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Rodrigo Sorogoyen: "Queríamos contar historias de amor desde la naturalidad, no historias extraordinarias"

El galardonado director madrileño ha proyectado en la Seminci, y por primera vez en España, la serie 'Los años nuevos', creada junto a Sara Cano y Paula Fabra

Rodrigo Sorogoyen: "Queríamos contar historias de amor desde la naturalidad, no historias extraordinarias"
Paula Fabra, Rodrigo Sorogoyen y Sara Cano. Foto: Rebeca Pasalodos
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
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Lo extraordinario de lo ordinario, de lo cotidiano. De esa relación que, con sus peculiaridades, todos los mortales más que menos hemos tenido. Sin fuegos de artificio, ni ideales trasnochados del amor inmortal en los que no se tiene en cuenta la propia naturaleza humana. Con esta idea distintiva, partía el director Rodrigo Sorogoyen (Madrid, 1981), junto con Sara Cano y Paula Fabra para llevar a cabo 'Los años nuevos', una historia de una relación de 10 años, contada en 10 Nocheviejas, de dos personas, Ana (Iria el Río) y Óscar (Francesco Carril), que afrontan su noviazgo a lo largo de una década a la vez que hacen frente a sus propias crisis personales.

Los tres creadores de la serie explicaron a TRIBUNA Valladolid que este trabajo se centra en contar historias de amor ordinarias, alejándose de las narrativas típicas y extraordinarias como las de Romeo y Julieta. "Queríamos contar historias de amor desde la naturalidad, no historias extraordinarias, sino las que vivimos todos los días. Creo que nuestras propias historias de amor, aunque no sean extraordinarias, son muy importantes para nosotros, y eso es lo que quisimos reflejar", dijo Sorogoyen. "Nos interesan las historias cotidianas, las que podrían contarte tus amigos sobre sus vidas. Creemos que hay algo muy rico en esas narrativas que quizás no se exploran lo suficiente", añadió Sara Cano.

Una historia que, por afrontar lo natural, se convierte en excepcional dentro de un paradigma en el que triunfa la ficción de fantasía llevada al extremo, tramas ultra complicadas y acción por encima de lo imaginable. "Es un riesgo, pero más allá del riesgo, es lo que nos gusta hacer. Incluso si no hubiera riesgo, nos interesan este tipo de historias tanto como espectadores como creadores", afirmó Paula Fabra.

Diez años en diez Nocheviejas

Una de las decisiones más destacadas de la serie fue contar la historia a través de diez Nocheviejas consecutivas. Sara Cano explicó la razón detrás de esta elección: "La Nochevieja es un día muy significativo. Todos recordamos dónde estábamos y con quién la pasamos. Es un momento de reflexión sobre el pasado y de propósitos para el futuro, lo cual encajaba perfectamente con la narrativa de la serie".


Paula Fabra, Rodrigo Sorogoyen y Sara Cano. Foto: Rebeca Pasalodos

Fabra añadió que esta idea también se relaciona con la presión social que sienten las personas al llegar a los 30 años. "A los 30, hay una evaluación personal de lo que has logrado y lo que aspiras a alcanzar. La Nochevieja simboliza ese momento de revisión y proyección de la vida", afirmó.

Intimidad, cotidianidad, naturalidad

Una década en la que los personajes maduran como individuos y como pareja. A este respecto, la genialidad del director madrileño, ganador de cuatro premios Goya (Mejor Guion y dirección por 'El Reino', Mejor Guion y dirección por 'As Bestas') queda patente en la elección de los planos, que muestran la evolución de Ana y Óscar como dúo, desde la intimidad compartida el uno con el otro hasta la que alcanza a amigos y familia. "Me gusta saber por qué coloco la cámara en un lugar y no en otro. En esta historia, tratamos de reflejar el ímpetu juvenil al principio y luego la madurez y la inestabilidad en los últimos capítulos. Usar cámara en mano para estos últimos refleja ese nerviosismo y la inestabilidad que sentimos al madurar", señaló.

Además, se utilizaron técnicas específicas con las ópticas y la profundidad de campo para simbolizar la evolución de los personajes. "Decidimos que cuanto más avanzara la serie, mayor sería la profundidad de campo, para que se viera más del mundo alrededor de los personajes. Al principio, solo enfocábamos a los protagonistas, pero a medida que avanzamos, incluimos más elementos del entorno para simbolizar que no solo existían ellos, sino todo un mundo a su alrededor", explicó Sorogoyen.

Si la intimidad la pone el guion y los planos, la naturalidad la ponen los actores. La selección de Iria del Río y Francesco Carril fue crucial para el éxito de la serie. "Los actores aportaron mucho de su propia esencia a los personajes. Me gusta que los actores hagan suyos los personajes, siempre y cuando no traicionen las líneas fundamentales de la historia. Esto enriquece la autenticidad y permite una interpretación más veraz", comentó el director.


Rodrigo Sorogoyen durante la filmación de 'Los años nuevos'. TRIBUNA

La serie se caracteriza, además, por su tono reflexivo y melancólico, pero también incluye momentos de humor. "Queríamos reflejar la vida misma, con sus momentos de humor, drama y ternura. No buscamos hacer chistes o gags, sino que el humor surge de situaciones cotidianas", explicó Fabra. "La gente ríe y sonríe en ciertos momentos, lo cual es genial. No buscamos la comedia explícita, pero las situaciones de la vida cotidiana pueden ser divertidas de manera natural", comentó Sorogoyen.

De Venecia a Valladolid

'Los años nuevos' fue presentada en el Festival de Venecia y se ha visionado por primera vez en España en la Seminci en Valladolid. Paula Fabra compartió que la serie recibió un feedback positivo de amigos y espectadores. "Hablamos con amigos que la vieron y les gustó mucho. También recibimos comentarios positivos de otras personas que se emocionaron con la serie y apreciaron los detalles", relató Fabra. Tras el visionado en las salas de la capital pucelana, tuvieron la opción de charlar con algunos espectadores que les mostraron su entusiasmo. "Había una pareja de Soria que nos dijo que les había gustado. También una gente de Navarra, que estaban como locos con la serie", recordaba Fabra. "Llegaba uno de ellos y nos decía 'de puta madre, tío, de puta madre'. Se iba y volvía, 'este detalle de la serie, es que me ha encantado'", relatan.

Sara Cano añadió que su objetivo era emocionar al público y hacer que disfrutaran la serie. "Creemos que logramos nuestro objetivo. La gente se emocionó y disfrutó la serie, lo cual es muy gratificante para nosotros", concluyó.