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Los entrenadores del Real Ávila: "Nos duele ver así al Real Valladolid, pero confiamos en la magia copera"

Miguel de la Fuente y Rafa López visitan la redacción de TRIBUNA 24 horas antes de enfrentarse a un Club que conocen "perfectamente"

Los entrenadores del Real Ávila: "Nos duele ver así al Real Valladolid, pero confiamos en la magia copera"
Miguel de la Fuente y Rafa López posan en plena Plaza Mayor. Sergio Borja.
Alejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
Lectura estimada: 5 min.
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Qué difícil es encontrar a dos entrenadores que alaben tanto a su rival como hacen, desde el sorteo de la Copa del Rey, Miguel de la Fuente y Rafa López, primer y segundo técnico del Real Ávila, respectivamente. Ambos conocen "perfectamente" la casa blanquivioleta, a la que siguen desde lejos e, incluso, desde más cerca de lo previsto porque no se pierden ni un solo partido y el de este martes, por supuesto, no va a ser una excepción. Sin embargo, lo van a hacer desde un punto de vista diferente. Por primera vez, y seguramente desde hace muchos años, quieren que pierda 'su' Real Valladolid, ya que sueñan con pasar la eliminatoria ante todo un Primera División. Ya lo han hecho ante otro equipo superior, como es el Real Oviedo, y buscan repetir la misma hazaña en su casa, con su gente, y con la magia de la copa en el ambiente.

Los dos visitan la redacción de TRIBUNA GRUPO en Valladolid 24 horas antes de enfrentarse al conjunto blanquivioleta. "Afrontamos el partido desde la humildad de saber que viene un equipo que, aunque arrastre una mala dinámica, tiene jugadores de Primera División. Sabemos que es un partido donde no tenemos nada que perder. Venimos del premio de la Copa tras superar al Real Oviedo y queremos competir. Nuestro objetivo es que les surjan las dudas que están teniendo en el día a día", explica un Miguel que estaba "en el banquillo" cuando escuchó la bola del Real Ávila, pese a que justo la anterior fuese la del Atlético de Madrid, el rival que todos pedían.

"Comentamos la posibilidad de que nos tocara el Real Valladolid porque también jugamos el fin de semana contra el Promesas. Exblanquivioletas como Tena o Carrión se lo tomaron mejor que los demás porque han jugado con esa camiseta", comenta. Para el técnico, su plantilla está hecha "para intentar lograr la permanencia", aunque ahora esté situado en esa meritoria tercera posición con la etiqueta, evidentemente, de equipo "recién ascendido". "Mantenemos un bloque muy importante. Nos quedan tres partidos para acabar la primera vuelta y en la segunda veremos cómo nos afecta lo experimental, lo anímico... No podemos pensar en que, si quedamos sextos, fracasaríamos. Estaríamos cometiendo un grave error", asegura.

Rafa comparte la visión de Miguel porque "siempre hay que tener los pies en el suelo". Aun así, ambos son conscientes de que "el Club se está implicando mucho y está haciendo cosas de equipo llamado a luchar por el ascenso": "Hemos dado un salto importante. La categoría nos dice que los partidos se deciden por dinámicas, por detalles, por controlar momentos... No estamos nerviosos. Los nervios se fueron en el encuentro ante el Real Oviedo". No obstante, advierten que "los jugadores no deben perder la humildad porque juegan contra un Primera División y eso siempre son palabras mayores". De hecho, creen que no les va a afectar ni siquiera el aspecto físico porque llevan "tres jornadas" preparando el duelo y las cargas de entrenamiento. "Hemos sabido y sabemos gestionarlo. Veremos si hay prórroga, no lo descartamos", añaden.

SITUACIÓN ACTUAL DEL REAL VALLADOLID

Pese a que Miguel busca que sus jugadores puedan utilizar "las dudas" de su rival "a su favor", piensa que hay jugadores blanquivioletas que, con el cambio de entrenador, pretenden "empezar de cero". "Querrán demostrar cosas. Tienen que cambiar la dinámica cuanto antes. Dicho esto, creo que su partido importante es el sábado, no el del martes", apunta. Lo que no podrá controlar es "el salto de categorías" que separa a ambos equipos, aunque eso no quite a que confíe ciegamente "en la magia de la Copa". "Es el Adolfo Suárez, es nuestra gente, se juega de noche... es la magia de la Copa. Tenemos muy claro lo que tenemos que hacer", comenta.

En este sentido, tienen estudiado al anterior Real Valladolid de Paulo Pezzolano y al de, momentáneamente, Álvaro Rubio. "Hemos visto partidos repetidos. Por ejemplo, con Paulo estaban jugando con línea de cuatro, y últimamente estaban con cinco atrás. Pero eso se ha ido, y quizás ya no nos vale. Álvaro nos conoce perfectamente. El Promesas se mide a los rivales que nosotros ya nos hemos enfrentado", señala. Por esa razón, se han centrado en "informes individuales de jugadores" tras la destitución de Pezzolano. "Somos conscientes que no es lo mismo que juegue Kike Pérez a que juegue Juric y tampoco a que sea Álvaro el entrenador. Sabemos cómo le gusta jugar: dos delanteros, línea de cuatro...", argumenta.  

Rafa, por su parte, no se esperaba que cambiaran el entrenador justo antes del partido de Copa. Aun así, y antes de que tomaran esa decisión, le dolía verle así: "Desde fuera es difícil analizarlo. Creo que el equipo no ha encontrado esa regularidad que necesita. Está claro que, si le hubiese tocado otro rival, veríamos su partido y estaríamos deseando que ganara. Somos aficionados del Pucela... es nuestro equipo". Miguel da la razón a su compañero, pero va más allá: "Duele verle el último. Duele verle en Getafe sin capacidad de reacción, duele verle teniendo el partido ganado contra el Athletic y que le empataran con un remate a una altura que no puedes permitir y menos dentro del área en el último instante...".

De hecho, también se ha imaginado otro rival para el Real Valladolid porque le hubiese tocado hacer más kilómetros de los necesarios. "Si le llega a tocar el Antequera, que es día y medio de viaje, solo tendrían un entrenamiento para preparar el encuentro ante Las Palmas y luego de viaje hacía allí. Tienen que saber que antes o después les van a eliminar. Deberían centrar todos sus esfuerzos en salvar la categoría, y lo pienso objetivamente, aunque parezca que sea por interés. No han ganado una copa nunca, y espero que justo no sea este el año porque se cruzan conmigo", insiste.

También lamenta que al "buen momento" social que vive el Club no le acompañe los aspectos deportivos o estructurales. "No sé si la mejor palabra para definir su situación es dejadez, pero sí que creo que tendría que haber más implicación, que la gente que manda comparta el sufrimiento que tienen los aficionados. No puede ser que jugar en casa sea un castigo. Siempre hay que apoyar mientras un jugador del Real Valladolid está jugando con esa camiseta en el campo", reitera.

Entre las soluciones, espera que en el mercado de invierno el equipo pegue "un salto de calidad" porque aún "hay tiempo para hacerlo", pese a que "no está teniendo suerte con las lesiones". Y no solo apela a esa situación, sino a la de exigir lo que se pueda a ciertos jugadores. Por ejemplo, pone encima de la mesa a Latasa, "jugador que tiene virtudes", pero no le ve "como una referencia, sino como un segundo delantero". "Deben intentar ser mejor que tres equipos, y no que tres plantillas. Creo que no estaban trabajando bien. El colectivo debe estar cómodo, y yo le he visto a veces bastante desordenado. Me parecía que jugaban a ver qué pasa. Algunas veces te puede salir bien, pero no siempre. Confío en que mejoren y que lo hagan cuanto antes, pero a partir del partido de Copa", añade.

Por último, y preguntado a ambos por si es un "marrón" entrenar ahora al equipo, creen que no debería ser así. "Desde que aceptas el reto, tienes que sacar el máximo rendimiento a lo que tienes. No tienes que entrenar al Real Valladolid porque sea una oportunidad, sino porque estás convencido de que lo vas a sacar adelante", concluyen no sin antes reconocer que, para ellos, sería "un reto bonito".