque perdían la base que tenían". Así que Rubare ha solicitado al Ayuntamiento de Burgos construir una nueva escuela de Secundaria, en el marco de un proyecto presentado hace siete meses y cuya convocatoria de ayudas está a punto de resolver el Consistorio burgalés.
Esta medida, prosigue Tomás Martínez, permitirá "cerrar el círculo para que de ahí puedan los niños pasar a la universidad o a una FP". "Con diez años no están formados, pero con una escuela de Secundaria, con 14-15 años, salen ya formados de verdad. Los que han podido ir a Goma lo dicen: ¿Dónde habéis estudiado que tenéis tan alta preparación? En la isla no hay una Secundaria para dar un servicio a estos niños y que tengan continuidad. Ahora ya podría haberla", sentencia.
Otro de los proyectos de Rubare en el Congo lo protagoniza la mujer, que allí "es quien trabaja y mantiene a la familia", al contrario que los hombres, "los que menos". "Pensamos en desarrollar a la mujer", alude Martínez, quien cree que la agricultura "podría ser una opción", pero se perseguía enseñar un oficio. "Tras reunirnos con la población, ellas querían la costura. Ahora tenemos un grupo de 27 mujeres que estarán un año con una FP y saldrán con el título y con una máquina de coser bajo el brazo para que puedan empezar a mantener a sus familias a través de la costura", precisa.
Como ejemplo, en Congo todos los niños "llevan uniforme blanco" en Primara y azul en Secundaria, con lo que estas mujeres "tendrían trabajo cerca". También para coser para los vecinos y otras personas. Esa FP ayudaría "a las mujeres pobres y jóvenes, que tienen familia casi todas, y que van a la formación con un niño colgado delante y otro detrás". "Mientras estudian cosen. Les enseñamos y luego les damos la caña, porque la máquina vale 100 dólares y se la donamos", señala.
Tomás Martínez comenta que Rubare se encuentra actualmente en otro proyecto, aprobado por la Diputación de Burgos, "con un terreno, un vivero con semillas de España y del Congo, con un semillero". "Las patatas allí son como nueces, porque no tienen buena simiente. Siembran la de cuarto o quinto año porque no tienen semilla buena. Estamos haciendo un semillero para tener de buena calidad y repartir entre los agricultores de la zona para sacar una producción más alta", pronostica.
También a nivel ganadero, ya que los conejos "se reproducen muy rápidamente" y cuando haya unas cien parejas, "un agrónomo les enseñará los agricultores a cuidarlo por su delicadeza, y que ellos mismos puedan hacerlo, reproducirlos y tener unas pequeñas granjas, aparte de pollos". "Es una forma de reproducción rápida, para alimentación propia y venta en mercados", resume.
La compañía asumirá casi 34.000 nuevos mutualistas entre Valladolid, Salamanca y Ávila
Se recibirá una cuantía económica para hacer frente a los gastos derivados del desplazamiento, manutención y alojamiento, así como para facilitar la conciliación
La ONG Proyecto Rubare desarrolla proyectos para alimentar a 3.000 niños, una escuela de Secundaria, FP de costura y la máquina de PCR para la viruela del mono
La sede de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico de Valladolid acogió el encuentro como símbolo al compromiso con el proyecto Misión 2030