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La Consejería de Sanidad reclutará este otoño a más de 4.000 personas mayores de 14 años para embarcarlas en un macroestudio sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular en Castilla y León. El proyecto, con el que se quiere obtener una radiografía del grado de afectación de esta patología en la Comunidad, supondrá implantar nuevas medidas de choque si fueran necesarias, o incidir en las que ya funcionan para reducir las tasas de obesidad, control de presión arterial y de glucosa en diabéticos, entre otras. Será el punto y seguido del estudio que se hizo hace 20 años, en 2004, que contó con una muestra similar, y que permitió una cohorte que se sigue midiendo, con el último objetivo de vigilar la evolución del riesgo cardiovascular en el tiempo, los estilos de vida y profundizar en la prevención y el control de este problema de salud pública.
No en vano, las enfermedades cardiovasculares son la segunda causa de muerte, y una fuente de mortalidad, morbilidad y discapacidad importante. Lo últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) precisan que, tras las enfermedades del aparato respiratorio (11,4 por ciento), las enfermedades del sistema circulatorio (13,3 por ciento) copan la morbilidad hospitalaria. Las tasas alcanzan una morbilidad de 1.419 habitantes por cada 100.000.
El estudio forma parte del programa de trabajo de la Red Centinela Sanitaria de Castilla y León y está previsto que cuente con la participación de unos 150 médicos de Familia y enfermeros de Atención Primaria. Partirá de una muestra aleatoria de la población a la que se someterá a exámenes de salud; encuestas sobre factores de riesgo y hábitos; a una analítica muy completa para medir los parámetros bioquímicos; se le hará un electrocardiograma, además de estudiar a partir de una muestra de sangre su genómica con el fin de conocer el porcentaje de susceptibilidad a padecer estas patologías, explica a Ical el coordinador de la Red, Tomás Vega .
Está previsto que la recogida de datos dure unos seis meses, a los que seguirán otros seis para el análisis de datos y tablas de información, con lo que a finales del próximo año podrían estar listos los resultados. Además, se creará una segunda cohorte para estudiarla en el tiempo, como se viene haciendo sobre la de 2004. De hecho, en este último grupo se quiere medir la mortalidad y las causas de fallecimiento a lo largo de estas dos décadas; cuál era el riesgo y qué ha sucedido; cuántas personas murieron por enfermedad cardiovascular o por otros motivos, y cuántas siguen vivas.
Se intuye que los cambios de los estilos de vida, principalmente la alimentación y la actividad física, están modificando los patrones de morbilidad de estas enfermedades, precisa Vega, quien sospecha que, en la población joven no ha mejorado la situación, sino todo lo contrario. No obstante serán los datos los que pongan las cartas sobre la mesa en el umbral de un año.
La participación de la población será voluntaria. Las personas seleccionadas de manera aleatoria recibirán una carta de la Dirección General de Salud Pública, donde se les explicarán los detalles del estudio y se les indicará el protocolo. Los profesionales del centro de salud les citarán para embarcarse en el estudio y firmar todas la documentación necesaria.
El trabajo de hace 20 años arrojó que el riesgo cardiovascular de la población de Castilla y León en 2004 era moderado, pero con altas prevalencias de los factores clásicos, con la excepción del tabaquismo, puesto que las tasas de fumadores (24,68 por ciento de la población) y ex fumadores (21,78 por ciento) eran más bajas que en el conjunto del país. El 38,77 por ciento de los castellanos y leoneses tenía la tensión alta y cerca de la mitad presentaba sobrepeso, el 40,28 por ciento. Además, el 21,79 por ciento era obeso y uno de cada cuatro ciudadanos, el 28,94 por ciento, tenía el colesterol o los triglicéridos altos, ligeramente por encima de la media nacional.
El trabajo se realizó a partir de encuestas a 4.012 personas mayores de 15 años y 4.000 tomas de sangre. Se revisaron más de 2.000 electrocardiogramas y se almacenaron más de 20.000 tubos con muestras biológicas de los encuestados para sucesivos estudios.
La Red Centinela Sanitaria de Castilla y León es un sistema específico de información, orientado a la vigilancia en salud pública y la investigación epidemiológica, que requiere para su funcionamiento la colaboración voluntaria y activa de profesionales sanitarios del Sistema de Salud de Castilla y León.
La RCSCyL tiene su origen en la Red de Médicos Centinelas que, en 1989 y en el marco de un proyecto de investigación, comenzó a trabajar con la colaboración de 127 médicos generales. En 1991 se añadió una muestra de pediatras de Atención Primaria con el fin de recoger información más precisa de la población infantil.
Tras la publicación en octubre de 2006 de la Orden que regula su organización y funcionamiento, se abrió la participación al personal de Enfermería, pasando a denominarse de la forma actual, Red Centinela Sanitaria de Castilla y León. Está formada por alrededor de 330 profesionales sanitarios, entre los que se encuentran 139 médicos de Familia, 22 pediatras, 128 enfermeros, 37 epidemiólogos, técnicos de apoyo y personal administrativo.
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